La CGT anuncia plan de lucha: marcha a Plaza de Mayo, articulación con los gobernadores y presión a los legisladores
La Confederación General del Trabajo (CGT) decidió avanzar con un plan de lucha contra la reforma laboral de Javier Milei. Reunidos en la sede de Azopardo, el consejo directivo cegetista anunció que movilizará a Plaza de Mayo el jueves 18 de diciembre: será una convocatoria masiva en rechazo a la iniciativa, ya que también se sumarán las dos CTA y las organizaciones de izquierda. Alertados ante la avanzada contra los derechos sindicales, la cúpula cegetista, además, comenzará a hacer lobby entre gobernadores y legisladores para condicionar la reforma.
En la CGT hablan de un plan con medidas graduales, escalonadas. La decisión se tomó en una cumple del consejo directivo que reunió a una cuarentena de secretarios generales de diferentes gremios. Desde los tres triunviros, Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Gustavo Arguello, hasta Hugo Moyano (Camioneros), Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN), entre otros.
“Este proyecto es un paso más contra los derechos individuales y colectivos de los trabajadores”, anunció Sola, uno de los co secretarios de la CGT, tras el encuentro. El dirigente cegetista manifestó que el rechazo de la central sindical era a “cada uno de los proyectos de la reforma”: un mensaje que buscaba dejar en claro que, pese a los canales de diálogo existentes con el Gobierno para matizar algunos de los puntos más conflictivos de la reforma (como la eliminación de la obligatoriedad de las cuotas solidarias), la CGT confrontaría abiertamente con Milei.
La reforma incluye, además de una avance contra varios de los derechos individuales de los trabajadores -como modificaciones en el cálculo de las indemnizaciones, fraccionamiento de las vacaciones, eliminación de horas extra y la fijación de un salario “variable”-, varios puntos que atacan la acción colectiva. Se limita al derecho a huelga, los convenios colectivos quedan debilitados ante la limitación de la ultraactividad y se le da primacía a los convenios por empresa o región por sobre los de por actividad o nacionales.
El Gobierno intentó evitar una guerra abierta y, por intermediación de Santiago Caputo y Martín Menem, se modificó el artículo que pretendía eliminar la obligatoriedad de los aportes solidarios que financian a los sindicatos. La letra chica final del proyecto, sin embargo, pone en duda los aportes obligatorios a cargo de los trabajadores no afiliados, ya que dependerán de los convenios colectivos (que dejarán de actualizarse automáticamente y pasarán a tener menos importancia que los convenios por empresa).
“Vemos un país que está empobrecido, que está sin inversión económica, que está sufriendo industricidio, con caída de empleos formales, que implica la precarización del trabajo. Y aun así este gobierno no pone como prioridad el tratamiento de los derechos trabajadores”, se quejó Sola, quien advirtió que, a partir de ahora, la CGT exigiría ser parte del debate. Había comenzado el plan de lucha.
Legislativo, judicial, comunicacional: el plan de acción de la CGT
El primer paso del plan de acción de la CGT será encabezar una convocatoria masiva a Plaza de Mayo el próximo jueves a las 15 horas. Los organizadores de la movilización calculan que, con el apoyo de las dos CTA, las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, podrán juntar hasta casi 200 mil personas.
“No vemos una reforma laboral que genere competitividad y genere puestos de trabajo. Este tipo de reformas no sólo no generan volumen en el ámbito laboral, sino que llevan a una destrucción”, señaló Jerónimo, otro de los co secretarios, quien explicó que por ese motivo se había decidido movilizar. No hubo consenso interno, sin embargo, para ir a un paro general. Solo para salir a la calle.
En paralelo a la demostración de fuerza callejera, la CGT intervendrá sobre el Congreso. El objetivo es organizar reuniones con diputados y senadores de todos los espacios políticos, y convencerlos de no apoyar la ley. La cúpula cegetista trabajará en tándem con los bloques peronistas en el Senado y Diputados, con quienes se reunió el miércoles en el Congreso, pero el objetivo será ampliar el margen de acción. Quieren reunirse con legisladores radicales y con los representantes de fuerzas provinciales, con muchos de los cuales ya tienen diálogo.
El objetivo principal, sin embargo, serán los gobernadores. Los triunviros de la CGT ya mantuvieron reuniones con mandatarios de Provincias Unidas, como Maximiliano Pullaro (Santa Fe) e Ignacio Torres (Chubut), pero pretenden organizar nuevos encuentros. El rol de los gobernadores es clave porque son ellos los que tienen la llave de la mayoría en el Congreso: sin las provincias, Patricia Bullrich no tiene el número para aprobar la ley en el Senado.
“Este proyecto pretende llevarse adelante entre gallos y medianoche, a espaldas del pueblo y a libro cerrado. Lo pretenden hacer con tratamiento exprés. Esta CGT quiere participar del debate. Vamos a llevar nuestro reclamo a cada legislador, a cada gobernador, a cada diputado, y les vamos a explicar por qué no puede salir esta ley”, graficó Sola.
Además del lobby legislativo, la CGT pretende ordenar una estrategia de comunicación junto al peronismo. Fue uno de los puntos de acuerdo en la reunión realizada en el despacho de José Mayans el día anterior: establecer una agenda de comunicación sobre los perjuicios de la reforma y, a su vez, plantear una contrapropuesta propia.
Los resortes de los sindicatos comenzaron a ponerse en movimiento. El peronismo, que no tenía una estrategia definida hasta hace 24 horas, aprovecha los anticuerpos generados en el corazón del gremialismo y apuesta a, en las próximas semanas, volver a intentar boicotear una reforma laboral durante el mes de diciembre. La esperanza es que el espejo con Mauricio Macri en 2017 se cumpla como una profecía.
MCM/CRM
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