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Sobre este blog

Una liana es una cuerda repentina que aparece ante nuestros ojos en medio de la adversidad y que, como Tarzán entre los árboles, agarramos para movernos de un lugar a otro, para sortear obstáculos, para sentir la seguridad de algo firme que raspa las manos y a la vez sirve de apoyo. En este espacio mi intención es rescatar algunas lianas del universo cultural y del mundo del entretenimiento –dos avenidas anchísimas–, algunas cosas para aferrarnos fuerte en medio de nuestras selvas personales.

Que florezcan, entonces, mil.

Autora: Agustina Larrea

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Formas de decir “no”, días de aberración

Agustina Larrea

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Sobre este blog

Una liana es una cuerda repentina que aparece ante nuestros ojos en medio de la adversidad y que, como Tarzán entre los árboles, agarramos para movernos de un lugar a otro, para sortear obstáculos, para sentir la seguridad de algo firme que raspa las manos y a la vez sirve de apoyo. En este espacio mi intención es rescatar algunas lianas del universo cultural y del mundo del entretenimiento –dos avenidas anchísimas–, algunas cosas para aferrarnos fuerte en medio de nuestras selvas personales.

Que florezcan, entonces, mil.

Autora: Agustina Larrea

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Decir no muchas veces resulta problemático. Pienso ahora que hay varios textos de Mil lianas dedicados a ese gesto, acompañados de libros, canciones, películas (uno por acá, para pensar en el no como una llama. Otro, acá, para percibirlo como un ruido del cuerpo).

Hay una expresión en inglés que me encanta, que usan por lo general los británicos cuando necesitan postergar una actividad o un compromiso. Me gusta, especialmente, porque acuden a ella para no tener que decir no de manera tajante, para no sonar concluyentes o desconsiderados (algo parecido a lo que comentamos hace tiempo cuando hablamos de decir no y de tazas de té: un no transitorio, un tiempo desvencijado). 

Me refiero –¿por qué estoy dando tantas vueltas? ¿por qué postergo para hablar de postergar?– a la expresión rain check. Cuando alguien necesita cambiar de planes o pedir el favor de pasar un encuentro para otro momento, suele preguntar si puede “tomar un rain check”. Me gusta esa forma cortés de pedirle una prórroga a otro porque siempre viene asociada a una nueva fecha, no a la cancelación definitiva; un por ahora. Nació en el mundo del deporte: cuando una competencia al aire libre debía postergarse por lluvia, a los espectadores se les entregaba un rain check, es decir, un vale que servía como entrada para usar en otro momento.