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A una semana del inicio de su segundo juicio político, Donald Trump cambia de abogados

Donald Trump, contra los inmigrantes, hasta el final.

Tom McCarthy y Joanna Walters

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Donald Trump ha nombrado nuevos abogados para que guíen su defensa en el juicio político que el expresidente deberá enfrentar en el Senado bajo el cargo de que incitó a una insurrección que costó vidas estadounidenses en el asalto al Capitolio de EEUU el 6 de enero. El anuncio llegó un día después de que su anterior equipo legal dimitiera. Los abogados litigantes David Schoen y Bruce L. Castor encabezarán el nuevo equipo legal, anunció el propio Trump.

La capacidad de los senadores republicanos que planean absolver a Donald Trump cuando se considere a fondo el caso que se le impugna quedó cuestionada después de la renuncia masiva del equipo legal anterior del ex presidente y ante la inminencia de la fecha límite para presentar en el Senado un memorando preliminar en el que se exponga su defensa.

La cámara baja del Congreso acusó a Trump a principios de este mes por un solo artículo, en el que se lo imputa por “incitación a la insurrección”. Es un histórico segundo impeachment  para un presidente de EEUU.

Los nuevos abogados no llegan exentos de controversia. David Schoen representó a Roger Stone, quien en noviembre de 2019 fue condenado por obstruir una investigación del Congreso que buscaba averigurar si durante la campaña electoral de Trump se había pactado con Rusia para ganar las presidenciales de 2016. La sentencia de prisión de Stone fue luego y que luego su sentencia de prisión fue conmutada por Trump.

El abogado, que tiene su despacho en la ciudad de Atlanta, también se había reunido con el delincuente sexual Jeffrey Epstein, cuando el afamado financiero se preparaba para enfrentar su juicio en los tribunales de Nueva York por cargos relacionados con tráfico y abuso sexual de menores poco tiempo antes de que muriera en la cárcel en 2019.

Bruce Castor, por su parte, es un ex ministro de Justicia interino del estado de Pensilvania, un republicano prominente que ha sido criticado por los defensores de las víctimas de crímenes sexuales debido a su posición contra las reformas que implican ayuda para las víctimas de abusos perpetrados por sacerdotes católicos y también en el caso del entrenador de fútbol universitario abusador de niños, Jerry Sandusky.

Castor ganó notoriedad cuando se negó a procesar a Bill Cosby, una década antes de que finalmente el artista fuera condenado en 2018, y a la vez demandó a la víctima de Cosby, Andrea Constand, en un caso que fue desestimado, para luego ser demandado por la propia Constand bajo el cargo de difamación, en un caso que al final se resolvió extrajudicialmente.

El nuevo equipo de Trump tendrá muy poco tiempo para prepararse para el impeachment.

De acuerdo con un cronograma elaborado por los líderes de ambos partidos, los fiscales de la cámara baja deben responder al memorando de defensa de Trump. Luego de esto los debates en el Senado deben comenzar el 9 de febrero.

Sin embargo, el calendario del juicio, y su substanciación, se habían puesto en duda con la partida de cinco abogados del equipo de defensa de Trump, aparentemente todo el equipo. Las renuncias fueron informadas por primera vez por el canal televisivo CNN, que comunicó que los abogados defensores y su defendido Trump no se habían puesto de acuerdo sobre la estrategia.

Un portavoz de Trump comunicó al New York Times sobre la existencia de un desacuerdo en la estrategia, pero negó que fuera por una insistencia de Trump en que su defensa se centrara en las salvajes y falsas acusaciones de fraude electoral que el ex presidente estuvo propagando durante meses.

Esas acusaciones falsas atrajeron a Washington el 6 de enero a los partidarios de Trump, muchos de ellos afiliados a grupos con ideas de antipolítica y de supremacismo blanco, para impugnar la certificación por el Congreso de la victoria electoral del presidente electo Joe Biden, según estos mismos partidarios reconocieron a las fuerzas del orden.  

Después de que Trump alentara con su discurso a marchar hacia el Capitolio, partidarios del entonces presidente irrumpieron en el edificio, donde hicieron destrozos, mataron a un oficial de policía e hirieron a decenas de personas, pisotearon a una mujer que finalmente murió y causaron tres muertes más, sin contar dos oficiales de policía que murieron más tarde por suicidio.

En cierto sentido, la renuncia de los abogados de Trump resulta irrelevante, porque los republicanos planean absolver a Trump en cualquier caso, observó Julian Zelizer, profesor de Historia en la Universidad de Princeton.

“La 'crisis' sobre la renuncia del equipo legal de Trump presupone que algo en la substancia del caso de impeachment podría cambiar el voto de los republicanos del Senado”, tuiteó Zelizer. “Pero la mayoría ya tiene su respuesta. Aun si Trump no presentara ninguna respuesta o si fuera a la sala del Capitolio sólo para responder con frases de la película Guasón, igual votarían para absolverlo.”

Hablando en el programa Estado de la Unión de CNN el domingo por la mañana, el senador republicano del estado de Ohio Rob Portman, quien había anunciado la semana pasada que no buscará la reelección, indicó que cualquier idea de que Donald Trump en su segundo impeachment basara su defensa en una afirmación de que en realidad ganó las elecciones de noviembre, en lugar de esgrimir argumentos de constitucionalidad, “no lo beneficiará”.

Portman señaló que no existen pruebas adecuadas de fraude para cambiar el resultado de la elección y negar la victoria de Biden. Añadió que era también “la opinión del Departamento de Justicia de Trump”.

“Necesitamos ser muy claros para el pueblo estadounidense, tenemos que reconocer que esta elección se perdió y tenemos que seguir adelante”, dijo Portman. “Joe Biden fue debidamente elegido con todas las de la ley”.

El anterior equipo legal que había asumido la defensa de Donald Trump, cuyo jefe había sido el abogado de Carolina del Sur Butch Bowers, aparentemente había armado la estrategia de defensa sobre la base de contestar la premisa de la constitucionalidad de un impeachment que juzgará a un presidente después de que éste había abandonado sus funciones. El mismo equipo, también presuntamente, habría fundado su defensa en que el discurso de Trump anterior al asalto del Capitolio por sus partidarios estaba protegido por la Primera Enmienda de la Constitución y no implicaba ninguna “incitación a la violencia”.

En la votación celebrada la semana pasada en el Senado, 45 senadores republicanos sobre un total de 50 apoyaron una resolución según la cual sería inconstitucional sentenciar en un juicio político a un ex presidente. La mayoría de los juristas disiente, porque sostienen que existen precedentes históricos claros para juzgar a funcionarios después de que abandonaran sus funciones, a lo que se suma el hecho, en este caso, de que Trump estaba todavía en funciones cuando el juicio político en su contra fue iniciado en la Cámara de Representantes del Congreso.

El abandono de la defensa de Trump por Bowers y Deborah Barberi, uno y otra de Carolina del Sur, fue descrita por una fuente al tanto de la situación como una “decisión compartida” por defendido y equipo defensor. Tres otros letrados asociados con el equipo, Josh Howard de Carolina del Norte y Johnny Gasser y Greg Harris of South Carolina, también se habrían desvinculado de la defensa, según informó otra fuente.

“Los esfuerzos de los demócratas para condenar en un juicio político a un presidente que ya no está en funciones son por completo inconstitucionales y por lo tanto significan un daño para el país”, dice Jason Miller, uno de los asesores de Trump.

Traducción: Alfredo Grieco y Bavio

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