“Fue una cacería humana”: por la represión en el Congreso, aún hay un periodista detenido

“Fue una cacería humana”. La conclusión de uno de los cronistas de televisión heridos ayer en las inmediaciones del Congreso revela el grado de alevosía que tuvo el accionar de las fuerzas de seguridad que conduce Patricia Bullrich para reprimir una nueva protesta de jubilados como cada miércoles. El testimonio, que pidió quedar en el anonimato, se replicó en otros que registró elDiarioAR para conocer la situación un día después: sin ningún caso de gravedad, aún hay varios trabajadores de prensa heridos, y queda al menos un detenido de los cuatro reportados por el sindicato de Sipreba y distintos medios. El gremio denunció en total unos 70 heridos.
Desde Sipreba apuntaron que ya “no hay ningún herido grave” y que el reportero detenido -junto a otras dos personas- sería liberado esta tarde luego de prestar declaración. En medio de la represión la Policía demoró a los fotógrafos Tomás Cuesta, Leandro Cruzado, Pablo Luna y Javier Iglesias. El primero fue liberado anoche mismo, en tanto los últimos tres fueron trasladados a la alcaidía ubicada en Superintendencia de Investigaciones Federales por la noche. Hasta ahora sigue detenida Iglesias.

Por el relato de distintos involucrados se supo que las fuerzas federales avanzaron sin mediación alguna, incluso subiéndose a la vereda donde había tanto manifestantes como trabajadores de distintos medios de comunicación. “Yo estaba en la vereda y me pegaron por atrás con el garrote. Y a la reacción natural me gasearon”, comentó a elDiarioAR la periodista Lula González.
Otro periodista consultado, que pidió no dar su nombre, relató: “No hubo advertencia. Estábamos haciendo una entrevista. Y al ver el avanza de la Policía nos subimos a la vereda para dejarlos pasar. Estando arriba de la vereda, nos tiraron los escudos encima, gas y un balazo a la pierna. Después nos tiraron al barro de la plaza”.
“Lo que me pasó era evitable, tenía la credencial colgada y nunca solté la cámara”, dijo en Urbana Play el fotoperiodista Tomás Cuesta, que realizó la cobertura para Amnistía Internacional. Dijo que las fuerzas de seguridad les “tiraron gas pimienta en la cara” a los reporteros para evitar que registren imágenes de la represión.
Entre los efectos de la represión, Lula González afirmó que cuando fue atentida médicamente le hicieron me hicieron un lavado en los ojos y luego una tomografía en la cabeza. Otro de los trabajadores reportó un balazo en la pierna y, un tercero, heridas en los ojos que aún persisten.
Este tipo de escenas se repite cada miércoles desde hace meses, en un escenario de creciente pérdida del poder de compra de los pensionados, cuyas jubilaciones están en su mayoría por debajo del costo de una canasta básica de alimentos.
El pasado 12 de marzo, durante una de esas manifestaciones, resultó gravemente herido el fotoperiodista Pablo Grillo, que continúa internado tras recibir un disparo de gas lacrimógeno en la cabeza.
MC
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