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Un estudio detecta una mayor tasa de positividad entre las personas migrantes en Argentina

El coronavirus afectó en mayor medida a la población migrante, según estudio

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Un estudio sobre el impacto de la pandemia de Covid-19 en la población migrante, realizado por investigadoras argentinas y publicado en REMHU - Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, determinó que la tasa de positividad es mayor en este segmento de la población en argentina así como más elevada la proporción de personas fallecidas por el virus.

La investigación sobre la afectación efectiva y medible de la enfermedad por Covid-19 sobre la población migrante en Argentina, realizada en base a datos provistos por el Ministerio de Salud de la Nación Argentina para el período enero 2020 – mayo 2021, evidencia un mayor mayor tasa de positividad (casos confirmados sobre número de testeados) entre las personas migrantes (39,2% vs. 36,7% entre nacionales). 

Además, según el estudio, la proporción de personas migrantes fallecidas por Covid-19 (9%) prácticamente duplicó su peso relativo sobre la población total del país (estimado en 4,9%). 

La investigación, firmada por Natalia Debandi, Julieta Nicolao y Ana Paula Penchaszadeh, también determinó que la letalidad del virus (el número que se obtiene de la relación entre las personas fallecidas y los casos confirmados) fue del 5,8% entre las personas migrantes, mientras que entre los nacionales fue del 2,7%, en 2020. En 2021, aunque en términos generales la letalidad disminuyó se mantuvo esta relación (3,9% entre migrantes vs. 1.8% entre nacionales). 

En el artículo titulado “Impacto de la Covid-19 sobre la población migrante residente en Argentina a la luz de las dificultades que obstaculizan su acceso a la salud”, las investigadores mencionan como una posible causa de estas diferencias “que las personas migrantes acceden de manera tardía - o no acceden - al sistema público de salud (SPS)”.

“La pandemia evidenció la situación de vulnerabilidad histórica de la población migrante en la Argentina, al iluminar la gran brecha que existe entre el reconocimiento universal del derecho a la salud y su goce efectivo e integral: pese al marco universalista y garantista vigente en materia de acceso a la salud, casi 4 de cada 10 migrantes han tenido dificultades para acceder al sistema de salud”, señalan.

“Se puede observar que existe una proporción relevante de personas migrantes que no acudieron al sistema de salud, aun cuando se vieron expuestas al virus, lo cual puede ser indicativo de dificultades y/o reticencias de este colectivo hacia el sistema de salud”, observan

Otro factor para explicar el mayor nivel de positividad registrado entre la población migrante puede relacionarse con “su segregación geoespacial en las grandes urbes”, afirman.

En los barrios populares, donde las personas residen en gran parte en condiciones de insalubridad, “es significativo el peso de la población migrante entre sus habitantes”.

“En Argentina, existen 4.415 barrios populares, 1.100 de los cuales se encuentran en el AMBA. A su vez, en todo el país se contabilizan alrededor de 929 mil familias viviendo en villas y asentamientos, dentro de las cuales 519 mil se localizan en el AMBA, en su mayoría bajo condiciones de hacinamiento y ausencia de servicios mínimos: el 99% no accede formalmente al servicio de gas, el 89% no cuenta con agua corriente ni servicio cloacal”.

Según los datos de la Encuesta Anual de Hogares de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), en 2019, el 69,2% de los hogares en las villas de la Ciudad tenía algún miembro migrante, en relación a solo el 7,4% en el resto de la Ciudad.

“Teniendo en cuenta el peso que tiene la población migrante en los barrios populares de la CABA, estos datos son coincidentes con los resultados que arrojó un estudio sobre seroprevalencia (los anticuerpos adquiridos luego de haber cursado Covid-19) en esta jurisdicción en noviembre de 2020: en los barrios populares se observó un 42% de seroprevalencia, mientras que este valor fue del 7,4% en el resto de la Ciudad”, señalan las autoras.

“Las desventajas estructurales con las que corren las personas migrantes se manifiestan claramente en los procesos de segregación espacial. Amplios sectores migrantes, como vimos previamente en relación a su distribución en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, se ven constreñidos por fronteras urbanas, marginados y circunscritos a zonas donde priman condiciones de vida deficitarias (signadas por el hacinamiento, la precariedad de las viviendas, la irregularidad en la tenencia de las tierras y la falta de acceso a servicios básicos)”, concluyen.

CRM

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