La reconstrucción balística derrumba la versión de Bullrich sobre el disparo que hirió a Pablo Grillo

El gendarme Héctor Guerrero no disparó su arma de gas lacrimógeno como indica el manual de uso de la fuerza federal que conduce Patricia Bullrich. A esa conclusión llegó un peritaje realizado por la Policía de la Ciudad, ordenado por la jueza María Servini, sobre el ataque que sufrió el fotógrafo Pablo Grillo en la represión de la marcha de los jubilados del 12 de marzo.
El juzgado incorporó este martes el informe de reconstrucción balística que se realizó días atrás a la causa por la represión que ordenó el Gobierno sobre aquella marcha de los jubilados con hinchas de fútbol alrededor del Congreso. El trabajo fue producido por la División Balística de la Policía de la Ciudad junto con los peritos de la querella y de la defensa, e incluyó mediciones en el lugar de los hechos y una serie de disparos de prueba en un descampado.

La conclusión central del documento es categórica: quedó descartado que el gendarme haya efectuado el disparo que impactó en el cráneo de Grillo siguiendo las instrucciones del manual de uso de las pistolas lanza gases que Gendarmería aportó a la causa.
La prueba demostró que si el gendarme hubiese disparado a 45 grados hacia arriba o entre los 30 y 45 grados hacia abajo, como obliga el manual, el cartucho de gas lacrimógeno jamás hubiera alcanzado a Grillo del modo en que lo hizo. “El disparo que hicieron en 45 grados terminó en la casa de un vecino, a más de una cuadra y media”, comentó a elDiarioAR una fuente con acceso al expediente.
En el caso de la prueba con disparo en parábola hacia arriba, el cartucho cayó a 156 metros del tirador, es decir, a más del triple de la distancia en la que se encontraba Grillo de Guerrero. La conclusión es inequívoca: para herir al fotógrafo como ocurrió, el gendarme debió haber disparado de manera horizontal y directa hacia las personas. El informe de la Policía porteña no aporta esa conclusión, pero la deja en evidencia.

Dicho punto es una de las disputas iniciales del caso. Apenas días después de la represión, Bullrich defendió públicamente a Guerrero y sostuvo que había actuado “como indican los manuales”. Sin embargo, los videos que circularon desde la primera jornada mostraban al gendarme disparar a la altura del cuerpo, una práctica expresamente prohibida por su alto grado de peligrosidad y potencial letalidad.
La reconstrucción posterior que logró el Mapa de la Policía reveló quién fue el tirador y se mostraron registros de su forma de disparar. La foto que permitió identificar a Guerrero lo muestra disparando de manera recta durante la represión.
El informe ahora incorporado a la causa pone en crisis la versión del Gobierno y robustece el planteo de la querella, que acusa a Guerrero de disparar en dirección a los manifestantes en violación de todos los protocolos. El documento será clave para las próximas decisiones judiciales en un expediente que no sólo busca determinar responsabilidades individuales, sino también evaluar la cadena de mandos y el rol de Bullrich en la represión.
La jueza Servini citó a indagatoria a Guerrero para el 17 de septiembre. Originalmente la fecha era este martes 2, pero pospuso la presentación del gendarme a la espera del informe de la Policía de la Ciudad, que finalmente llegó en las últimas horas. Para un día antes está citado Emanuel Martínez, el prefecto que le disparó a Jonathan Navarro, un manifestante que ese mismo 12 de marzo, pero del otro lado de la plaza del Congreso, recibió el disparo de una bala de goma en su ojo izquierdo, por el que perdió la visión.
MC
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