Después de los de Maradona y Messi, Martín Ron completa la trilogía de ídolos populares argentinos con un mural del papa Francisco

Después de retratar a gran escala a las leyendas del fútbol Diego Armando Maradona y Lionel Messi, el referente argentino del arte urbano, Martín Ron, completa su trilogía de ídolos populares del país con un mural dedicado al papa Francisco, de 50 metros de altura, en la ciudad de La Plata.
Una paloma blanca agita sus alas. Abajo, el papa Francisco la observa con una sonrisa y extiende el brazo, como si la invitara a remontar el vuelo.
La escena es real y ocurrió en 2013, poco después de que Jorge Bergoglio fuera elegido pontífice. Quienes fueron testigos cuentan que unos peregrinos regalaron la paloma a Francisco, pero el ave no quería irse de su mano.
Ahora la escena vuelve a cobrar vida a 50 metros del suelo, sobre una medianera cercana a la imponente catedral de la ciudad argentina de La Plata, reproducida en formato gigante con la técnica hiperrealista del muralista Martín Ron.
“Queríamos que fuera un homenaje post mortem, que tuviera una conexión con el cielo. Por eso elegimos una imagen muy conocida, en la que Francisco aparece sonriente, elevando el brazo, acompañado de una paloma, símbolo de paz y espiritualidad”, explica Ron en una entrevista con EFE.
La obra se emplaza en el corazón histórico de la capital de la provincia de Buenos Aires y será inaugurada oficialmente el 26 de julio. De acuerdo con las autoridades locales, se trata del mural más grande del mundo dedicado al primer pontífice argentino.

La imagen fue seleccionada tras varios meses de trabajo creativo y responde a los desafíos técnicos del mural, que debía adaptarse a un formato inusual: 50 metros de alto por apenas cinco de ancho.
“Era una pared muy difícil por su verticalidad. La imagen elegida resuelve todo: tiene una cinta larga, una cruz, un brazo que sale del plano y se conecta con el cielo”, detalla el artista, de 44 años, que lidera un equipo de cinco personas.
El mural fue impulsado por la municipalidad de La Plata y el arzobispado local, que convocaron a Ron por su trayectoria y proyección internacional. El artista había realizado intervenciones anteriormente en esa ciudad, aunque en una escala mucho menor.
“La gente estaba esperando una obra mía”, señaló el artista.
Ron es el muralista más reconocido de Argentina, cuenta con obras de gran formato en diversos países y ha convertido la representación de ídolos populares en una marca de su obra.
En 2022, inauguró el mural de Maradona más grande del mundo, en el barrio porteño de Constitución. En 2024, luego del triunfo de la selección argentina en el mundial de Catar, dibujó un Messi de 35 metros en la avenida 9 de Julio de Buenos Aires. Ambos aparecen con el brazo levantado, en un gesto de triunfo.

“Estos personajes generan un fuerte agradecimiento en la gente porque los sienten propios, cercanos, son parte de su identidad”, sostiene Ron.
En su última obra, Francisco también eleva su brazo, aunque con otro significado: una invitación al encuentro, un gesto de paz. Así, el muralista completa una trilogía de ídolos populares argentinos con proyección mundial.
Sobre su técnica, explica que se trata de hiperrealismo o gigantografía. “Buscamos que la imagen impacte como una fotografía gigante. Para lograrlo, necesitás un equipo muy profesional y trabajar con precisión, aun en condiciones climáticas difíciles y con un poco de miedo a las alturas”, confiesa a EFE.
Ron ha creado murales en ciudades como Londres, Tallín (Estonia), Penang (Malasia), Bristol (Reino Unido), Miami (EEUU), Tenerife (España), Bremen y Glauchau (ambas en Alemania).
En Argentina, además de sus trabajos en Buenos Aires y La Plata, también hizo un retrato monumental del creador de la bandera nacional, Manuel Belgrano, en la ciudad de Rosario.
La obra de Belgrano, considerado uno de los padres de la patria argentina, fue pintada sobre una medianera frente al Monumento a la Bandera y se convirtió en una de las pocas representaciones del prócer fuera de los manuales escolares o museos. “Quise traerlo al barrio, que volviera al lugar como un vecino más”, explica el artista.
La creación del mural de Francisco, su última obra, llevó 20 días de trabajo ininterrumpido. “Es un mural de proyección masiva por el lugar, por la figura, por lo que representa. Para mí, es un hito más”, afirmó.
Hasta ahora no ha habido contacto con el Vaticano, aunque Ron no pierde la esperanza: “El mural puede funcionar como una señal. Ojalá tenga la posibilidad de pintar en Roma”, revela al término de la entrevista.
Por Florencia Pessarini, para la agencia EFE.
IG
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