Día de la Defensa Civil: ¿Por qué se festeja el 23 de noviembre en Argentina?
Cada 23 de noviembre, Argentina celebra el Día Nacional de la Defensa Civil, una fecha destinada a reconocer el trabajo de los miles de agentes, voluntarios y organismos que intervienen ante situaciones de riesgo, emergencias y desastres naturales en todo el país. La conmemoración fue establecida en 2002 en honor a la labor desplegada tras el terremoto de Caucete, ocurrido el 23 de noviembre de 1977 en San Juan, uno de los eventos sísmicos más devastadores de la historia argentina.
La efeméride busca poner en valor la tarea de quienes, desde el ámbito nacional, provincial y municipal, participan en la elaboración de protocolos, la prevención de riesgos y la asistencia a la población en momentos críticos. Incendios forestales, inundaciones, sismos, nevadas, tormentas severas y otras contingencias forman parte del amplio espectro de situaciones en las que la Defensa Civil interviene con rapidez y coordinación.
En distintos puntos del país, instituciones públicas y organizaciones comunitarias realizaron actividades conmemorativas, capacitaciones abiertas y simulacros orientados a fortalecer la conciencia preventiva y consolidar prácticas de actuación frente a emergencias. Desde el Ministerio de Seguridad destacaron que el sistema de Defensa Civil “es un pilar esencial para la protección de la población y la reducción del riesgo de desastres”, y remarcaron la importancia de promover la formación permanente de los equipos.
El terremoto de Caucete —que dejó un saldo trágico y severos daños materiales— marcó un antes y un después en la planificación de políticas de respuesta y prevención en la Argentina. Desde entonces, se avanzó en la creación de normativas, centros de monitoreo y redes de colaboración interinstitucional que hoy integran el sistema nacional de gestión del riesgo.
El Día Nacional de la Defensa Civil no solo rinde homenaje a quienes actúan en el momento más difícil, sino que también invita a reforzar la cultura de la prevención y el compromiso ciudadano. En tiempos en los que los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, el trabajo de estos equipos se vuelve indispensable para salvar vidas, mitigar daños y acompañar a las comunidades afectadas.
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