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Xenofobia y racismo en Europa

Cómo el hijo adolescente del ministro sueco de Migración se volvió neonazi: artes marciales, TikTok y supremacismo

El ministro de Migración de Suecia, Johan Forssell, durante una reunión en Bruselas el 5 de marzo.

Òscar Gelis Pons

Copenhague —
17 de julio de 2025 07:16 h

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El ministro de Migración y políticas de asilo de Suecia, Johan Forssell, siempre ha defendido que los padres tienen una responsabilidad sobre las acciones de sus hijos, en especial si los menores cometen actos delictivos o pertenecen a una de las pandillas que siembran la violencia en el país nórdico.

Pero las palabras del ministro, que también aboga por reducir la responsabilidad penal hasta los 14 años, se le pueden volver pronto en contra después de que transcendiera que su hijo de 16 años tiene vínculos con varios grupos supremacistas blancos violentos. El caso, además de haber causado un revuelo político en el país nórdico, pone de manifiesto el auge de los nuevos movimientos de extrema derecha en Suecia, que atraen cada vez a más adolescentes jóvenes, promoviendo una agenda de supremacía blanca en el entorno de gimnasios y clubes de lucha.

Forssell, cuyo partido de centro-derecha (Partido Moderado) dirige la coalición de Gobierno que depende de los apoyos de la formación de ultraderecha Demócratas de Suecia, ha confirmado que los servicios secretos (Sapö) se pusieron en contacto con él hace unas semanas en relación con las actividades de su hijo. El ministro ha defendido que en un primer momento no hizo público este hecho por su deber de proteger la identidad del menor. Sin embargo, la identidad de su hijo fue filtrada en redes sociales.

El ministro dice que no lo sabía

La alerta dada por Sapö al titular de Migración vino tras la publicación en la revista de investigación sueca Expo de que un miembro del Gobierno, sin especificar el nombre, tenía un familiar cercano activo en varios grupos neonazis, entre ellos el Movimiento de Resistencia Nórdico, clasificado como una organización terrorista por Estados Unidos, y el grupo Akitvklubb Sverige.

Forssell seguía a su hijo en redes sociales, donde el menor seguía a su vez a activistas y cuentas relacionadas con la ultraderecha. Pero el ministro aseguró que no tenía ni idea de la militancia del adolescente hasta que fue preguntado por los periodistas de Expo. “Como padre, uno se siente conmocionado y horrorizado, estas actividades han terminado, pero, por supuesto, nuestras conversaciones continuarán”, dijo Forssell en una entrevista para TV4, en la que también aseguró que su hijo “está profundamente arrepentido”.

El hijo del ministro asistió supuestamente a varias reuniones de grupos radicales de extrema derecha, aunque no es sospechoso de haber cometido ningún delito, ya que la legislación en Suecia permite la reunión y las actividades de los grupos neonazis. En una foto publicada por la revista Expo, también aparece haciendo el saludo nazi, y han trascendido algunos mensajes de odio que el joven habría publicado en chats internos: “Debemos acabar con la violencia importada. ¡Es hora de que los europeos contraataquen!”, se podía leer en uno de ellos.

El ministro de migraciones sueco, Johan Forssell

Consecuencias políticas

El caso está teniendo consecuencias políticas y los partidos de la oposición ya han pedido la comparecencia de Forssell en el Parlamento. En el ojo de las críticas también está el Sapö, ya que sus agentes no estaban al corriente de la pertinencia a grupos neonazis de alguien tan cercano a un miembro del Gobierno.

El caso recuerda que el extremismo de derechas está experimentando un auge en los últimos años en Suecia, coincidiendo con la influencia política que ha alcanzado la formación Demócratas de Suecia desde los comicios de 2022, cuando fue el segundo partido más votado.

Los servicios de Sapö y otros expertos alertan de que el número de grupos activos de extrema derecha se ha disparado en el país nórdico, y es el más alto desde 2008. Estos grupos extremistas han dejado de ser organizaciones jerárquicas convencionales, como el Movimiento de Resistencia Nórdico, para transformarse en células más pequeñas, informales y encubiertas como el Aktivklub Sverige.

Artes marciales

Este grupo supremacista, inspirado en una organización que nació en 2020 en Estados Unidos, sirve como paraguas de otros grupos como White Boys Stockholm o Gym XIV, creados alrededor de gimnasios donde se entrenan artes marciales mixtas (MMA), utilizadas “como una forma para prepararse para ejercer la violencia en la lucha para la supremacía blanca”, explica Morgan Finnisö, investigador en Expo que lleva años estudiando a estos grupos. “Pero más allá del entreno físico, el grupo publica fotos, vídeos, memes racistas y otro contenido violento en plataformas como TikTok o Telegram para conseguir atraer a otros hombres jóvenes al grupo”, según Finnisö.

Según el investigador, una de las características de los nuevos grupos extremistas de derechas es que “consiguen reclutar cada vez a adolescentes más jóvenes, atraídos por su desafección con la política, y también por un ideal hipermasculino de convertir su cuerpo en un arma física a base de entrenamiento”.

Tras el escándalo con el hijo del ministro, la cuenta de Aktivklubb Sverige intenta aprovechar el foco mediático publicando un video en que se ve a varios de sus miembros enmascarados con bengalas y banderas de Suecia: “Nuestro tiempo acaba de empezar”, dice un mensaje en el video. Con videos como este, el investigador Morgan Finnisö, cree que “para los extremistas de derechas se ha vuelto muy fácil difundir su propaganda por internet y socializar con más gente, que absorbe estos mensajes hasta radicalizarse”.

En su último informe anual, Sapö destaca que esta radicalización online puede degenerar en más actos de violencia en el futuro. Ya ha habido ataques y otros incidentes en días como el del Orgullo LGTBQ en Estocolmo.

“En sus mensajes son muy claros, odian a las personas no blancas, odian la democracia y odian a las personas no heterosexuales. Hasta ahora solamente han protagonizado ataques de poca intensidad, pero, por su inherente ideología neonazi y violenta, representan una amenaza para la sociedad”, advierte Finnisö.

Expansión internacional

Más allá de Suecia, el Aktivklubb ya se ha expandido por Noruega, Dinamarca y Estonia.

“Un factor claro es el éxito político de la derecha radical en Europa y en Estados Unidos, es decir, de actores políticos como Donald Trump o demócratas de Suecia”, dice Finnisö. “Vemos, una y otra vez, que cuando la derecha radical logra éxitos políticos y parlamentarios, los activistas de extrema derecha ven que la sociedad avanza hacia su dirección, y esto lo quieren aprovechar”.

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