Fósiles en África revelan cómo era la vida antes de la mayor extinción masiva de la Tierra

Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto en el sur de Tanzania y en el este de Zambia fósiles excepcionalmente bien conservados que arrojan nueva luz sobre el ecosistema terrestre que existía antes de la mayor extinción masiva de la historia de la Tierra, ocurrida hace unos 252 millones de años. Estos hallazgos, presentados por la Universidad de Washington y colaboradores, provienen de antiguas cuencas de rift que en el Pérmico tardío albergaban ríos, lagos y zonas pantanosas, y permiten reconstruir con gran detalle la fauna que habitaba la región en los últimos millones de años antes de la crisis del final del Pérmico.
Los fósiles recuperados
Las excavaciones han recuperado restos fósiles de vertebrados terrestres que incluyen anfibios primitivos, reptiles parecidos a mamíferos conocidos como sinápsidos, y diversos tipos de parientes tempranos de los dinosaurios y cocodrilos. Entre ellos destacan los restos de gorgonópsidos, depredadores carnívoros de grandes colmillos, y dicinodontes, herbívoros robustos con picos córneos. Estos animales formaban parte de una compleja red trófica en la que coexistían depredadores de gran tamaño, pequeños carroñeros, herbívoros especializados y especies acuáticas adaptadas a ambientes fluviales.
La importancia de la región
El estudio subraya que estas cuencas de rift de África meridional constituyen uno de los pocos registros fósiles continuos de vertebrados del Pérmico tardío en el hemisferio sur, fuera de la conocida cuenca del Karoo en Sudáfrica. La singularidad de este registro reside no solo en la abundancia y variedad de fósiles, sino también en su capacidad para documentar cambios ambientales y biológicos a lo largo de varios millones de años, justo antes de la extinción masiva que acabó con aproximadamente el 90% de las especies marinas y el 70% de las especies terrestres.
Estos yacimientos se formaron en un contexto tectónico particular: las cuencas de rift surgieron por la fragmentación progresiva del supercontinente Pangea, generando depresiones lineales que se llenaron con sedimentos fluviales y lacustres. Estas condiciones facilitaron la acumulación y preservación de restos orgánicos, creando un archivo natural en el que las capas sedimentarias registran variaciones climáticas, fluctuaciones en el nivel del agua y episodios de sequía que afectaron directamente a las comunidades biológicas.
La continuidad estratigráfica de estos depósitos permite seguir la evolución de las faunas a lo largo del tiempo, identificando qué especies aparecieron, prosperaron o desaparecieron a medida que se producían cambios en el medio. Este aspecto es clave para entender no solo el estado de los ecosistemas inmediatamente antes de la extinción, sino también las transiciones ecológicas que la precedieron. Al situar cada hallazgo en su contexto cronológico preciso mediante dataciones radiométricas, los investigadores pueden correlacionar la secuencia africana con registros fósiles de otras partes del mundo.
Las diferencias entre los yacimientos de ambos hemisferios
La comparación con yacimientos del hemisferio norte, especialmente en regiones que formaban parte de Laurasia, revela paralelismos y diferencias significativas en la evolución de los vertebrados durante el Pérmico tardío. Mientras que algunos linajes se distribuían ampliamente por Gondwana y Laurasia, otros parecen haber estado restringidos geográficamente, lo que sugiere que las barreras climáticas y geográficas desempeñaban un papel importante en la configuración de la biodiversidad global. Este enfoque comparativo amplía el valor de los hallazgos de Tanzania y Zambia más allá de su contexto regional.
Las condiciones de preservación en estas cuencas africanas han permitido recuperar fósiles tridimensionales con detalles anatómicos excepcionales. Esto posibilita reconstrucciones más precisas de la morfología y los hábitos de vida de los animales, así como inferir interacciones entre especies y su relación con el entorno. Al mismo tiempo, el análisis de los sedimentos asociados ofrece datos sobre el clima, la hidrología y la dinámica de los ecosistemas justo antes de la crisis del final del Pérmico.

Las campañas de excavación forman parte de un proyecto de largo plazo que involucra a instituciones de varios países, incluidas universidades africanas, que participan tanto en el trabajo de campo como en la formación de nuevos paleontólogos locales. El equipo destaca la relevancia de esta colaboración internacional para proteger el patrimonio fósil y fortalecer las capacidades científicas en la región. Con estos avances, el registro fósil de Tanzania y Zambia se perfila como una pieza esencial para descifrar uno de los episodios más dramáticos en la historia de la vida en la Tierra, aportando pistas sobre la resistencia y vulnerabilidad de las especies ante cambios ambientales extremos.
Christian Sidor y Kenneth Angielczyk, curador de paleomamología del Museo Field, ejercieron como coeditores de una serie de 14 artículos publicada el 7 de agosto en la Revista de Paleontología de Vertebrados. Esta recopilación reúne los descubrimientos recientes del equipo sobre la gran diversidad de animales que habitaron el África pérmica, desde depredadores con dientes de sable hasta excavadores especializados, pasando por una imponente criatura similar a una salamandra.
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