“Las ciudades no terminan de entender la cuestión ambiental”
El año de la pandemia fue para Córdoba, también, el año de los incendios. En una provincia donde el fuego se propaga desde hace tiempo hasta arrasar con los montes, la magnitud del daño esta vez no se compara con nada. Se quemaron 350 mil hectáreas, el peor número que se recuerde desde que en 2003 se inició el registro sistemático de las superficies quemadas. En apenas unos meses, se perdió lo mismo que en los 17 años anteriores. Como respuesta frente a esa destrucción, hubo una fuerte reacción social y acaba de surgir el Movimiento Verde de Córdoba. Quienes forma parte del nuevo espacio afirman que no es una un acto repentino sino que se encadena con un proceso largo en el que la cuestión socioambiental gana terreno. Primero fue el colectivo “Paren de Fumigar” y las madres de Ituzaingó que se expresaban contra el uso de agroquímicos en los pueblos rurales; después fue el rechazo a la instalación de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas y finalmente la lucha en defensa de los bosques nativos que reunió a 30 mil personas en Córdoba Capital contra la ley de ordenamiento territorial.
Pablo Riveros es uno de los integrantes del colectivo que pone como eje la agenda ambientalista. Como candidato de una unión vecinal, se convirtió en 2019 en intendente de Villa Ciudad Parque, una localidad de 3500 habitantes que queda a 90 kilómetros al sur de Córdoba Capital y en la entrada norte del Valle de Calamuchita. El siguiente pasó será presentarse en 427 comunas de la provincia.
¿Por qué decidieron crear ahora el Movimiento Verde?
Hace varios años que en la provincia existe la militancia socioambiental. Pero entendemos que todo eso no tiene expresión política y nunca desborda los límites de la lucha específica. Creemos que tiene que desbordar lo comunitario y lo ambiental para ser parte de un proyecto político. Queremos que ese colectivo que construyó la provincia tenga una expresión política y dispute los ámbitos de decisión política. Así logramos ser gobierno en Villa Ciudad Parque. La idea nuestra es trabajar sobre el desarrollo local y el municipalismo para que los 427 municipios y comunas de Córdoba tengan expresión socioambiental a nivel de la política local.
¿Qué responsabilidad le atribuyen al gobierno y a las leyes nacionales?
El problema es la falta de controles del negocio inmobiliario, de la soja y del ganado. Hay muy poco control del Estado porque ordena el mercado. Más cuando el 95 por ciento de los casos es la mano del hombre la que provoca los incendios. No hay un ordenamiento ambiental del territorio, entonces se modifican los usos del suelo, se le da vía libre a los proyectos inmobiliarios, los negocios del paquete tecnológico sojero avanzan y la frontera agropecuaria se va a extendiendo hacia el norte.
¿Qué responden frente a eso desde el gobierno provincial?
La provincia creó hace poco un área de ordenamiento ambiental y las autoridades dicen que quieren contribuir o apoyar a los ordenamientos locales. Pero nuestra respuesta es la creación del Movimiento Verde cordobés. Evidentemente, no hay una representación política en los ámbitos de toma de decisión. Es un tema secundario por lo general. No hay toma de conciencia en los ámbitos de decisión.
¿Cuál es la idea del Movimiento Verde? ¿Presentarse en elecciones legislativas en todos los distritos?
Con la pandemia, se aceleraron algunos comportamientos. La gente consume de otra forma, se empiezan a producir alimentos agroecológicos, se modifican las formas de producción y la comercialización de la economía popular está mucho más aceitada, tiene presencia en distintos lugares. El tema de la defensa del ambiente hoy está en auge. Es importante para pensar una provincia mejor, un hábitat mejor y una relación mejor con el ambiente. Y me parece que va a ser mucho más factible que en las 427 comunas de córdoba haya representación de militancia socioambiental. Se necesitan espacios legislativos provinciales y nacionales.
¿Cómo describirías la reacción social en Córdoba frente a los incendios?
La gente se expresó yendo a apagar los incendios. Creo que fue un acto muy peligroso, de hecho hubo un muerto en Capilla del Monte, pero yo creo que también fue una decisión política muy valiente de parte de las comunidades, de ir a defender su territorio. Se estaba incendiando el monte y nadie lo iba a apagar. Para eso están los bomberos y la Defensa Civil, pero si ves que Defensa Civil no actuó y que los bomberos no daban a basto, bueno la ciudadanía se movilizó. Hubo muchos problemas, la policía empezó a prohibir los accesos a los incendios y se generaron tensiones.
La gente se expresó yendo a apagar los incendios. Fue un acto muy peligroso, pero también una decisión política muy valiente de parte de las comunidades, de ir a defender su territorio.
¿Era gente organizada, con una tradición de defensa del medio ambiente o también hubo gente que se sumó por primera vez a una respuesta de este tipo?
Las dos cosas. Por lo general, era una respuesta de organizaciones pequeñas, muy motivadas a lo local, que generaron una atracción en personas que tomaron la decisión de salir a dar una mano.
¿Encuentran eco en Buenos Aires?, ¿sienten que son escuchados?
Yo creo que estas luchas van a ser de la periferia al centro. Las ciudades no terminan de entender la cuestión ambiental. Encontramos eco en algunas organizaciones que tienen desarrollo en distintas regiones del país y entonces se hacen eco en la ciudad. Pero no hay una percepción clara por parte de las grandes ciudades de la problemática socioambiental. Y no es porque no tengan el problema encima sino porque los problemas no dejan que eso se convierta en prioridad.
Yo creo que estas luchas van a ser de la periferia al centro. Las ciudades no terminan de entender la cuestión ambiental. Y no es porque no tengan el problema encima.
En una gran ciudad pareciera que no se advierte la problemática.
Pero impacta. Yo estoy sobre el Lago los Molinos y todo el Sur de Córdoba capital toma agua del Lago Los Molinos. Hay un canal que sale desde el lago y llega a Bouwer, donde pasa por una planta potabilizadora y de ahí le dan agua a unas 250 mil personas. Hoy el lago está plagado de cianobacterias por la cantidad de nutrientes que surgen a partir del desarrollo urbano, la inexistencia de cloacas y los agroquímicos.
Este año se aprobó en el Congreso la ley de manejo de fuego.
Yo creo que es una ley que estaba bien, fue en el momento justo, políticamente estuvo bien. Fue muy coyuntural pero me parece que servir para trabajar hacia el futuro. Son legislaciones que tienen que estar con anterioridad. Pero hacia adelante tienen efecto.
El viernes pasado, Máximo Kirchner dijo que había aprendido mucho del tema.
Si, es que ellos lo están tomando también. Lo tienen que tomar. Pero por ejemplo vino Juan Cabandie acá y se juntó con Schiaretti pero no se juntó con las organizaciones socioambientales y acá tienen su peso. Debería haber apurado la actualización de los mapas de la ley nacional de ordenamiento de bosque nativo que hace 10 años no se hace en Córdoba. Lo que hay es una respuesta urgente a problemas urgentes pero no hay una solución del problema.
Usted aparece como cabeza visible. ¿Es un espacio heterogéneo o está identificado con el gobierno nacional?
Es un espacio heterogéneo. Yo soy peronista, pero el ámbito de trabajo, con quien nosotros nos movemos, articulamos y construimos. El límite nuestro es el macrismo y el neoliberalismo. Cualquier gobierno de ese tipo profundiza la tragedia ambiental. Nosotros trabajamos con profesionales, biólogos y abogados, con vecinos y vecinas comunes que vienen teniendo sus propias luchas en distintos lugares.
Al peronismo de Córdoba se lo ve como un experimento bastante particular. A Schiaretti se lo vio muy asociado a Macri durante su mandato. En relación al medio ambiente, ¿la provincia tuvo una política distinta a la que hubo a nivel nacional o no se distingue demasiado?
Yo creo que no se distingue demasiado. Sí me parece que todo esto que está sucediendo va a hacer que el gobierno provincial tome medidas.
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