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Claves para entender los resultados de las elecciones en Turquía y qué puede pasar en la segunda vuelta

Seguidores del presidente turco se concentran frente a la sede del AKP durante la noche electoral en Ankara.

Javier Biosca Azcoiti

elDiario.es —

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Son las elecciones más importantes de Turquía en las últimas décadas. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sufrido el desgaste de 20 años en el poder, pero resistió el embate de una oposición unida. El presidente roza la mayoría absoluta con un 49,4% de los votos (27 millones, según la agencia estatal Anadolu) y el candidato opositor, Kemal Kilicdaroglu, se queda en el 44,9% (24,5 millones de votos). El tercero ha sido Sinan Ogan, con un 5%. Ante este panorama, Turquía celebrará la segunda vuelta electoral el 28 de mayo y Ogan, aunque fuera de la carrera, jugará un papel clave. En el Parlamento, Erdogan pierde apoyo, pero una alianza con los ultranacionalistas le permite mantener la mayoría absoluta.

Oposición atascada

Prácticamente toda la oposición se había puesto de acuerdo para votar a Kemal Kilicdaroglu, que lleva 13 años dirigiendo el CHP (Partido Republicano del Pueblo), el principal partido de la oposición y la formación creada por el fundador de la patria, Mustafá Kemal Atatürk. A la llamada Mesa de los Seis, formada por seis partidos opositores, se había sumado desde fuera la formación prokurda HDP (Partido Democrático de los Pueblos).

Las expectativas eran muy altas. La mayoría de las encuestas daban a Kilicdaroglu como ganador, algunas de ellas incluso con mayoría absoluta en la primera ronda. Para muchos críticos de Erdogan, esta podría ser la última oportunidad de derrocar democráticamente a un presidente con una creciente deriva autoritaria. “Si gana, Erdogan redoblará su autocracia y pasará de parecerse más a Hungría y Polonia a parecerse a Rusia y Bielorrusia”, dice Soner Cagaptay, director del Programa de Investigación de Turquía del think tank Washington Institute. “Si no le puedes ganar con un 50% de inflación, ¿cuándo?”.

“Las expectativas eran demasiado altas, pero la oposición tenía que luchar una batalla cuesta arriba. En primer lugar porque el AKP controla los medios y prácticamente todas las funciones estatales. En segundo lugar, porque tenía que satisfacer tanto al electorado kurdo como a los nacionalistas”, explica Howard Eissenstat, profesor de Historia de St. Lawrence University, en Nueva York, e investigador del Middle East Institute.

Aunque el principal candidato opositor ha pasado de un 30,6% en las presidenciales de 2018 al 44,9% actual, el aumento responde principalmente a los porcentajes de los otros dos candidatos opositores que se presentaron en 2018 y que esta vez mostraron su apoyo a Kilicdaroglu para concentrar el voto. “La alianza del CHP con las formaciones de centroderecha [en la Mesa de los Seis] no se ha convertido en una amplia alianza real de centroizquierda y centroderecha a ojos del electorado conservador”, dice Cagaptay. “Me parece que el voto de Kilicdaroglu se ha atascado en su base habitual de votantes del CHP, los votantes de Iyi Parti [segunda fuerza de la Mesa de los Seis] y HDP”. 

Erdogan resiste

Lleva 20 años en el poder, los 10 últimos con una creciente deriva autoritaria; ahora tiene una inflación cercana al 50% (el año pasado superó el 80%); y en febrero tuvo que gestionar el peor terremoto de la historia del país desde 1939. Sin embargo, el presidente ha recibido 27 millones de votos, según la agencia estatal Anadolu, o 26 millones, según la agencia independiente Anka. Aunque el porcentaje de voto se ha reducido alrededor de tres puntos respecto a 2018, el número de votos se ha mantenido más o menos estable. De hecho, el presidente ha cosechado una fuerte victoria en las regiones más golpeadas por el sismo, ganando en ocho de las 11 provincias afectadas. 

“Es el tipo de líder político que genera amplio rechazo en una mitad de la población mientras que a la otra mitad le gusta y se siente más amparada bajo ese liderazgo fuerte”, dice a elDiario.es Eduard Soler, investigador del think tank CIDOB y especializado en Turquía. “La oposición no ha llegado quizá a seducir más allá de aquellos que ya entraron en la lógica anti-Erdogan. En la derecha conservadora, que Kilicdaroglu tuviera el apoyo del HDP les ha tirado para atrás, aunque sin ese 10% de los kurdos no podía aspirar de ninguna manera a la mayoría”.

Ziya Meral, investigador del think tank británico RUSI, decía en Twitter: “Después de 20 años, seguimos sin entender a los votantes de Erdogan… Y sin que ellos decidan cambiar su voto, él cabalga sobre sus preocupaciones sin importar lo pobre que haya sido su desempeño real en áreas clave como la economía”. En definitiva, Turquía tiene un gran electorado para un líder conservador y nacionalista carismático.

Quién es Sinan Ogan y qué pasará en la segunda vuelta

La segunda vuelta de las elecciones entre Erdogan y Kilicdaroglu se celebrará el 28 de mayo con el presidente como favorito. Atendiendo a los resultados actuales, Erdogan está solo a medio punto de la mayoría absoluta. Además, la diferencia entre ambos es de más de dos millones de votos. 

En este sentido, los aproximadamente 2,8 millones que han votado al tercer candidato, Sinan Ogan, serán clave en la segunda ronda. Ogan es un ultranacionalista antiinmigración rebotado del partido ultra MHP (aliado de Erdogan). 

“Es producto de la larga tradición turca de nacionalismo militante con un fuerte componente racial. Sospecho que su éxito es producto del resentimiento hacia los refugiados sirios unido al rechazo a las dos coaliciones: la de Erdogan por sus fracasos económicos y la de Kilicdaroglu por su alianza con el HDP”, dice Eissenstat, el profesor de Historia. “Creo que la mayoría de sus votos irán a Erdogan en la segunda vuelta”.

Ogan ha dicho que va a consultar a las bases antes de pedir el apoyo para uno de los dos candidatos, pero ha dado alguna pista. “Ya hemos dejado claro que la lucha contra el terrorismo y devolver a los refugiados son nuestras líneas rojas”, ha dicho. “Por ejemplo, podríamos firmar un protocolo [para apoyar a Kilicdaroglu] para aclarar que no van a hacer ninguna concesión al HDP, es así de simple”. Es una difícil ecuación porque Kilicdaroglu necesita entre el 8% y el 10% que representa el voto kurdo, pero también necesita a los nacionalistas. Respecto a los refugiados, Erdogan ha prometido que no los expulsará, mientras que el candidato opositor ha asegurado que completará la expulsión de todos los sirios en dos años. Turquía acoge a aproximadamente 3,5 millones de refugiados sirios.

El resultado de las parlamentarias, con Erdogan manteniendo el control de la Asamblea, favorece sus expectativas electorales de cara a la segunda vuelta, dice Soler. “Lanza un mensaje de orden y estabilidad que buscan muchos votantes. Con tantos retos por delante, una parte importante de la población quiere que alguien se encargue de esto y tener un parlamento y una presidencia divididos no ayuda”.

Un Parlamento en manos de Erdogan

La Asamblea Nacional tiene 600 escaños, por lo que la mayoría absoluta está en 301. Actualmente el AKP de Erdogan tiene 286 diputados y su aliado, el partido ultra MHP, 48. Aunque la formación de Erdogan ha perdido una decena de diputados en estas elecciones (se calcula que tendrá 267), su alianza con el MHP, que ha obtenido 50, le permite seguir teniendo el control.

“El MHP es un pilar del bloque gubernamental. Es el socio menor, pero está sobredimensionado en algunos puestos del Estado y nada indica que se vaya a producir una ruptura”, dice Soler. “Hay un refuerzo claro del vector nacionalista dentro de la política turca”, añade. Por su parte, Eissenstat cree que si Erdogan gana la segunda vuelta, tal y como cree, ambos partidos continuarán cooperando, “pero si pierde, al MHP le interesa ser más independiente”.

Elecciones “competitivas”, pero “injustas”

Con un 89% de participación, la movilización en la primera vuelta ha sido ligeramente superior a la de las pasadas elecciones y una de las más elevadas para un país en el que el voto no es obligatorio. “Con la madurez mostrada ayer, Turquía ha demostrado que es uno de los países con la cultura democrática más avanzada del mundo. Fue una de las elecciones con mayor participación de nuestra historia”, ha afirmado Erdogan este lunes.

Pese a la alta participación y las opciones reales entre alternativas políticas diferentes, “el actual presidente y los partidos gobernantes han tenido una ventaja injustificada”, señalaron los observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa).

“La democracia turca está demostrando ser asombrosamente resistente. Estas elecciones han tenido una alta participación y han ofrecido una posibilidad real de elección. Sin embargo, Turquía no cumple los principios básicos para celebrar unas elecciones democráticas”, afirmó Frank Schwabe, jefe de la delegación de observación del Consejo de Europa. “Figuras políticas y sociales clave están en prisión incluso después de sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la libertad de los medios de comunicación está gravemente restringida y existe un clima de autocensura. Turquía está muy lejos de crear unas condiciones justas para la campaña electoral”.

“Algunos de los líderes más populares de Turquía tenían prohibido presentarse o ya estaban encarcelados”, recuerda Eissenstat. “¿Libre en comparación con Rusia? Claro. ¿Libre comparado incluso con democracias con problemas como Hungría? No”.

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