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Tristeza en Mina Clavero: el adiós a la primera adolescente trans

Celene Colantinio

Gustavo Molina

Córdoba —

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Todo es tristeza en Mina Clavero. Anoche, se supo que “Nati”, la primera niña trans del mundo en conseguir su cambio de identidad y readecuación de género, había muerto. El caso de “Nati”, cuyo nombre es Celene Gabriela Colantinio comenzó en 2003, cuando la chica tenía 13 años y les dijo a sus papás que se sentía mujer, pese a haber nacido varón.

Así comenzó un periplo judicial, clínico y legal que terminó en diciembre de 2007, cuando “Nati” se sometió a una cirugía de readecuación sexual y obtuvo su nuevo DNI con identidad femenina; convirtiéndose en la primera persona menor de edad en ser reconocida como trans por el Estado.

Ayer al mediodía, el padrastro de Celene Colantinio fue a ver qué ocurría con ella, porque no contestaba los mensajes y la encontró sin vida en su cama. Alicia, la mamá de Celeste, vivía a pocas cuadras de la casa de su hija, en Mina Clavero, una ciudad turística del valle de Traslasierras, ubicada a 160 kilómetros al oeste de esta Capital.

La fiscal de Villa Cura Brochero, Analía Gallarato ordenó la autopsia y en un principio hasta que reciba los resultados del Instituto Médico Legal, la muerte de Celene fue caratulada como de etiología dudosa. Desde la Unidad Departamental San Alberto de la Policía, confiaron a elDiarioAR que “el cuerpo no presentaba signos de violencia”.

Celene era tatuadora y artista plástica; desde 2019 vivía en Mina Clavero, tras haber residido durante una década en España, donde se fue con sus padres en 2009.

En 2020, en una entrevista con el programa local “La otra mirada”, Celene se mostró contenta por la ampliación de derechos: “Veo a los hombres mucho mejor que años atrás. Los derechos de las mujeres ya están como los derechos de los hombre”.

Celene había nacido en julio de 1990. En 2001, cuando sólo tenía 11 años de edad tuvo su primer intento de suicidio y en ese episodio, les dijo a sus papás que se sentía una nena; contaron los padres a los medios cordobeses y nacionales, cuatro años después, en octubre de 2005 cuando comenzaron una campaña judicial y mediática para que el Estado les permitiera someter a su hija a un tratamiento hormonal, porque padecía disforia de género; un diagnóstico psiquiátrico donde la identidad de género del paciente no concuerda con su sexo biológico al nacer y genera un malestar en su percepción de su identidad.

“Yo soy una mujer revolucionaria, a partir de mi caso se creó una ley que permite a personas menores de edad, con todo un peritaje, con todo un desarrollo bien, para tener una salud como una persona que necesita operarse el corazón. Eso llegó a todo el mundo con esta ley”, dijo Celene en 2020 a “La otra mirada”.

El largo camino por el derecho a la identidad

En abril de 2003, los padres de Celene comienzan a suministrarle un tratamiento hormonal. Y en octubre del año siguiente, presentaron el caso ante la Justicia de Villa Dolores, una ciudad cercana a Mina Clavero, donde vivía la familia. En ese primer trámite en los tribunales cordobeses, los padres de Celene solicitaron que se autorice la adecuación sexual quirúrgica, y presentaron certificados donde se diagnosticaba disforia de género. En noviembre de 2004, el juez Rodolfo Alvarez rechazó el pedido de los papás de la adolescente y argumentó que “la potestad de los padres no es suficiente para una operación irreversible”. 

Casi un año después, en octubre de 2005, el matrimonio llevó el caso a los medios y allí nombraron por primera vez “Nati” a esta adolescente de 15 años. En diciembre del mismo año, asociaciones de Europa y América dedicadas a la problemática de la disforia de género se interesaron en el caso y se comunicaron con la familia.

Seis meses después, en julio de 2006, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba ordenó tratar el caso, basándose en los estudios psicológicos, psiquiátricos y clínicos de “Nati”. Y en agosto de 2007 un Comité Consultivo y Bioético del Poder Judicial de Córdoba, recomendó la readecuación física y la re inscripción legal como mujer. 

Al mes siguiente la Justicia cordobesa ordenó la cirugía y la entrega de un nuevo DNI, reconociendo su nueva identidad. La obra social provincial APROSS cubrió la intervención que se realizó en el hospital “Ricardo Gutiérrez” de La Plata en diciembre de 2007.

Recién en mayo de 2012, el Congreso argentino aprobó la Ley de Identidad de Género, que le otorga el derecho a los habitantes del país a inscribirse legalmente en el DNI como se autoperciben.

En 2008, luego de terminar el colegio secundario ya con su nueva identidad, Celene Gabriela Colantinio comenzó a estudiar Bellas Artes en Villa Dolores. Y en marzo de 2009, toda la familia se radicó en Sevilla, España.

En una entrevista de 2014 con el diario cordobés La Voz del Interior, en uno de los viajes que la familia hizo a Córdoba, Celene Colantinio recordó: “Empecé primero con antiandrógenos y luego con estrógenos. Nunca tuve barba, nunca tuve voz masculina, mi femineidad se fue formando temprano. Encima me ayudó la genética: mi papá es bajito, mi madre es menuda, eso me ayudó a tener un cuerpo pequeño. Si no saben de mí, los chicos ni se dan cuenta. Hoy tengo una vida sexual como la de cualquier otra chica”.

De regreso al país, en 2019, Celene se sorprendió por los avances en materia de derechos y por la buena recepción que tuvo en su ciudad natal: “Encuentro una sociedad más abierta, más diversa, más tolerante. No puedo creer, por ejemplo, que en Villa Dolores haya habido una Marcha del Orgullo Gay, y que se haya convertido en una ciudad multicultural, hay una vibra muy buena. Antes me gritaban ”puto“ o ”maricón“, ahora falta que me pidan autógrafos... Me dicen ”Hola, Nati“ con mucha onda, cuando antes me agredían o me decían que estaba buena, pero con piropos en plan machista”.

Ya instalados en Mina Clavero, a 45 kilómetros de Villa Dolores, Alicia y su esposo se fueron a vivir a una casa; mientras que Celene se fue a vivir a pocas cuadras. Dedicada a las artes plásticas y a tatuar, era muy conocida en todo el valle de Traslasierras como Celene Tatoo, donde en los veranos sus trabajos eran muy requeridos por los turistas. Ayer, la noticia de su repentina muerte, conmocionó a los vecinos de la zona.

GM

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