Reconfiguración en Diputados: Menem conserva el manejo de las comisiones con apoyo de Ritondo y la UCR
Cristian Ritondo, jefe de la bancada del PRO, amagó hasta último momento con vengarse de Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, con robarle sus diputados. Negoció un acuerdo con el peronismo y Provincias Unidas para hacerse con el control de la distribución de las comisiones e, incluso, llegaron a circular borradores de cuántos lugares tendría cada uno. Pero cuando llegó el momento de imponer el número en el recinto, el PRO y la UCR decidieron plegarse a la voluntad del riojano.
“Ayer a la noche teníamos 145 votos para sacarle las facultades a Menem. Pero se dieron vuelta los radicales y arrastraron consigo a Ritondo”, admitió uno de los diputados peronistas que estaban detrás de las negociaciones. Las conversaciones habían comenzado hace unos días, cuando se empezó a hacer evidente que La Libertad Avanza se quedaría con la primera minoría de la Cámara de Diputados.
Fue una maniobra autodefensiva, ya que el objetivo era hacerse cargo de la distribución de las sillas en las comisiones para evitar que Menem incurriera en una “creatividad aritmética” para quedarse con la mayoría. Pero también vengativa: Ritondo por el robo de diputados, Germán Martínez, el jefe de Unión por la Patria, porque la última vez que se le dio a Menem la facultad de organizar las comisiones el peronismo se quedó con menos sillas.
Ritondo y Martinez conversaron, a su vez, con Gisela Scaglia, la santafesina que encabeza el flamante bloque de Provincias Unidas. También con Nicolás Massot y la izquierda. El objetivo era poder asestarle algún golpe a Menem, que todavía celebraba haberse hecho con el bloque más grande de Diputados. Pero terminó fracasando.
El derrumbe del acuerdo opositor funcionó como un anticipo de la nueva dinámica de poder en el Congreso. Al menos por los próximos tres meses. Menem, por un lado, convenció a Pamela Verasay, la nueva jefa del bloque radical. Y Verasay, junto a Diego Santilli, que llegó temprano al Congreso para reunirse –y calmar– a Ritondo, convencieron al PRO.
El intento de rebelión había sido sofocado con rapidez. Menem se quedó con la facultad de ordenar la distribución de las comisiones según su propio criterio de proporcionalidad. Y la nueva hegemonía del oficialismo fue ratificada.
Un empate técnico hecho a medida de LLA
Todo estaba preparado para que Provincias Unidas (PU) se convirtiera en la tercera fuerza de la Cámara de Diputados. Scaglia, incluso, ya estaba preparada para ocupar la Vicepresidencia Tercera de la Cámara de Diputados cuando, en el medio de la sesión, se conoció la noticia: el PRO y la UCR habían ratificado que se unían en un interbloque, junto al MID, y le robaban un diputado a PU (el santacruceño José Garrido) para disputarle el tercer lugar. Juntos por el Cambio renació de las cenizas, y LLA tenía un flamante nuevo aliado.
Durante varias horas se especuló que Menem cerraría un interbloque con los gobernadores radicales. Pero, finalmente, los seis radicales acordaron con Ritondo, que ya había cerrado con Oscar Zago, para competir por la tercera fuerza. Se quedaron con 22 diputados propios, entre los que se encontraba el santacruceño Garrido y el correntino Diógenes González. González, originalmente, iba a integrar PU porque responde a Gustavo Valdés, pero el gobernador correntino está negociando para quedarse con la presidencia del partido, por lo que prefirió mandarlo a integrar el bloque radical.
PU, mientras tanto, también tendrá 22 diputados. Un bloque heterogéneo, armado con alambres, para tener fuerza para negociar los lugares en las comisiones y en los organismos públicos, que incluye a diputados muy distintos entre sí. Lo integrará, por ejemplo, la ex libertaria Lourdes Arrieta, que arrastró consigo el cordobés Juan Brugge porque ambos son parte de la Democracia Cristiana. Estará también Miguel Ángel Pichetto con Massot, quienes amagaron con cortarse solos, enojados ante la insistencia del gobernador Maximiliano Pullaro de poner a Scaglia como presidenta del bloque.
Este empate llevó a que, durante la sesión preparatoria, no se pudiera definir la Tercera Vicepresidencia. La pelea de los próximos días será entre los dos interbloques para ver quién tendrá más lugares en las comisiones.
Los armados de los gobernadores del Norte, en cambio, son una incógnita. Gustavo Sáenz apenas logró cerrar un bloque con los misioneros, pero falló a la hora de incluir a los catamarqueños de Raúl Jalil que rompieron con la bancada peronista. Los tucumanos y los sanjuaninos, mientras tanto, cerraron bloques separados.
En los próximos días el tablero terminará de ordenarse. La hegemonía de LLA, sin embargo, es clara. Con 95 diputados propios, el oficialismo no quedó tan lejos de UxP (que tiene 93), pero su predominancia es clara. Lo repiten, con resignación, en las propias filas peronistas: “Todos quieren arreglar con el Gobierno, ¿por qué amagaron con autonomizarse ahora?”.
MCM/MG
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