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SOBRE TERRENO PÚBLICO

Paseo Gigena: los plazos vencieron y la obra vinculada a Caputo debería haberse inaugurado hace un año

Maqueta virtual del Paseo Gigena. El edificio carousel alberga 250 cocheras, locales y oficinas, en Dorrego y Libertador.

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El proyecto inmobiliario Paseo Gigena debería haberse inaugurado hace casi un año, de acuerdo al contrato firmado por la desarrolladora y la Ciudad de Buenos Aires, al que accedió elDiarioAR. Sin embargo, la obra privada multimillonaria, vinculada al ministro de Economía, Luis Caputo, y al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, sigue sin poder inaugurarse debido a un error de cálculo o negligencia: construyeron el edificio sobre caños maestros que proveen de agua potable a 500.000 vecinos porteños.

El edificio de cinco plantas y tres módulos se levantó sobre un terreno de la Ciudad, entre las avenidas Dorrego y Bullrich y está casi listo, pero la empresa pública de aguas, Aysa, se negó a habilitar los servicios de agua y cloacas hasta que no se finalice la obra hídrica mayor, debido al riesgo que correrían el edificio y las personas por la ubicación de caños de alta presión debajo del paseo comercial. Nunca debería haber ocurrido, de acuerdo con Aysa, pero el edificio se construyó igualmente sobre los caños maestros, como reveló elDiarioAR en diciembre último.

La compleja obra hídrica ya cuenta con un financiamiento de $3.019 millones provenientes de fondos públicos de la Ciudad. Se trata del corrimiento de los caños, que compromete además la provisión de agua potable a gran parte de la población porteña. El presupuesto inicial de la megaobra hídrica es 48 veces el canon mensual que la Ciudad va a cobrar por la concesión del espacio público, por lo que el emprendimiento terminó siendo un alto costo para las arcas del Estado porteño.

Los caños atraviesan en forma transversal un sector del predio donde se edificó Paseo Gigena. Los riesgos de continuar con el escenario actual son altos, explicaron dos fuentes directas del caso, y si llegara a existir un eventual problema con las cañerías, el edificio podría sufrir daños importantes y, por consecuencia, también las personas. “No se puede construir sobre caños maestros un edificio donde habrá tránsito de gente”, afirmó una de las personas consultadas. 

La responsable del proyecto es la desarrolladora BSD. También interviene la constructora Coinsa, dirigida por Martín Maccarone, también allegado al ministro Caputo. La empresa financiera que Caputo dirigía antes de ingresar a la función pública con Macri, Axis Inversiones, alquilaba oficinas en el edificio de Coinsa, en la calle Godoy Cruz, en el barrio de Palermo. 

Además, Caputo y Bausili participaron en la financiación de Paseo Gigena a través de su consultora Anker Latinoamérica, como informó elDiarioAR en agosto. Entonces, los ahora funcionarios se dedicaban al sector privado, formaron el fideicomiso y recaudaron al menos US$46 millones para la construcción de este edificio. Garantizaban a sus selectos inversores recuperar su apuesta económica en unos siete años. El problema de infraestructura que impide la inauguración de la obra, sin embargo, ya había sido advertido por Aysa en 2021, de acuerdo con los documentos a los que accedió este medio.

En el contrato, no hay mención alguna a que el edificio se construiría sobre los caños maestros de Aysa y que requeriría una megaobra de infraestructura para operar.

BSD ganó la licitación para construir su edificio sobre el viejo estacionamiento del hipódromo en 2019. La obra se demoró por la pandemia, explicaron en la empresa a este medio en agosto. 

En junio de 2021, BSD firmó un contrato con la Ciudad en el que se comprometió a finalizar la obra en un plazo de 12 meses, con una prórroga de entre 3 y 7 meses más. Los plazos están vencidos desde marzo de 2023. BSD afirmó que la empresa sufrió “restricciones de insumo”, como sucedió en muchos otros desarrollos inmobiliarios y que eso determinó que “los tiempos se estiraron en todos los proyectos de construccion”. “No fuimos la excepción”, aseguraron.

La desarrolladora BSD respondió a elDiarioAR que “el pliego (de la licitación) mencionaba algo (sobre la presencia de los caños maestros) pero no se sabía con exactitud la traza ni el estado de los mismos. La obra tuvo que tener consideraciones especiales dada la presencia de los mismos”.

En la gestión de Larreta contradijeron a BSD. Sostuvieron que ni las autoridades ni la empresa se percataron de la ubicación de los caños maestros hasta que BSD comenzó a pedir los permisos para avanzar con la obra y surgió el problema. También sostuvieron que la secretaría de Obras Públicas de la Ciudad y Aysa llegaron a un acuerdo para que el privado realice una obra para disminuir la posibilidad de algún problema en la infraestructura del edificio y de los caños maestros mientras se ejecuta la megaobra para el corrimiento de los mismos. 

Además, hay un estudio pendiente para determinar si existe una alternativa al corrimiento. “Ya hay oficinas y locales alquiladas alquilados y hay empresas funcionando en Paseo Gigena”, explicó una fuente porteña.

La licitación establecía que la concesión sería por 15 años y una única prórroga de 5 años más. Sin embargo, el contrato entre la empresa y la Ciudad establece que el contrato tiene una vigencia de 20 años, de acuerdo a la cláusula quinta del contrato.

Los 20 años recién corren a partir del Acta de Inicio de Usos y Explotación Comercial del espacio, dice el documento. Es decir, esta demora no cuenta sino que la concesión comienza cuando se inaugure el edificio.

“La licitacion establecía que si la inversión superaba en un determinado porcentaje a la propuesta presentada, los 5 años de prorroga se incorporan al periodo de los 15 años de concesión”, respondió BSD ante la consulta de este medio. Es decir, la Ciudad cedió por cinco años más una concesión con sólo un “compromiso de inversión de un 25% superior a la inversión propuesta en la oferta”, según el pliego.

En la gestión saliente explicaron a este medio: “La legislatura porteña autorizó una concesión por 15 años, más cinco de prórroga, pero antes de que se firme el contrato la empresa presentó una propuesta con una mayor de inversión y la secretaría de Desarrollo Urbano determinó que el proyecto era válido y que respetaba el pliego. Por eso se le agregaron 5 años más al contrato”.

Mundo de relaciones

El mundo de las concesiones y negocios en la Ciudad es pequeño. Pablo Ludmer es presidente de BSD. También figura en la constitución de una sociedad, Houssay Brewpub SA, con Santiago Nosiglia, hijo de Enrique “Coti” Nosiglia, uno de los dirigentes más poderosos de la política porteña, referente histórico del radicalismo en la Ciudad y aliado del ex jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y del senador Martín Lousteau. 

Muchos hombres del partido del “Coti” Nosiglia integraron el gobierno de Larreta, como Juan José Giusti, el ministro que firmó el contrato con BSD por la concesión del Paseo Gigena en 2021. “Ni Coti Nosiglia ni Santiago tienen relación con el proyecto inmobiliario ni intervinieron en ningún aspecto ante la Ciudad, y Giusti ni siquiera sabía que Ludmer y Santiago fueron socios”, aseguró una fuente de la saliente gestión en la Ciudad.

Houssay Brewpub SA también explota una concesión de la Ciudad, pero en la Plaza Houssay, donde el gobierno de Larreta montó un paseo gastronómico. BSD repsondió que Ludmer invirtió en una franquicia de la Cerveceria Antares con otros socios, entre ellos Santiago Nosiglia. Fue por un período corto y Ludmer dejó el negocio.

La forma en la que está estructurado el financiamiento del edificio que se construyó en un espacio público no permite conocer a sus inversores pero BSD aseguró que “Nosiglia no es inversor en Paseo Gigena”.

En el entorno de la familia Nosiglia respondieron a elDiarioAR que ni Enrique ni Santiago Nosiglia están relacionados con Paseo Gigena y que nunca intervinieron en cuestiones relacionadas con la obra. Además, aclararon que Ludmer y Santiago ya no son socios.

Las relaciones con los Nosiglia se vuelven a cruzar. El consultor financiero Alexis Hoffmann, yerno de Enrique Nosiglia, es el actual apoderado de Anker Latinoamérica, la consultora de Caputo y Bausili. Así figura en los documentos presentados por Anker ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).

La relación de Hoffmann con Bausili se remonta a al menos 2014, cuando compartieron el directorio de una sociedad agropecuaria: Arguar SA.

Crisis

Aunque la obra fue heredada de la gestión de Rodríguez Larreta, la administración de Jorge Macri la confirmó cuando envió la adecuación de las planillas de obras públicas para 2024, como estaba previsto, para subsanar el “error” en el proyecto privado Paseo Gigena. Sin embargo, ante la consulta de este medio ene enero último, fuentes oficiales porteñas informaron que el gobierno de Macri convocará a una mesa técnica para volver a discutir el financiamiento de esta obra e intentará que Aysa se haga cargo de al menos una parte, explicó una fuente con conocimiento directo del caso. La empresa pública de aguas hizo saber que no se hará cargo del financiamiento de la obra.

ED/DTC

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