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La UIA espera a Alberto Fernández entre la recuperación industrial y la incertidumbre por el FMI

Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, en la conferencia anual de la entidad.

Alejandro Rebossio

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Después del 2020 pandémico, la Conferencia Industrial Argentina volvió este miércoles y jueves a su sede habitual de Parque Norte. En la jornada anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) el lema es “Exportar valor argentino. Claves para un Mercosur productivo”, pero las preocupaciones de los popes manufactureros se canalizan por otros asuntos, desde la presencia o la ausencia del presidente Alberto Fernández en el cierre, comparecencia que confirmó a último momento, hasta la incertidumbre sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Desde que el abogado laboralista Daniel Funes de Rioja asumió como presidente de la UIA, jamás fue recibido por el jefe de Estado. Su nombramiento surgió entre tensiones de los grupos económicos nacionales que lo impulsaron, como Techint, Arcor y Ledesma, y el oficialismo. Fernández faltó a la celebración del Día de la Industria, en septiembre pasado, aunque sus ministros mantienen el diálogo con Funes de Rioja y el resto de la cúpula de la UIA. Pero la entidad está celosa de la CGT, a la que el Presidente ha recibido varias veces en pleno en estos dos años de gobierno. Fernández había convocado el 9 de julio de 2020 a los presidentes del Grupo de los 6 (G6, incluidos los de la UIA, que en ese tiempo era Miguel Acevedo; la Sociedad Rural, las cámaras de Comercio y Construcción; la Asociación de Bancos Argentinos, Adeba; y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires), pero la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner cuestionó a esos dirigentes y desde entonces las reuniones son con determinados grandes empresarios. No con todos, no con Paolo Rocca (Techint), Luis Pagani (Arcor) o los descendientes de Carlos Pedro Blaquier, retirado de la gestión de Ledesma a sus 94 años. En la UIA también recuerdan que tampoco en el gobierno de Mauricio Macri el entonces presidente recibía a su comité ejecutivo.

Pero Fernández finalmente asistirá a la Conferencia Industrial. Aquí lo esperan empresarios que están viviendo un fuerte repunte de la industria después de los malos años de Macri y de lo peor de la pandemia, aunque también existe incertidumbre sobre 2022. Primero se preguntan si habrá pacto con el FMI, porque de eso depende la definición de varias políticas, como la antiinflacionaria, la fiscal y la cambiaria. También consideran que es importante el acuerdo para bajar el costo del crédito para las empresas, aunque lo consideran condición necesaria pero no suficiente para ese descenso. Insisten con los reclamos de menos impuestos y flexibilización de normas laborales y recuerdan que el empleo privado ha caído en los últimos diez años. Pero el Gobierno no parece dispuesto a una reforma laboral y sólo rebaja tributos a ciertos sectores exportadores, como la agroindustria, la electromovilidad o la construcción, de acuerdo con los proyectos de ley que Fernández acordó con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tratar este año en el Congreso. La iniciativa sobre hidrocarburos deberá esperar, mientras en las potencias como los Estados Unidos de Joe Biden y la Alemania del futuro premier Olaf Scholz (socialdemócrata aliado a los verdes y liberales) se advierte que con la lucha contra el cambio climático “Vaca Muerta estará más muerta que nunca”.

Por lo pronto, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, vino el miércoles a anticiparles a los industriales un tema que les preocupa siempre: el atraso del dólar. Descartó una devaluación brusca, pero prometió que en la medida en que baje la inflación, volverán a depreciar el peso oficial al ritmo de los precios, como hizo en 2020, antes de que usara el tipo de cambio como ancla antiinflacionaria. “En la medida que lo permita el proceso inflacionario vamos a cambiar el paso devaluatorio que hemos tenido hasta ahora”, anticipó Pesce. Pero descartó un salto abrupto: “Tampoco creemos nosotros en ese tipo de estrategia. Hemos tenido experiencias recientes de saltos cambiarios que lo único que han provocado es aceleración inflacionaria”. Al día siguiente, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, insistió por las dudas en que no habrá devaluación.

AR

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