¿Por qué el hormigón romano era tan duradero?
Los antiguos romanos eran maestros de la ingeniería y la construcción, pues sus acueductos, edificios y puertos han sobrevivido, en muchos casos, durante dos siglos. Un equipo de científicos estadounidenses y europeos ha examinado el hormigón que usaban y cree haber dado con clave: un concreto capaz de repararse a sí mismo.
Los investigadores llevan décadas intentando descifrar el secreto de ese antiguo material de construcción ultraduradero, sobre todo en estructuras que soportaban condiciones especialmente duras, como muelles, alcantarillas y diques, o las construidas en lugares sísmicamente activos.
Hasta ahora se atribuía la solidez del concreto a romano a su relación con las cenizas volcánicas de la región de la bahía de Nápoles, Italia, enviadas a todo el Imperio con fines de construcción.
El ingrediente secreto: la cal viva
Pero los investigadores se focalizan ahora en la presencia de otra característica: pequeños pedazos blancos y brillantes, provenientes de la cal, otro ingrediente usado en la concepción del concreto.
“Desde que comencé a trabajar en el tema del concreto romano, siempre me ha fascinado” la presencia de esos pedazos de material, declaró en un comunicado el profesor del MIT Admir Masic, coautor del estudio publicado en la revista Science Avances. “No se encuentran en el concreto moderno, ¿entonces por qué sí los hay en el antiguo?”, se preguntó.
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