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La segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner se financiará con fondos de bancos latinoamericanos

La primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner está en construcción, financiada por el Estado argentino

Delfina Torres Cabreros

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Tras varios meses de negociaciones, el Gobierno anunció que la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner, que busca llevar gas de manera subterránea desde Vaca Muerta hasta Santa Fe, se financiará con US$689 millones del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) y US$540 millones del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Así, toman un rol protagónico en el proyecto entidades bancarias de la región –cuyos países se verá beneficiados por la posibilidad de contar con exportaciones argentinas de gas en el futuro, puntualmente Brasil y Chile– y pierde peso la alternativa del financiamiento chino, que se barajaba en un primer momento.  

De acuerdo a lo planificado el primer tramo del gasoducto, de 573 kilómetros entre Tratayén y Salliqueló, será terminado en junio de 2023 y se estima que generará un ahorro de U$S2.000 millones en importaciones y ampliará la capacidad de transporte de gas en un 30%. Esta etapa tiene prevista una financiación de US$1.500 millones constituidos por fondos del Tesoro y una porción de lo recaudado por el Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas sancionado en 2021.  

La segunda etapa del proyecto, que cubre 583 kilómetros entre Salliqueló y San Jerónimo, en Santa Fe, se hará con US$1.229 del Estado Brasileño y de la CAF, que tiene sus oficinas centrales en Venezuela. La secretaria de Energía, Flavia Royón, fue la encargada de confirmarlo ayer, en el marco de un nuevo aniversario del “Día del Petróleo y el Gas”. Según dijo, los trabajos en la segunda etapa permitirán ampliar en un 25% la capacidad del sistema nacional de transporte de gasoductos troncales.

La funcionaria repasó algunos números y aseguró que en agosto pasado la producción de gas no convencional fue la más alta de la historia del país. En tanto, en octubre, la producción de shale oil representó un incremento interanual del 40%, mientras que la de petróleo fue la más alta desde 2009.

En conjunto con otras políticas del sector, como la extensión del Plan Gas.Ar, Royón estimó que el total de las inversiones previstas en el sector energético permitirá “pasar de una balanza negativa a un saldo positivo de entre US$4.000 y US$8.000 millones en 2026”.

A pesar del avance de la obra del gasoducto y las mejoras que generaría una vez terminado, Royón señaló que “es probable” que en 2023 regrese a Bahía Blanca el buque regasificador que se utiliza para cubrir con GNL importado los picos de demanda de gas durante el invierno. Este buque de alquiler refuerza mientras duran las bajas temperaturas el trabajo de otro buque que está emplazado de manera permanente en el puerto de Escobar. 

La expectativa es que una vez que esté operativo el gasoducto Néstor Kirchner, esto deje de ser necesario dado que el problema de la Argentina para cubrir sus necesidades no tiene que ver con una falta de gas –de hecho, según la ONG Fundar el país posee potencial para abastecer la demanda local de gas por dos siglos– sino de transporte. 

DT

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