Átomo suelto del FdT, Perotti se opone a la reforma de la Corte de los Fernández
Por protocolo, avisó que tenía un acto “muy importante” en Rosario y que no podría estar. Pero el mensaje con el que Omar Perotti justificó su ausencia en la cumbre en Casa Rosada donde Alberto Fernández acordó con gobernadores -y delegados de gobernadores- de 17 provincias un proyecto para reformar la Corte Suprema, tiene un subtexto puntual y claro: el gobernador peronista de Santa Fe no apoya ni apoyará ese proyecto.
Perotti, que dobló la curva del mandato, instante dramático en una provincia sin reelección, administra el poder que se escurre cada día con un solo propósito: tratar de construcción una sucesión que le permita retener el territorio. El pulseo por la Corte, en el que el gobernador se desmarca otra vez de la agenda nacional, encaja con la táctica que Perotti teje como puede y con lo que tiene a mano: el santafesismo, un peronismo rural, con el campo como sujeto político.
El rechazo, que se anticipa desde el primer anillo del perottismo, es un dato potente frente a una hipotética discusión legislativa porque Perotti tiene pocos legisladores propios en el Congreso nacional pero con la situación de empate técnico, ajustadísimo, entre el FdT y el mega bloque opositor que va de Juntos a los libertarios y los federales, esos votos valen oro. Para un lado, o para el otro.
Hay un hilo rojo que vincula a Perotti con Lorenzetti y con Schiaretti: el consultor y empresario Guillermo Seita -que se enorgullece de cerrar la grieta y lograr que lo cuestionen Macri y Cristina-, que tiene una terminal directa en Larreta.
“El peronismo de los últimos 20 años tuvo dos componentes: lo manejaron Kirchner, que tenía un concepto extractivista porque venía del sur, y Duhalde, de la Tercera Sección, un desarrollismo de la PyME. Ninguno entendió como actor al campo que para el interior es clave”, definen en el planeta Perotti. Explica, por caso, el chispazo con las retenciones. que un sector del FdT quiere subir, y que el santafesino ya avisó que no convalidará.
Post reutemanista, dirigente del Santa Fe del interior, peronista rural, Perotti fue intendente de Rafaela, de donde es Ricardo Lorenzetti, uno de los integrantes de la Corte, aquel cuco para Cristina Kirchner que ahora opera como una minoría solitaria y perdidosa frente al bloque que conforman Horacio Rosatti, también santafesino, Juan Carlos Maqueda (Córdoba) y el porteño Carlos Rosenkrantz.
“Es una pelea del gobierno con la Corte, no es nuestra pelea”, es la indicación que baja desde la cima del poder provincial respecto al proyecto de reformar la Corte para elevar de 5 a 25 la cantidad de integrantes, con despliegue federal y equidad de género. El jueves, en Casa Rosada, Fernández sentó a su lado al viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, el cristinista que redactó una propuesta para reformar la Corte que se buscará armonizar con la idea que estaban trabajando los gobernadores.
Eco del 2021
La agenda urgente de Perotti no tiene, casi, puntos de coincidencia con la de la Casa Rosada. Más fino: el gobernador encuentra puntos de contacto con Alberto Fernández, que es más sensible a la demanda de los gobernadores, pero en asuntos como retenciones, aunque no las aumente, discursivamente el Presidente choca con la postura de Perotti. Empatiza, si, con otros reclamos de los gobernadores como el de fijar un esquema de reparto equitativo de subsidios al transporte.
Roberto Mirabella, diputado nacional, y la figura que bendice Perotti como su candidato para sucederlo, avanzó esta semana con un proyecto en ese frente, similar al que empujó Rubén Uñac en el Senado, hermano del gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Es un planteo general de las provincias del interior que reprochan que el boleto de colectivo en cualquier ciudad del interior está por encima de los 70 pesos -en Santa Fe llegaría a 100- mientras que en el AMBA es de 18 pesos y con el aumento que anunció Juan Manzur en el Senado pasaría a $25.
Perotti viene de un 2021 zigzagueante que lo encontró aliado a Cristina Kirchner, que como en Córdoba tiene altos niveles de rechazo en la provincia, en la interna del FdT donde compitió contra Agustín Rossi, un kirchnerista histórico. Fue una de las fotos extravagantes del mapeo electoral del año pasado porque la vice, en un acuerdo que sirvió para vencer a Rossi pero no para ser competitivo contra Juntos, pactó con el gobernador que como senador validó el tratamiento en el recinto del allanamiento del departamento de Cristina en Recoleta.
Pero la vice, en un movimiento que se juzgó táctico, priorizó el rol territorial de Perotti y lo validó, aunque generó intriga y sorpresa eso, frente a Rossi que días después tuvo que dejar el ministerio de Defensa. Ahora, Rossi aparece como un dirigente ligado a Fernández y en las tirrias entre el Presidente y la vice, se ubica más en la órbita albertista que cristinista. El otro fenómeno que protagonizó, de rebote, Perotti se produjo tras la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de Diputados del FdT.
Cuando Fernández, tras una charla con Sergio Massa, respaldó que ese cargo lo ocupe el santafesino Germán Martínez, el presidente llamó desde Olivos a Perotti para ponerlo al tanto de ese movimiento y amortiguar posibles tensiones. Quedó, en esa charla, algo que hasta ahora parece que se mantiene: que Martínez, del dispositivo Rossi, no utilice el cargo en el Congreso para agudizar la interna santafesina con Perotti.
Cortesanos
Perotti, mejor dicho Santa Fe, es la provincia más sobrerepresentada en la Corte: dos de los cuatro miembros del máximo tribunal, Rosatti y Lorenzetti, son de allí. No encaja, entonces, el argumento de federalización y el anzuelo de un cortesano por provincia que mueve a los gobernadores. Pero el rechazo del gobernador va más allá de eso: la agenda que empujaron los gobernadores del PJ, con el guiño de Cristina Kirchner, y que esta semana abrazó Alberto Fernández, no marida con las demandas provinciales de Santa Fe, según entienden en la Casa Gris, la sede del gobernador.
En el entorno de Perotti se habla de relación institucional seria con los cortesanos. Enfrente del perottismo, dicen que el gobernador tiene una relación correcta pero distante con Rosatti pero un vínculo muy estrecho con Lorenzetti. Hay un hilo rojo que vincula a Perotti con Lorenzetti y con Schiaretti: el consultor y empresario Guillermo Seita -que se enorgullece de cerrar la grieta y lograr que lo cuestionen Macri y Cristina-, que además tiene una terminal con Horacio Rodríguez Larreta. Seita fue uno de los artífices del fallido experimento del Peronismo Federal del 2019 y ahora aparece detrás de la construcción de un Schiaretti presidencial en el 2023 que, sin la espuma, ubica al cordobés en la órbita de Larreta: unos dicen que como jefe de Gabinete, otros -quizá más realistas- hablan de Schiaretti como canciller larretista.
Por lo pronto, si Perotti se desmarca de la jugada nacional, aunque tiene pocos votos en el Congreso, pueden ser determinantes. Mirabella es diputado en una cámara donde el FdT, aun con aliados, no llega a los 129 y Marcelo Lewandowski es senador en un Senado donde, con forceps, mediante acuerdos con Misiones y Río Negro, Cristina logra 37 de los 72 votos. Si Lewandowski, eventualmente, no apoyara el proyecto de reforma que empuja el FdT, sería necesario un desempate de la vice.
Puede convertirse, si es que se llega a esa instancia, en un momento bisagra en ese vínculo. Aunque en la previa aparecen episodios igual de tensos: ¿qué harán los legisladores de Perotti cuando llegue al recinto, en Diputados y en el Senado, la ley de Boleta Única que empuja el bloque opositor? ¿Votar a favor a pesar del rechazo del FdT? ¿Votar en contra aunque el sistema existe en Santa Fe? Dato clave: en Diputados, la abstención es un limbo, un no lugar, pero en el Senado la abstención cuenta como voto negativo.
Aparece otro asunto de tensiones. La discusión por las retenciones, en la que Perotti marcó posición clara de rechazo, activó otro debate entre la provincia y la Nación sobre el biodiesel. El 80% de la producción de ese combustible está en Santa Fe y la administración Perotti reclama que ante el faltante de combustible, además del encarecimiento del gas para generación eléctrica, se utilice biodiesel que tiene capacidad de producción ociosa luego de las limitaciones a las importaciones a EEUU y del tope de corte que fijó la ley.
“YPF prefiere importar combustible en vez de usar el biodiesel que podría usarse para las centrales de generación eléctrica: biodiesel que se puede producir en pesos y cobrar en pesos, que da trabajo y hay producción suficiente”, dicen desde la provincia y reclaman que ese tema entre en una agenda que tiene, cada día, menos puntos de acuerdo entre Fernández y Perotti.
PI
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