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La Policía brasileña confirmó que el cuerpo encontrado en la Amazonía es el del periodista Dom Phillips

Cuerpos hallados en la Amazonía llegan a Brasilia para confirmar su identidad

elDiarioAR

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La Policía Federal de Brasil confirmó este viernes que algunos de los restos mortales hallados en un río de la Amazonía corresponden al periodista británico Dom Phillips, desaparecido y asesinado junto al indigenista Bruno Araújo Pereira.

Según un comunicado difundido por ese organismo, la confirmación ha sido posible gracias a “un examen de odontología legal combinado con antropología forense” y ahora se esperan nuevos resultados para confirmar que los otros restos que han sido encontrados corresponden al indigenista brasileño, informó la agencia de noticias EFE.

El diario británico The Guardian, donde colaboraba Phillips, también publicó la noticia y, como sucede desde las desapariciones, el reclamo de una investigación judicial seria recorrió el mundo. Todo indica que Phillips y Araújo Pereira fueron asesinados en Javari, una de las regiones más remotas y amenazadas de la Amazonia. Phillips estaba investigando a la mafia pesquera y sus amenazas a los indígenas aislados de la región, mientras que Pereira lo acompañaba como miembro del equipo de seguridad de Univaja, la Asociación de Pueblos Indígenas de Vale do Javari.

Yura Marubo, representante indígena y asesora jurídica de esta asociación habló a la prensa y explicó que habían recibido “con gran tristeza la información de que la Policía Federal ha encontrado los cuerpos de nuestro compañero Bruno Pereira y del periodista Dominic. Brasil pierde a una de las mayores autoridades en defensa de los pueblos indígenas aislados”.

La noticia de los asesinatos había sido dada el día 15 de junio por la misma policía, pero faltaba la confirmación a través de las pericias. La mayoría de los medios de comunicación tomaron con distancia esa confirmación por la falta de garantías en la investigación policial y judicial.

Ese día, las autoridades brasileñas había señalado a dos autores de los asesinatos: los hermanos Oseney da Costa de Oliveira, de 41 años, y Amarildo da Costa de Oliveira. Siempre según la misma fuente, uno de ellos había confesado e indicado el lugar donde fueron escondidos los cuerpos. El motivo principal del crimen fue la realización de un reportaje periodístico en el que se denunciaba la pesca ilegal, según la policía.

El 5 de junio, el periodista británico Dom Phillips y el experto indígena brasileño Bruno Pereira habían desaparecido en el Javari, cerca de la frontera con Perú. Pereira, defensor de los derechos de los indígenas desde hace mucho tiempo y que anteriormente trabajaba para Funai (la agencia gubernamental de derechos de los indígenas de Brasil), había recibido al parecer amenazas por su trabajo de vigilancia de las actividades ilegales en la región.

Las tardanzas en la investigación provocaron la crítica desde todas partes del mundo preocupados por la violencia sin control en esta zona amenazada del planeta. El ejército de Brasil dijo inicialmente que sólo lanzaría una misión de rescate cuando recibiera órdenes de un mando superior, desperdiciando las valiosas horas inmediatamente posteriores a la desaparición. Se necesitaron tres días para desplegar un helicóptero en la región. Unijava, entidad que reúne a representantes de cada uno de los pueblos que viven en aislamiento voluntario en el valle de Javari, estuvo en primera línea de las labores de búsqueda.

Entre el 9 y 12 de junio se detuvo a un sospechoso implicado en la desaparición. Los equipos de búsqueda ya había perdido la esperanza de encontrar a los desaparecidos con vida. En Estados Unidos, el presidente brasileño Jair Bolsonaro había calificado el trabajo de Phillips y Pereira de “aventura”, mientras que el presidente de la FUNAI acusaba a la pareja de estar actuando ilegalmente en la región en el momento de la desaparición. Lo que fue desmentido inmediatamente. Al otro día, las autoridades brasileñas emitieron una comunicación falsa a las familias de las víctimas afirmando con engaños que los cuerpos habían sido encontrados. Después se encontraron objetos que pertenecían a las víctimas.

Desde ese momento, las investigaciones indicaban que la desaparición de la pareja podría estar relacionada con la mafia de la pesca ilegal, una actividad con conexiones con el tráfico de cocaína y la minería de oro. No se descartó la complicidad oficial en la zona que intentaba tapar lo ocurrido.

Con información de la agencia EFE, Periodistas por el Planeta y el diario The Guardian.

PP

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