El Presidente arengó a la militancia en el lanzamiento de LLA a nivel nacional y prometió un “batacazo” en 2025
“Con ustedes, el mejor presidente de la historia”. Quien presentó a Javier Milei en Parque Lezama no fue una locutora, sino su mismísima hermana, Karina. La irrupción de El Jefe ante el micrófono desde el escenario fue uno de los datos políticos más importantes de la noche libertaria.
El Jefe rompió el silencio al que se autoimpuso desde que su hermano se lanzó a la política –generando con eso todo un mito a su alrededor–. La secretaria general de la Presidencia debutó en público porque asumió en los hechos como titular del partido La Libertad Avanza a nivel nacional. Un auditorio repleto la escuchó con una voz ronca y visiblemente emocionada. Kariiina, Kariiina, le dedicó la gente cuando Milei le hizo loas desde el escenario y dijo que la construcción del sello político fue “gracias a la enorme y titánica tarea del Jefe”.
Karina vaticinó que LLA va a “poder llenar el Congreso con diputados y senadores que defiendan las ideas de la libertad”. Y en medio del posible veto al financiamiento de las universidades y en la previa a una nueva marcha federal, se atrevió a lanzar: “Tenemos que defender la idea de la libertad en cada rincón del país, sobre todo en las universidades”.
La funcionaria presentó al mandatario desde el escenario, pero Milei no apareció ahí nomás: se bajó de un auto oficial a media cuadra para caminar entre el público que llenó el auditorio del parque. Se dio un baño de apoyo populista. En la pantalla se leía “Ayudame a terminar con la casta”.
Milei habló como el Presidente en campaña permanente que es. Atacó al periodismo, a los encuestadores que marcaron en las últimas semanas una baja en el apoyo a su gestión, rechazó las críticas por la pobreza, prometió bajar la inflación y vaticinó que sigue en pie su plan de dolarización.
“A este proyecto lo bancan 14 millones de argentinos”, sentenció Milei en su discurso al cierre de una semana complicada para el Gobierno con el récord de la pobreza como alarma sobresaliente en la gestión. “Manga de delincuentes estafadores ladrones”, le dedicó a sus críticos.
El Presidente hizo un repaso, a su modo, de su corta pero intensa carrera política desde hizo su primer acto en plaza Holanda, luego cuando cerró su primera campaña como diputado en el mismo parque Lezama hasta que ganó el balotaje el año pasado.
Después hizo una férrea defensa de su gestión, con elogios a todos sus ministros: desde el “coloso” Luis Caputo al “doctor” Luis Petri, pasando por la también “doctora” Patricia Bullrich a Sandra Pettovello, que tiene su ministerio de Capital Humano en jaque por el deterioro social y por la crisis en las universidades. Destacó al asesor Santiago Caputo como parte del “triángulo del hierro” de su gestión. Y le advirtió a su gabinete: “A los nuevos traidores se los va a tragar la tierra”.
Los pasajes más aplaudidos de su discurso fueron los que tocaron los puntos más duros de su política de derecha y ultraliberal. “Solo denme tiempo”, avisó sobre la dolarización. Saludó su alineamiento irrestricto a Estados Unidos e Israel en política exterior. Y festejó las iniciativas como el protocolo antipiquetes y la baja de la edad de imputabilidad: “El que las hace las paga en Argentina”, aseguró.
Hacia el final se guardó una contraofensiva por el aumento de la pobreza y los números de la economía real. Por el tiempo que le dedicó reveló que el tema le preocupa al seno de la Casa Rosada. “Salieron a criticar el resultado de los números de pobreza. Ustedes solo han criticado a los pobres. Ustedes son los empobrecedores seriales”, cuestionó sobre el “marketing de la pobreza”. Y pese al dato del Indec, aseguró que “la pobreza ha empezado a caer en la Argentina”. Afirmó que “hace cuatro meses los salarios le ganaron a la inflación” y como justificativo a su veto al aumento de las jubilaciones culpó a Cristina Fernández de Kirchner por su jubilación de privilegio. “Hija de puta”, le dedicó el público libertario.
Tras un repaso pormenorizado de las medidas de su gestión, Milei reconoció que sus reformas “podrían ser más rápidas”, pero hizo una llamativa explicación, ligándolo a las privatizaciones de empresas publicas: “No tendríamos que estar esperando para hacer privatizaciones de empresas deficitarias si no fuera porque estallan los problemas sociales y les rompe los ojos el curro de la política”. No mencionó a Aerolíneas Argentinas, cuya venta ya comenzó a discutirse en el Congreso.
“Si queremos darles pelea al partido de la casta tenemos que organizarnos”, dijo en tono casi peronista. Entonces, Milei volvió a poner en el centro a Karina, que hasta entonces había estado secundándolo en el escenario. Con ella al lado, lanzó un pedido grandilocuente y un tanto exagerado –“acompañen al Jefe para que Argentina sea una potencia mundial”– y una promesa: “De acá en adelante solo vamos a tener buenas noticias y en 2025 vamos a dar un batacazo electoral”.
MC/DTC
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