Ante la crisis que siguió a la pandemia, Cuba impulsa un programa de privatización para relanzar la economía de la isla

El presidente de Cuba, la isla mayor del archipiélago de las Antillas en el mar Caribe, Miguel Díaz-Canel Bermúdez publicó en su cuenta de Twitter el sábado: “Destrabando procesos: nuestro Consejo de Ministros amplía opciones del trabajo por cuenta propia y elimina restricciones en beneficio de sus más de 600 000 trabajadores, duramente golpeados por recrudecimiento del #BloqueoVs Cuba y efectos de la pandemia .#Somos Cuba #Cuba Viva.

Según el diario gubernamental Granma los 600.000 trabajadores comprende a los llamados “cuentapropistas” dedicados a la actividad privada. Además de las pequeñas fincas, el sector incluye a microempresas privadas dirigidas por artesanos, taxistas, operadores de turismo y comerciantes. Representa el 14% del total de la población activa del país que ronda en los 5.000.000.

El anuncio significa un importante cambio para Cuba que durante más de seis décadas estuvo bajo el liderazgo de ya mítico comandante Fidel Castro quien desde la hora cero de la Revolución Cubana en 1959 impuso un régimen de gobierno que socializó los sistemas de producción, cuyas pautas habían quedado esbozadas en su histórico documento conocido como “La historia me absolverá” donde resumía los problemas a erradicar.  El curso de la historia mostró que las transformaciones en el campo económico estuvieron acompañando a las urgencias y estrategias de orden político. Durante su progresivo cumplimiento se constataron ciclos de auge y declive y en general hubo en algunos períodos resultados económicos que no fueron los esperados ni los deseados por los cubanos.

En 2015, los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro restablecieron relaciones y la isla abrió las puertas a la iniciativa privada. Sin embargo, la política de EEUU implementada por el sucesor de Obama,  Donald Trump, tuvo como consecuencia de que Cuba fuera incluida nuevamente en la lista de países patrocinadores del terrorismo. El actual presidente Joe Biden declaró su voluntad de mejorar las relaciones con la isla, pero los observadores advierten que no queda claro la prioridad del tema en la agenda política del flamante gobierno.

A la ministra de Trabajo, Marta Elena Fleito, correspondió informar de los detalles de la nueva política económica de apertura a la iniciativa privada. La autorización para operar de manera privada otorgada a 127 industrias se ampliará a unas 2000. Sin embargo, 124 actividades no son incluidas en esta medida. Según informó la agencia de noticias AFP son las que están relacionadas con rubros considerados estratégicos para el Estado como medios de comunicación, salud y defensa.

Las razones de la medida se deben al agudizamiento de la crisis económica que según organismos multilaterales fue de 11% -la más severa en los últimos 30 años- marcada por la escasez de productos básicos y una marcada inflación en los precios agravada por la iniciativa gubernamental a partir del 1 de enero de este año de unificación monetaria y cambiaria como parte de la “Tarea de Ordenamiento” anunciada por Díaz Canel. La disposición oficializó la muerte del peso cubano convertible (CUC) una de las dos monedas vigentes en la isla desde el 2004. Ahora, el país tendrá sólo el peso cubano cuya tasa es de US$1=24.

El gobierno cubano atribuye el descalabro a los efectos mortales de la pandemia y el bloqueo instrumentado por las medidas adoptadas por el expresidente Donald Trump. Y aquí encuentra también la justificación para las medidas radicales que se ha visto forzado a adoptar, según su explicación, pero cuyas consecuencias todo parece indicar que se prolongarán irrevocables mucho más allá de la coyuntura de la pandemia y su crisis.