Sin una ley que los habilite, los contadores discuten si los contribuyentes se animarán a blanquear sus dólares

El vocero presidencial y candidato a las elecciones legislativas porteñas de este domingo, Manuel Adorni, anticipó este lunes, en su sprint final de conferencias de prensa en la Casa Rosada, que este jueves el Gobierno anunciará los detalles de las nuevas medidas para que se puedan blanquear dólares ahorrados en la informalidad con una sencilla declaración jurada. No se sabe si saldrá por decreto o resoluciones del Ministerio de Economía, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y el Banco Central, pero está claro que no habrá una nueva ley que ampare la nueva amnistía tributaria. Que el blanqueo no se haga por ley levanta dudas entre opositores amigables con el Ejecutivo, contadores y contribuyentes.
En tiempos en que el presidente Javier Milei y sus alfiles andan por la vida descalificando críticos como mandriles, ensobrados, corruptos y demás, un famoso contador prefiere el anonimato a la hora de opinar. “Hay varias opciones para el nuevo blanqueo. Uno es el régimen de presentación espontánea, que ya existe, que perdona multas y punitorios pero no impuestos. Así que no. Dos, el bloqueo fiscal, que se aplicó en el año 2000: vos presentabas tu declaración jurada y las autoridades si no la objetaban, no podían reclamarte para atrás. Pero tuvo sus problemas. Tres, planes de pago de impuestos más laxos. Cuatro, blanquear incrementos patrimoniales no justificados. Cinco, suspender los regímenes de información que se exigen, por ejemplo, a bancos y escribanías, aunque el día de mañana otro gobierno te puede venir a pedir información. Por eso, necesitás una ley para generar la confianza para que el contribuyente se presente.”
“¿Cómo vas a convencer al que no blanqueó en el blanqueo que acaba de terminar de que mañana no vienen los K y te rompen el que te dije?”, se pregunta el contador. “Ya pasó tras el blanqueo de (Mauricio) Macri (en 2016/2017): después vino Alberto (Fernández) y te subió la alícuota de Bienes Personales, te puso el aporte solidario, muchos se mudaron a Uruguay y EEUU y los persiguieron igual”, agregó. Sin embargo, la amnistía fiscal de 2024/2025, que finalizó la semana pasada, fue exitosa al blanquear US$31.000 millones. “Es que hubo gente que volvió a negrear y volvió a blanquear y además ahora blanqueó el chiquitaje”, responde el contador citado. En 2016/2017 se registraron US$117.000 millones, casi cuatro veces más plata que ahora, y la mayoría fueron sociedades y cuentas offshore. Con Milei predominó el efectivo, la plata bajo el colchón o en cajas de seguridad.
Otro experto contable baraja la posibilidad de que “en principio no sería un blanqueo formal sino que la persona podrá depositar plata hasta un determinado monto en el banco sin que le pidan información”. “Tienen que alinearse varios cambios normativos a través de un decreto para que no tenga la persona problema cambiario, fiscal, penal. Si las condiciones están bien amparadas y si es gratis (no se pagarían multas por blanqueo, como ya ocurrió con Milei), puede haber oportunidades para que la gente entre. La idea es apuntar a que ese dinero vaya al sistema productivo: autos, motos, electrodomésticos. También estaría bueno que los que están obligados a mantener los dólares hasta el 31 de diciembre por el blanqueo anterior puedan retirarlos con algún fin específico. Siempre hay que proteger todas las actividades de lavado de dinero para que no entremos en problemas con el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional). Entendemos que al ser montos chicos, no debería comprometerlo”, opina este segundo contador consultado, aunque otro colega, Arnaud Iribarne, advierte que si alguien quiere blanquear US$1 millón, puede juntar nueve testaferros y entre él y ellos cada uno declararía US$100.000, que es la cifra tope a la que apuntarían.
Algunos contadores advierten que un blanqueo sin ley que lo apruebe resultaría ilegal. Uno de ellos señala que “se va en contra de varias normas, entre ellas la ley de procedimiento tributario 11.683, que grava los incrementos patrimoniales no justificados con Ganancias e IVA. No sé cómo podrían resolverlo sin cambiar la ley. Ahora, si fueran a liberar lo ya blanqueado es otra cosa”, apunta a los fondos de la amnistía anterior que estaban bloqueados en cuentas hasta fin de año.
Iribarne considera que un blanqueo requiere de una ley y que sin ella se posibilita que “traficantes de drogas, armas y personas, los coimeros o los que trabajan en el PAMI (Programa de Asistencia Médica Integral)” pueden registrar su dinero malhabido. Es decir, a diferencia de las amnistías anteriores, los funcionarios, sus padres y sus hijos también podrian gastar fondos ocultos, salvo que lo prohíba el Ejecutivo. Y este contador opina que aquellos que blanqueen no correrán riesgos: “Un blanqueo sin ley es ilegal, pero si hay un decreto o resolución que lo respalda, no corre riesgo el evasor. Una vez que el Gobierno decreta o resuelve, es un hecho consumado, un derecho adquirido para el contribuyente, un nuevo gobierno no puede discutir lo que hizo el anterior. Pero dos blanqueos en dos años lesiona la relación fisco/contribuyente: los que venimos cumpliendo nos sentimos unos pelotudos”.
AR/MG
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