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La política en EEUU

El posible ataque de Trump a Irán quiebra al mundo MAGA

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla con la prensa en el jardín sur de la Casa Blanca, en Washington DC, el 18 de junio de 2025.

Andrés Gil

Corresponsal en Washington —

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“Mis seguidores me quieren hoy más incluso que cuando fueron las elecciones”. Así intentaba zanjar este miércoles Donald Trump el evidente enfrentamiento entre figuras predominantes del trumpismo ante la posibilidad de un ataque de EEUU a Irán dentro de la ofensiva desatada por el Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu. “Puede que haya algunas personas que ahora estén un poco descontentas, pero hay otras que están muy contentas”, proseguía el presidente en una intervención ante los periodistas en la Casa Blanca: “Mis seguidores no quieren que Irán tenga armas nucleares”.

Lo cierto es que durante las últimas horas circularon varios vídeos de prominentes referentes del trumpismo MAGA, como Tucker Carlson y Steve Bannon, criticando el posible ataque a Irán: el presidente que llegó a la Casa Blanca como pacificador y merecedor del premio Nobel de la Paz agita tambores de guerra en uno de los peores avisperos del planeta: Oriente Próximo. Y toda esta quiebra en la base del trumpismo llega después de las tensiones en abril por los aranceles generalizados, la bronca pública con Elon Musk y la división por el proyecto de ley fiscal que dispara el déficit y la deuda al rebajar impuestos y aumentar el gasto en defensa y luchar contra la migración.

Ya en la campaña electoral, la quiebra republicana tuvo mucho que ver con esa tensión entre los clásicos halcones republicanos representados en Liz Cheney, que hizo campaña por Kamala Harris, y los MAGA que llevan al extremo su aislacionismo que no es más que la ruptura –imperialista– con toda regla multilateral, como ocurrió hace un siglo al tumbar la entrada de EEUU en la Sociedad de Naciones impulsada por el presidente Woodrow Wilson.

Implicarse en lo que pasa en el mundo, incluso por la vía militar, al final genera obligaciones que los MAGA no quieren asumir.

Fruto de esa colisión en el trumpismo es el video viral de una entrevista de Tucker Carlson al senador Ted Cruz, en la que el expresentador de la FOX deja en ridículo a Cruz al dejar en evidencia su ignorancia sobre el país que quiere bombardear.

Parece que la cuestión de si EEUU debería atacar o no está dividiendo mucho a sus seguidores, le preguntaban a Trump: “No, mis seguidores están conmigo. Mis seguidores son America first, no quieren que Irán tenga armas nucleares. Tucker es un buen tipo, me llamó el otro día para disculparse porque pensó que había dicho cosas un poco fuertes, y se lo agradecí. Y Ted Cruz es un buen tipo, lleva mucho tiempo conmigo. Esto es muy sencillo, si creen que está bien que Irán tenga armas nucleares, deberían estar en contra de mí, pero nadie cree que esté bien”.

Y, a partir de aquí, el razonamiento de Trump allana la hipótesis del ataque: “Yo no busco la guerra, pero si hay que elegir entre la guerra y que tengan armas nucleares, hay que hacer lo que hay que hacer. Quizá no tengamos que luchar, pero ya veremos qué pasa. La conclusión es que no pueden tener armas nucleares”.

“El problema es se meten en un lío”, argumenta Trump sobre las personas como Carlson que defienden la no intervención en Irán: “No quieren que tengan armas nucleares, pero luego dicen: 'No queremos pelear'. Bueno, vas a tener que tomar una decisión, porque es posible que tengas que luchar para que no tengan armas nucleares. Y tal vez termine muy rápidamente, pero no puedes permitir que Irán tenga un arma nuclear porque el mundo entero explotará. No voy a permitir que eso suceda. Buscamos una victoria total y completa, que no tengan armas nucleares”.

Hasta tal punto están los ánimos excitados en el trumpismo, que Mark Levin, analista y presentador de Life, Liberty & Levin en Fox News acusaba de “marxistas-islamistas” a los MAGA aislacionistas como Steve Bannon, Tucker Carlosn y Marjorie Taylor Greene.

“¿Dónde está China? En ninguna parte. Y Rusia, ¿en ninguna parte? ¿Qué pasó con la tercera guerra mundial? No hay tercera guerra mundial. Todos parecen un grupo de islamistas marxistas. No parecen estadounidenses patriotas. Hay que ser claro: esto es el bien contra el mal. O eres un estadounidense patriota que apoya al presidente de Estados Unidos, el comandante en jefe o no. O eres una cosa u otra”.

“Los belicistas neoconservadores solo se preocupan por librar una guerra indirecta con Rusia en Ucrania, luchar contra Irán por Israel y proteger Taiwán de China. Pero les da igual que los cárteles cometan delitos y asesinen a estadounidenses todos los días”, tuiteaba la congresista por Georgia y referente MAGA Marjorie Taylor Greene, quien insistía: “Los estadounidenses quieren gasolina, alimentos, facturas y viviendas baratas. Quieren seguros médicos asequibles, comunidades seguras y una buena educación para sus hijos. Quieren un gobierno que se ocupe de estos asuntos. Teniendo en cuenta que los estadounidenses pagan todo el gobierno y los salarios de los funcionarios con el dinero de sus impuestos, que tanto les cuesta ganar, ahí es donde debemos centrar nuestra atención. No en entrar en otra guerra en el extranjero”.

El vicepresidente de EEUU, JD Vance, militante aislacionista, reflejaba la presión que está sufriendo la Casa Blanca desde sus votantes con un post largo en X defendiendo al presidente Trump y reconociendo que “la gente tiene razón al estar preocupada por la implicación en el extranjero tras los últimos 25 años de política exterior idiota”, para zanjar: “Pero creo que el presidente se ha ganado cierta confianza en esta cuestión”.

Trump, mientras, llegó a llamar “chiflado” a Tucker Carlson y menospreció públicamente a su directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, quien en marzo testificó que Irán no parecía estar construyendo un arma nuclear. “Me da igual lo que dijera ella”, dijo Trump a los periodistas en el Air Force One el lunes por la noche cuando volvía precipitadamente a Washington desde la cumbre del G7 en Canadá: “Creo que estaban muy cerca de tener una”.

Un análisis de The Guardian explicaba que el cisma también afecta al Pentágono. Elbridge Colby, subsecretario de Política en el Departamento de Defensa, figura entre los que más confiaban en redirigir activos militares de EEUU en Europa y Oriente Próximo hacia la creciente amenaza de China.

Según otras fuentes, hay republicanos conservadores como el senador republicano Tom Cotton, y altos cargos del Pentágono como el general del Mando Central de EEUU, Michael Erik Kurilla, que están insistiendo ante Trump en la necesidad de endurecer la postura con Irán.

Se dice que Kurilla fue influyente en la puesta en marcha los ataques de EEUU contra los hutíes que duró siete semanas y terminó abruptamente tras emplear más de 1.000 millones de dólares [unos 865 millones de euros] en miles de bombas y misiles.

El también republicano Mike Rogers, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas en la Cámara de Representantes, preguntó la semana pasada a Kurilla si el Mando Central estaba preparado para “responder con una fuerza abrumadora que evitara la posibilidad de un Irán con armas nucleares”. Y el senador respondió: “”Sí [...] He planteado al secretario de Defensa y al presidente una amplia gama de opciones“.

“Nadie sabe qué voy a hacer”, reconocía este miércoles Donald Trump en la Casa Blanca. Y seguramente él sea el primero en no tener claro qué hacer, y puede que uno de los elementos que esté sopesando es el riesgo político para su base electoral de una decisión como es entrar en una guerra que, como demuestra la historia, nunca se sabe a dónde acaba conduciendo.

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