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Cumbre de las Américas
Joe Biden llamó a Fernández y lo invitó a una bilateral en la Casa Blanca en julio

Alberto Fernández, con Joseph Biden, en la cumbre del G20 en Roma.

Pablo Ibáñez

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Azar o detalle, apenas terminó el triunfo de Argentina 3 a 0 sobre Italia, en la Finalissima, Alberto Fernández recibió un llamado telefónico del presidente de EEUU, Joe Biden. Más temprano, luego de días de dilaciones, el mandatario mandó la confirmación a los organizadores de la Cumbre de las Américas: tomará parte de las deliberaciones que se desarrollarán en Los Ángeles entre el 6 y el 10 de junio.

En la charla, que duró 25 minutos, el presidente de EEUU invitó a Fernández a un encuentro bilateral en la Casa Blanca. La cita, aunque no tiene calendario ajustado al detalle, será la última semana de julio y la fecha posible es el 25 de julio. Con eso, pasó a segundo plano la posibilidad de un mano a mano entre los presidentes en la Cumbre de las Américas. Se verán, así y todo, en la instancia multilateral y podría, incluso, haber algún contacto directo

Pero lo que buscaba el mandatario argentino era una reunión, sin apuros, en Washington. Fernández viajará la semana próxima a Los Ángeles, a fin de mes participará en la cumbre del G-7 y a fines de julio, estará en Washington.

Hasta este mediodía, las fuentes oficiales sugerían como fecha posible el mes de agosto. Pero tras la comunicación entre Biden y Fernández se acordó que será la última semana de julio. En esa tarea, según contaron fuentes oficiales a elDiarioAR, intervino de manera el embajador argentino en Washington Jorge Argüello, que es además sherpa del G-20 y, como tal, también está vinculado al G-7 del que Argentina participará como invitado.

El canciller argentino, Santiago Cafiero, ya había confirmado su presencia pero faltaba la de Fernández que, aunque se daba por hecho que concurriría, no lo había informado oficialmente. En Los Angeles, EEUU, ya comenzó el debate entre las distintas administraciones sobre los documentos que firmarán los presidentes en el cierre del encuentro.

Fernández, según contaron en Casa Rosada confirmó su asistencia antes del llamado de Biden. La demora, según deslizaron fuentes oficiales, tenía que ver con las gestiones de Jorge Argüello, el embajador argentino en Washington, sobre una bilateral con Biden; y en paralelo para terminar la ronda de consultas con los países miembros del CELAC, porque el mandatario argentino además irá -además de su tarea local- como representa de ese organismo continental.

En el análisis previo, se consideró como un tropiezo para el presidente argentino que no haya bilateral con Biden aunque, formalmente, nunca puso como condición tener el encuentro con el demócrata.

EL llamado parece apagar, además, la versión del malestar con el gobierno argentino que pudo instalar la queja de Fernández ante Christopher Dodd, asesor especial de la Casa Blanca para la Cumbre de las Américas, en una reunión que tuvieron en Casa Rosada, donde pidió que la cumbre sea sin países excluidos, en referencia a que Cuba, Venezuela y Nicaragua no fueron invitados. Aquella cita la organizaron Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos, y no resultó buena, según admiten en el Gobierno. Trascendió, incluso, un reproche del presidente a su funcionario que antes había almorzado con el embajador de EEUU en Buenos Aires, Marc Stanley.

Semanas atrás, se dio por hecho que habría una cumbre entre Fernández y Biden. Fuentes oficiales señalaron a elDiarioAR que no había nada agendado para la cumbre y hasta se especulaba con un sprint final donde surjan novedades. Eso se vinculaba con que tras la deserción de figuras de peso, como la del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, más las críticas que anticipó Jair Bolsonaro sobre las políticas de Biden -en las que elogió a Donald Trump- el mandatario de EEUU podría incluir un encuentro con Fernández.

It takes two to tango, era la explicación. “Preferimos una bilateral propia, en un contexto distinto y más trabajada. No un encuentro a las apuradas”, explicó el miércoles una fuente oficial a elDiarioAR para trasmitir que si no hay bilateral es porque ninguno de los dos actores, hasta acá, empujó lo suficiente para hacerla. Es, finalmente, lo que acordaron Fernández y Biden.

Con el llamado y la invitación de Biden, Argüello apaga una demanda que rondaba en el Gobierno respecto a que no había logrado conseguir, en dos años y medio de presidencia de Fernández, una bilateral con la Casa Blanca. En el mundo diplomático, en defensa del embajador, se indica que los zigzageos del presidente argentino no ayudaron. Hay un dato puntual: Argüello viajó a Buenos Aires y se instaló en Olivos para “garantizarse” que Argentina votaría en contra de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Documentos

Cafiero tiene, como primera agenda, cita el martes: cumbre de cancilleres con Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos. El tramo más intenso de debate de los presidente será entre el 8 y el 10, cuando se difundirán las resoluciones de la cumbre que ya se discuten entre las avanzadas de las delegaciones de los distintos países.

Son cinco ejes de debate. Desarrollo verde sostenible; Salud; Transformación digital; Energía y, el más peleado, Democracia y gobernabilidad. El debate ya comenzó y se avanzan en redacciones que, claro, luego deben ser ratificadas por cancilleres y presidentes. Hay, hasta acá, acuerdos y documentos técnicos Pero la discusión sobre “Democracia” será de tono claramente político porque, en ese tema, EEUU ya fijó posición al no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

A simple vista, es sobre a qué gobiernos se considera democráticos y a cuáles no. Se ata, además, con la observación y trasparencia electoral pero, sobre todo, sobre la democracia o ruptura del sistema democrático. Ahí la discusión se posa sobre el rol de la Organización de Estados Americanos (OEA), en particular por la intervención, muy cuestionada, que tuvo Luis Almagro en el caso boliviano.

Fernández, por entonces recién electo, se involucró en ese proceso y medió junto a López Obrador para la salida de Evo Morales de Bolivia. Quedó, desde entonces, un cuestionamiento sobre la parcialidad de Almagro en ese proceso. De hecho, se le reprocha que nunca le informó a Bolivia sobre la auditoria del proceso electoral que terminó con la renuncia, forzada, de Morales y un gobierno, para muchos considerados golpista, de Jeanine Áñez.

PI

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