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Las ganancias empresariales hicieron subir los precios el año pasado, según la presidenta del BCE

Christine Lagarde

Phillip Inman

Londres —

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Los beneficios empresariales fueron el principal factor de subida de los precios el año pasado y volverán a serlo en 2023, a menos que las empresas se vean obligadas a absorber el aumento de la masa salarial, según ha declarado la directora del Banco Central Europeo.

Christine Lagarde, que describió los planes del BCE para combatir la inflación en los 20 países de la eurozona, se mostró preocupada por la posibilidad de que las empresas vuelvan a “poner a prueba” el apetito de los consumidores por pagar precios más altos, a pesar de la fuerte caída de la mayoría de los costos empresariales en los últimos meses.

En un discurso pronunciado en una conferencia sobre banca central celebrada en Portugal, la presidenta del banco central afirmó que se espera que los trabajadores recuperen el valor de sus salarios anteriores a la pandemia en los próximos dos años, pero que si las empresas trasladan estas subidas a los consumidores a través de precios más altos, la inflación persistirá durante más tiempo del previsto actualmente y se mantendrá por encima del objetivo del 2% del BCE.

Lagarde advirtió de que podría ser necesario subir más las tasas de interés este año, comentarios que fueron respaldados por el subdirector del Fondo Monetario Internacional, que intervino en la misma conferencia y afirmó que existe el riesgo de que “la inflación se consolide”.

Gita Gopinath, primera subdirectora gerente del FMI, afirmó en su discurso que el BCE y otros bancos centrales “deberían estar preparados para reaccionar con contundencia” ante los signos de inflación persistente, a pesar de la preocupación de que el encarecimiento de los préstamos pueda aumentar el desempleo y provocar una recesión en muchos países.

En un estudio sobre la inflación en los países europeos, los investigadores del FMI señalaron que los beneficios empresariales habían desempeñado un papel significativo en el aumento de la inflación en Europa, lo que corrobora las preocupaciones de Lagarde.

Citando un estudio de Isabella Weber, de la Universidad de Massachusetts, el FMI afirmó: “El aumento de los beneficios empresariales explica casi la mitad del incremento de la inflación en Europa durante los dos últimos años, ya que las empresas aumentaron los precios por encima del aumento de los costos de la energía importada”.

“Ahora que los trabajadores exigen subidas salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido, es posible que las empresas tengan que aceptar una menor participación en los beneficios si quieren que la inflación siga en camino de alcanzar el objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo para 2025”.

Los precios al consumidor en la eurozona subieron un 6,1% interanual en mayo, por debajo del 7% de abril, mientras que la tasa de inflación del Reino Unido en mayo se mantuvo estable en el 8,7%.

Lagarde dijo que el BCE espera que los trabajadores de la eurozona recuperen sus pérdidas salariales por la inflación a finales de 2025. Esto supondría un aumento salarial del 14% en dos años.

Declaró: “Durante anteriores shocks financieros en la zona del euro, las empresas tendieron a absorber el aumento de los costes en sus márgenes de ganancia, ya que el menor crecimiento hacía que los consumidores estuvieran menos dispuestos a tolerar subidas de precios. Pero las condiciones especiales que vivimos el año pasado dieron vuelta esta regularidad”.

“La enorme magnitud del crecimiento de los costos de los insumos hizo más difícil para los consumidores juzgar si las subidas de precios se debían a un aumento de los costos o de los beneficios, lo que dio lugar a una repercusión más rápida e intensa”.

“Al mismo tiempo, la demanda reprimida en sectores en reapertura, el exceso de ahorro, las políticas [gubernamentales] expansivas y las restricciones de la oferta provocadas por los cuellos de botella dieron a las empresas más margen para poner a prueba la demanda de los consumidores con precios más altos”

Dijo que las ganancias corporativas representaron alrededor de dos tercios de la inflación en 2022, mientras que el promedio de los veinte años anteriores fue de un tercio.

“Esto, a su vez, provocó que los shocks alimentaran la inflación [de 2022] de forma mucho más rápida y contundente que en el pasado”, dijo. Para mantener baja la inflación, “tenemos que asegurarnos de que las empresas absorban en sus márgenes el aumento de los costes laborales”.

De no producirse un cambio en el comportamiento de las empresas, las tasas de interés tendrían que mantenerse más altos durante más tiempo de lo previsto, dijo Lagarde.

“Si las empresas recuperasen el 25% del margen de beneficios perdido que prevén nuestras proyecciones, la inflación en 2025 sería sustancialmente superior a la de referencia, de casi el 3%”, añadió.

El Banco de Inglaterra aún no ha elaborado un estudio que calcule la influencia del comportamiento de las empresas en la inflación y afirma que no tiene previsto embarcarse en un estudio similar al realizado por el BCE.

El sindicato Unite afirmó que el estudio del FMI confirma la investigación que llevó a cabo el año pasado sobre el impacto del aumento de las ganancias empresariales en la inflación del Reino Unido.

Traducción de Santiago Armando

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