Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Una liana es una cuerda repentina que aparece ante nuestros ojos en medio de la adversidad y que, como Tarzán entre los árboles, agarramos para movernos de un lugar a otro, para sortear obstáculos, para sentir la seguridad de algo firme que raspa las manos y a la vez sirve de apoyo. En este espacio mi intención es rescatar algunas lianas del universo cultural y del mundo del entretenimiento –dos avenidas anchísimas–, algunas cosas para aferrarnos fuerte en medio de nuestras selvas personales.

Que florezcan, entonces, mil.

Autora: Agustina Larrea

elDiarioAR tiene cuatro nuevos newsletters ¿Ya los conocés? Cliqueá acá y suscribite.

El doble fondo de Aira, 'Twin Peaks' vuelve

Agustina Larrea

0

Sobre este blog

Una liana es una cuerda repentina que aparece ante nuestros ojos en medio de la adversidad y que, como Tarzán entre los árboles, agarramos para movernos de un lugar a otro, para sortear obstáculos, para sentir la seguridad de algo firme que raspa las manos y a la vez sirve de apoyo. En este espacio mi intención es rescatar algunas lianas del universo cultural y del mundo del entretenimiento –dos avenidas anchísimas–, algunas cosas para aferrarnos fuerte en medio de nuestras selvas personales.

Que florezcan, entonces, mil.

Autora: Agustina Larrea

elDiarioAR tiene cuatro nuevos newsletters ¿Ya los conocés? Cliqueá acá y suscribite.

Aquellas sombras del camino azul, ¿dónde están? –Luis Alberto Spinetta.

Hay semanas en las que la dispersión pesa más, en las que eso de andar un poco en muchos lados –y cuando digo lados me refiero a responsabilidades, a fantasmas propios y también a urgencias de otros: esa ristra perfectamente ensamblada por precariedades de todo tipo que rima tan bien con las voracidades de todos– forma un bollo que se ubica en un punto inasible de mi cuerpo y late con estridencia. Una pelota armada con desechos, como las que usaban mis compañeros del colegio para jugar en el recreo: capas y capas de papeles como intensidades apisonadas, premuras que se van destartalando pero que insisten, restos amuchados que hacen fuerza hasta volverse incomprensibles y a la vez contundentes.

Se escribió y asumo que se escribirá mucho de la crisis de la atención, del vértigo o cierta aceleración de estos tiempos, de eso que mencioné más de una vez por acá como una cinchada: lo que hacemos con la época, lo que la época hace con nosotros. Entonces, pasa, me pasa: el péndulo estos días se volvió poco amable o más desconcertante que otra veces; ese estar un ratito para salir, ese toco y me voy –que en otros momentos me resultaba iluminador, incluso lúdico– tomó la forma de un interrogante macizo. Aquellas sombras del camino azul, ¿dónde están?, se preguntaba Luis Alberto Spinetta.