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Deforestación y cambio climático
1000 científicos argentinos piden a Capitanich que no permita más desmontes en Chaco

En Argentina, el yaguareté solía extender su territorio desde el norte de la patagonia hasta el extremo norte.

Matías Mastrángelo/ Investigador del Conicet

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El nuevo ordenamiento de bosques nativos presentado por el gobernador Jorge Capitanich a la Legislatura de Chaco habilita la expansión de la deforestación hacia El Impenetrable Chaqueño sobre más de 200.000 hectáreas. En una convocatoria sin precedentes, la comunidad científica argentina se manifestó masivamente alertando sobre los riesgos de decidir el destino de los bosques nativos ignorando el conocimiento científico y los acuerdos internacionales.

“No podemos pensar en conservar la biodiversidad sin corredores biológicos y sin respeto a los derechos de las comunidades locales que allí habitan” sostuvo la doctora Micaela Camino, investigadora del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral. 

Más de 100 artículos científicos publicados en las últimas décadas reúnen evidencias de los impactos negativos de la deforestación sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la región del Gran Chaco Americano. Nuestros estudios muestran claramente que los desmontes en zonas con suelo frágil y clima seco como los departamentos Brown y Güemes provocan que la tierra pierda su productividad en pocos años.

La pérdida de los bosques nativos tiene múltiples consecuencias negativas para la sociedad, la biodiversidad, el clima y la economía. Por un lado, aumenta el riesgo de extinción de especies de la flora y fauna silvestre, algunas ya en peligro crítico. “Las áreas protegidas chaqueñas no son suficientes en cantidad y tamaño para conservar las especies de grandes mamíferos, como el yaguareté. Es necesario frenar los desmontes en los corredores que conectan las áreas protegidas, para que estas especies puedan sobrevivir a largo plazo”, sostuvo la Dra. Verónica Quiroga, investigadora del CONICET en el Instituto de Diversidad y Ecología Animal.

Por otro lado, la deforestación intensifica el calentamiento global y sus impactos locales. Las olas de calor, sequías y fuertes vientos se darán con mayor frecuencia y severidad en la región, con efectos irreversibles en la fertilidad del suelo. “Los últimos incendios masivos han demostrado la fragilidad e insuficiencia de áreas protegidas y su pérdida continua de resiliencia. Si se suma una categorización de bosques inexacta serán escasos los ecosistemas saludables y aceleraría una pérdida irreversible de biodiversidad” sugiere el Dr. Martin Kowalewski, investigador del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral.

En combinación, la pérdida de biodiversidad y los cambios climáticos locales impactarán negativamente sobre el potencial de la región para lograr un desarrollo sostenible. Esta preocupación fue también expresada por la comunidad científica en una audiencia ante la Legislatura de Chaco el pasado mes de octubre. Hasta el momento, los científicos no han recibido respuesta de Capitanich al pedido de audiencia con el poder ejecutivo. 

En la antesala de las COP27 del Cambio Climático y la COP15 de la Biodiversidad, científicos a lo largo y ancho del planeta piden que los representantes tomen decisiones políticas urgentes en favor de la protección del ambiente. “El objetivo a escala global es que hacia 2030 la superficie destinada a áreas de conservación sea al menos del 30% del territorio. Argentina está lejos de esa meta” enfatiza Marcelo Cabido, Investigador del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal.

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