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Mimando a los manatíes

La población del manatí antillano está amenazada y en declive.

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En una tranquila laguna en la costa norte de Belice, la suave luz del amanecer se refleja en las olas de tal manera que toda el agua parece estar incrustada con diamantes. Las raíces de los manglares se arquean hasta el agua, protegiendo la costa que rápidamente se convierte en bosque. Y aquí, cerca de estos complejos e inteligentes árboles, dos manatíes se turnan para sacar sus hocicos del agua y respirar aire fresco.

La pareja es indistinguible para el ojo inexperto. Pero para Zoe Walker, cofundadora de la organización conservacionista Wildtracks Belize, estos dos son viejos amigos. “Esos son Mitch y Lucky”, dice desde la ladera cubierta de hierba del centro de rehabilitación de manatíes y primates que ella y su esposo Paul establecieron hace más de tres décadas. Estos animales anteriormente pasaron por el proceso de recuperación de la organización y, una vez sanos, comenzaron una nueva vida en aguas abiertas.

“Han estado en la naturaleza por cuatro, tal vez cinco años”, señala Walker. “Y lo están haciendo muy bien. Vienen y van. Están interesados en las crías que acaban de ingresar al recinto de la laguna, por eso están dando vueltas en este momento. Son muy curiosos y quieren saberlo todo”.

Wildtracks trabaja en dos áreas críticas para el futuro de la vida silvestre y los océanos saludables en Belice: rehabilitando y reintroduciendo manatíes y primates en la naturaleza, así como brindando apoyo técnico para fortalecer e implementar estrategias nacionales de vida silvestre y áreas protegidas, lo cual es importante para WWF también. Al trabajar junto con otras organizaciones sin fines de lucro locales, nacionales y globales, el gobierno y las comunidades, la organización quiere cumplir con el objetivo nacional de que ningún animal se extinguirá en Belice para el año 2030. Es una tarea difícil considerando que la población del manatí antillano está amenazada y en declive, incluso en el bastión de Belice suman solo entre 700 y 1,000 individuos, pero es una tarea a la que los Walkers se enfrentan.

Cómo salvar a un manatí

Wildtracks siempre está preparada para recibir llamadas telefónicas que informen sobre un mamífero marino enfermo, herido o varado que necesite ayuda. Tal es su compromiso, que los Walkers no compran ningún vehículo sin antes confirmar que un manatí de seis pies (1.8 m) quepa en la parte trasera.

“Todavía tenemos cierto éxito en poder devolver muchos de estos a la naturaleza”, menciona Walker. “Muchas veces solo necesitan un lugar seguro donde puedan recuperarse. Seguridad, comida, sin estrés”. Los manatíes huérfanos a menudo tardan mucho más en regresar. Las crías de manatí y sus madres mantienen contacto físico el 100% del tiempo, por lo que la separación requiere el tratamiento de la salud mental del bebé junto con cualquier lesión o dolencia.

Un manatí joven comienza su viaje de rehabilitación en Wildtracks en una pequeña piscina con una persona en el agua durante todo el día, reconfortándolo simplemente con el hecho de estar en el mismo espacio. “Esa es la forma en que estabilizas a una cría y le das ganas de vivir, le das la voluntad de vivir”, dice Walker. “Esa presencia en el agua ha hecho la diferencia entre luchar para conseguir que una cría se alimente y llegar al punto en que se sienta muy feliz alimentándose. Necesita sentir confianza”.

El manatí recibe un inflable para piscina que se queda con ellos a medida que van transicionando de una piscina pequeña a una piscina grande y luego a una laguna cercada. Al inicio, el animal recibe leche de fórmula y se gradúa a los tan esperados “batidos de plátano” que contienen los nutrientes y las grasas necesarias para aumentar de peso. Los planes de cuidado son detallados e individualizados. Además, la liberación parcial -de una parte cerrada de la laguna hasta regresar a la naturaleza- ha ayudado a Wildtracks a rehabilitar con éxito a estos animales en peligro de extinción. Es por eso que Mitch y Lucky, quienes flotan cerca de la orilla, no necesitaron ayuda años después de ser liberados.

Por supuesto, proteger a cada uno de los manatíes requiere un esfuerzo más grande: abordar la salud y el bienestar del entorno marino donde viven. “La rehabilitación de la vida silvestre es solo una parte de esa solución”, comenta Walker. “Se necesita un equipo de personas en todo Belice, ya sea el Departamento de Pesca, la gente que rescata a los manatíes, nosotros haciendo la rehabilitación o los administradores de las áreas protegidas quienes se aseguran de que las áreas sean seguras p

Alison Henry - Worldwildlife

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