Halcones republicanos contra aislacionistas MAGA: la disputa interna que decidirá la respuesta de EEUU en Irán

Mientras Donald Trump piensa en una posible intervención directa en el conflicto de Israel con Irán, en Washington estalló otra guerra entre los halcones del partido conservador y los aislacionistas del movimiento MAGA (Make America Great Again). Mientras los primeros piden un ataque inmediato contra las instalaciones de enriquecimiento de uranio, los segundos exigen a Trump que se atenga a su promesa de campaña: no involucrar a EEUU en nuevas guerras en el extranjero.
Lo que está en juego es la posibilidad de que Estados Unidos bombardee el reducto montañoso donde a 80 o 90 metros bajo tierra se esconde la planta de Fordow, una infraestructura clave en el enriquecimiento de uranio de Irán. Los aviones israelíes pueden atacar parte de las instalaciones que permiten su funcionamiento, pero no tienen capacidad para atacar directamente la planta.

Para un ataque directo haría falta la bomba pesada antibúnker GBU-57/B de 30.000 libras [unos 13.600 kilos], en poder de la Fuerza Aérea de EEUU; y el bombardero estadounidense B-2 Spirit, conocido como 'Stealth Bomber [bombardero sigiloso]’, capaz de transportarla. De ahí que el visto bueno de Washington se haya convertido en el principal objetivo de las autoridades israelíes.
Un editorial del periódico The Wall Street Journal de esta semana reza: “El señor Trump publicó en redes sociales el domingo: ‘Podemos llegar fácilmente a un acuerdo para poner fin a la guerra'”. La pieza defiende a continuación: “Pero ese escenario será más probable si él ayuda a Israel a terminar el trabajo militar […] Si el señor Trump no ayuda con Fordow, a Israel le llevará más tiempo alcanzar sus objetivos estratégicos [...] Un EEUU neutral equivale a una guerra más larga”.
EEUU ha trasladado a Europa aviones cisterna de reabastecimiento durante el fin de semana. También ha ordenado el envío a Oriente Medio de un segundo grupo naval de ataque con el portaaviones USS Nimitz. Según los expertos, se trata de preparativos necesarios para un ataque. En la región no hay ahora mismo bombarderos B-2 Spirit. Seis aviones de la flota estadounidense de bombarderos sigilosos regresaron en mayo a EEUU desde la base aérea Diego García, en el océano Índico.
“Trump está reuniendo las fuerzas necesarias para ejecutar el ataque a Fordow”, escribió Daniel Shapiro, ex alto cargo del Pentágono para asuntos de Oriente Medio y exembajador en Israel. “Petroleros, cazas y un segundo portaaviones. No significa que haya tomado la decisión de hacerlo, pero se está creando la posibilidad, ¿se puede aprovechar eso para obtener una concesión iraní importante que evite la necesidad de hacerlo?”, se preguntó el antiguo diplomático.
En declaraciones a los medios estadounidenses, autoridades de la Casa Blanca han dicho que han enviado a Europa aviones de reabastecimiento y otros recursos para tenerlos más cerca de Oriente Próximo y dar a Trump “más opciones”.
Mientras las fuerzas estadounidenses se acercan a la región, Trump está aumentando la presión sobre el gobierno iraní para llegar a un acuerdo. “Irán debería haber firmado el acuerdo que les dije que firmaran”, escribió el lunes Trump en redes sociales. “IRÁN NO PUEDE TENER UN ARMA NUCLEAR […] ¡Todo el mundo debe evacuar inmediatamente Teherán!”, añadió refiriéndose a la capital iraní, donde viven unos 10 millones de personas.
El presidente estadounidense elevó al máximo su ya de por sí elevado tono el martes por la tarde, con amenazas explícitas al ayatolá Jamenei. “Sabemos exactamente dónde se esconde. Es un blanco fácil, pero no lo mataremos (de momento) [...] Se nos agota la paciencia”, tecleó primero, para después exclamar: “¡RENDICIÓN INCONDICIONAL!”.
Otros altos cargos estadounidenses han tratado de aplacar las conjeturas sobre un ataque directo de Estados Unidos contra Irán. “Durante el fin de semana, ordené el despliegue de recursos adicionales en la zona de responsabilidad del Mando Central de Estados Unidos”, escribió en un comunicado el secretario de Defensa, Pete Hegseth. “Proteger a las fuerzas estadounidenses es nuestra prioridad principal y estos despliegues tienen como objetivo mejorar nuestra defensa en esa región”, añadió.
Según varias informaciones, Trump está buscando que esta semana haya una negociación de última hora entre Irán y su enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff. Pero la escalada del conflicto y el papel que Estados Unidos podría jugar en él ya ha provocado un cisma entre los seguidores de Trump.
El vicepresidente JD Vance pide contención
Algunos de los aliados más poderosos de Trump, incluido el vicepresidente JD Vance, han pedido que Estados Unidos se contenga a la hora de enviar soldados a librar guerras en otros países. “Puede que Trump decida que necesita tomar más medidas para acabar con el enriquecimiento iraní. Esa decisión corresponde en última instancia al presidente. Y, por supuesto, la gente tiene razón al estar preocupada por el enredo exterior tras los últimos 25 años de política exterior idiota”, ha publicado en X. “El presidente ha dejado claro que Irán no puede enriquecer uranio. Y ha dicho en repetidas ocasiones que esto ocurriría de dos maneras: de la manera fácil o de la 'otra'”.
Comentaristas con mucha audiencia, como Tucker Carlson, han cargado contra la posibilidad de una implicación directa estadounidense en el conflicto con Irán. En un podcast, Carlson llamó “belicistas” a otras personalidades de los medios. Una descripción que según Carlson “englobaría a cualquiera que llame hoy a Donald Trump para exigir ataques aéreos y una participación militar directa de EEUU en una guerra con Irán”.
Trump acudió a las redes sociales para insultar a Carlson, personalidad mediática y hasta ahora aliado influyente del trumpismo, clave en la popularización de la plataforma America First. “Por favor, que alguien le explique al chiflado de Tucker Carlson que IRÁN NUNCA PODRÁ TENER UN ARMA NUCLEAR”, respondió Trump.
El cisma entre los funcionarios de Trump también afecta al Pentágono. Elbridge Colby, subsecretario de Política en el Departamento de Defensa, figura entre los más destacados del grupo de ‘priorizadores’ que confiaban en redirigir activos militares de EEUU en Europa y Oriente Próximo hacia la creciente amenaza de China. El Pentágono negó que hubiera discrepancias políticas dentro del Departamento.
Según personas cercanas a los miembros de este grupo, hay republicanos conservadores como el senador republicano Tom Cotton, y altos cargos del Pentágono como el general del Mando Central de EEUU, Michael Erik Kurilla, que están insistiendo ante Trump en la necesidad de endurecer la postura con Irán.
Se dice que Kurilla fue especialmente influyente en la puesta en marcha de la operación ‘Rough Rider [Jinete duro]', la campaña de EEUU contra los hutíes que duró siete semanas y terminó abruptamente tras desperdiciar más de 1.000 millones de dólares [unos 865 millones de euros] en miles de bombas y misiles, además del derribo de siete drones y el hundimiento de dos aviones de combate que cayeron de portaaviones.
El también republicano Mike Rogers, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas en la Cámara de Representantes, preguntó la semana pasada a Kurilla si el Mando Central estaba preparado para “responder con una fuerza abrumadora que evitara la posibilidad de un Irán con armas nucleares”. “Sí [...] He planteado al secretario de Defensa y al presidente una amplia gama de opciones”, respondió el senador.
Tras marcharse de la reunión del G7 en Canadá, Trump regresó a toda prisa a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional en Washington. La posibilidad de un ataque contra Irán parecía tan alta como en cualquier otro momento desde el comienzo de la crisis. “Lo que está pasando es que una parte del movimiento aislacionista liderado por Tucker Carlson y Steve Bannon está angustiada porque podríamos estar ayudando a los israelíes a vencer a los iraníes”, dijo a la cadena CNN Mitch McConnell, exlíder republicano del Senado. “Yo diría que ha sido una mala semana para los aislacionistas”, se jactó.
Traducción de Francisco de Zárate.
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