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La maratón 2023

La doble navaja de Larreta: los límites de gobernar la ciudad y querer moverse como el candidato inevitable de Juntos

Horacio Rodríguez Larreta

Pablo Ibáñez

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- ¿Cuánto vale un pasaje acá? -preguntó Gerardo Morales.

- 18 pesos -dijo Horacio Rodríguez Larreta.

- En Jujuy, 50 -completó el norteño.

Horacio Rodríguez Larreta tropezó con la incompatibilidad de pretender moverse, en paralelo, como jefe de Gobierno y candidato presidencial. El jueves, en la mesa de Juntos por el Cambio (JxC), pidió que el espacio lo respaldara en su queja contra la decisión del gobierno nacional de quitar el subsidio que otorga a 32 líneas de colectivos que circulan por CABA pero su intentona chocó, rápido, con un argumento: el AMBA tiene un nivel de subsidios más alto que el interior del país.

Con un brevísimo ping-pong, Morales desactivó lo que en sectores de JxC entrevieron como una maniobra de Larreta para pararse como víctima de un destrato nacional y dejó sobre la mesa la dualidad crítica del dirigente porteño que hizo un planteo como jefe de Gobierno en un tema que refleja los “beneficios” que tiene el área metropolitana sobre las provincias y que, por eso, el enjambre opositor desistió de salir en su auxilio.

A mí se me cayó De la Rúa en los brazos porque el fondo no le mandó 1000 millones y a Mauricio le dieron 44 mil millones. ¿Quién puede renegar del FMI que tiene la tasa más baja del mercado?

Ramón Puerta

Flota, claro, la oportunidad. El resto de los aspirantes de JxC, que ven a Larreta moverse como el candidato inevitable para el 2023, aprovechan estos episodios para recordarle que nada está allanado hacia adelante. Así como ser jefe de gobierno ofrece los encantos de una caja monumental que otorga autonomía y de una centralidad comunicacional que opera como vidriera -elementos de un mismo nudo-, Larreta se enrieda cuando aparecen problemas operativos como la quita de subsidios.

Hasta acá, los beneficios que otorga gobernar CABA han sido más potentes que los perjuicios. La estadística lo refleja: dos de los cuatro jefes de gobierno electos para ese cargo llegaron a presidente. Se trata de Mauricio Macri y de Fernando De la Rúa quienes, por otro lado, no terminaron bien -o no terminaron- sus experiencias presidenciales. Así como se invoca una maldición sobre que los gobernadores bonaerenses no llegan a presidente, podría sugerirse otra sobre los jefes de gobierno porteño: que les resulta fácil llegar pero terminan mal.

En la reunión de la mesa nacional JxC, Larreta sintió esa soledad. HIzo su planteo, Morales lo refutó y nadie se montó a la demanda porteña. Parece haber una razón sencilla: el comentario de Morales sintetiza el pensamiento de los gobernadores y dirigentes del interior, como quedó demostrado el viernes cuando en bloque varios mandatarios hicieron, por escrito, la misma observación que el jujeño había hecho en la paritaria cambiemita del jueves.

El episodio remitió, además, al debate que se dio en Juntos durante la discusión del proyecto de Presupuesto 2022 en diciembre porque uno de los asuntos que habían negociado los gobernadores, oficialistas y opositores, fue una partida de 46 mil millones de pesos en subsidios para el transporte de pasajeros del interior. Sin ley de presupuesto se cayeron esos fondos.

Federalismos

En Misiones, el último viernes, en la cumbre del Norte Grande el jefe de Gabinete Juan Manzur le anticipó a los diez gobernadores -tanto del FdT, como de JxC y provinciales- que aquella partida que quedó en suspenso con la caída del presupuesto será respetada por el Ejecutivo y estará activa para este año. Ese anuncio fue, al rato, bendecido por un documento firmado por todos los jefes provinciales que incluye un misil tierra-tierra contra Larreta. Lo firman los diez: de Morales al local Oscar Herrera Ahuad, de Gildo Insfrán (Formosa) a Gustavo Valdés (Corrientes), de Gustavo Sanz (Salta) a Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Jorge Capitanich (Chaco), el catamarqueño Raul Jalil, Ricardo Quintela de La Rioja y Osvaldo Jaldo, el vice a cargo del gobierno de Tucumán.

En el documento hubo un párrafo teledirigido a Larreta. “Los gobernadores del Norte Grande expresamos nuestro respaldo a la decisión del gobierno nacional de descentralizar la gestión a la CABA del servicio del transporte urbano en pie de igualdad con el resto de las jurisdicciones”, dice el texto que firman todos los mandatarios y está referido a la decisión nacional de quitarle subsidios a líneas de colectivos de CABA.

Al rechazo de JxC a escoltarlo en su lamento, el jefe de Gobierno debió sumar una nota firmaba por diez gobernadores entre ellos dos de la UCR y, sobre el cierre del día, una intervención del gobierno de Juan Schiaretti, el mandatario que supo operar como macho alfa de los jefes del interior y que Larreta proyecta, dicen en el PRO, como un posible candidato a vice. Es, al menos, la teoría que susurra el empresario y consultor Guillermo Seita, uno de los motores del fallido Peronismo Federal que trató de dividir al peronismo con una tercera vía. Luego Miguel Pichetto terminó de vice de la fórmula perdidosa de Macri.

Más cauto, y ampliando la metralla al gobernador bonaerense de Axel Kicillof, Schiaretti desempolvó un reclamo referido a la relación entre subsidios en el interior y en el AMBA que concentra, explicitó el gobierno cordobés a través de un comunicado, el 85% de los subsidios. En la cuestión cordobesa, Macri tiene más juego que Larreta y un reciente movimiento de sectores del PRO referenciados en el expresidente-que impulsaron una ley para legalizar el juego online- sugiere que la suerte del cordobesismo, que en el 2023 no podrá tener como candidato a Schiaretti, depende en gran medida de que Macri induzca la fuga de sectores de JxC hacia el peronismo cordobés.

“Mauricio es un tipo con suerte: el gobierno hace todo tan mal que eso hace que mucha gente no vea tan mal lo de Macri. Lo que no se sabe si le va a alcanzar para el 2023”, apuntó un dirigente con interés directo en cómo se ordenará la grilla de candidatos para la próxima presidencial.

Aunque se enfocó en el tema del transporte urbano, la demanda de Larreta trató de ir más allá. A la queja política que expresó el ministro de Gobierno porteño, el bonaerense Jorge Macri, sobre la imposibilidad de cubrir los subsidios con recursos propios, fue atado un reproche adicional sobre el plan de segmentación de tarifas eléctricas que tiene su principal impacto en CABA con un corredor en zona norte, puntualmente San Isidro y Vicente López, el distrito del que fue intendente Macri.

Larreta no encontró plafón para avanzar con ese expediente porque la segmentación y la quita de subsidios ha sido un planteo histórico del PRO y de Cambiemos, aunque en el modelo que diseñaron el ENRE y el Conicet -que toma como base el valor de mercado de las propiedades- eso impacte con más fuerza que en otros territorios en la ciudad.

Larreta hizo una advertencia que lo hermanó con Máximo Kirchner. pidió ser cautos para "no quedar pegados al ajuste" del gobierno de Alberto Fernández

En Misiones, de hecho, también se exploró la cuestión de la tarifa energética, una demanda recurrente de provincias que tienen alto consumo de electricidad. Junto a Manzur estuvieron los ministros Eduardo “Wado” De Pedro, Gabriel Katopodis y Alexis Guerrera, la secretaria de Provincias Silvina Batakis -la interlocuta habitual con CABA por cuestiones económicas con doblez político- y las dos referencias del tema tarifas: el secretario de Energía Darío Martínez y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.

Coherencias

“Hay que ser coherentes”, fue la respuesta que escuchó Larreta cuando se pidió alguna referencia a la quita de subsidios. La misma figura usó Mauricio Macri para hacer cambiar de opinión -o al menos de postura pública- al jefe de gobierno respecto a qué debe hacer el PRO en particular y JxC en general frente al proyecto que enviará el gobierno para validar el acuerdo con el FMI.

En la mesa cambiemita, Larreta hizo una advertencia que lo hermanó con Máximo Kirchner. Pidió ser cautos para “no quedar pegados al ajuste” del gobierno de Alberto Fernández. Antes del encuentro, había elegido un recurso menos jugado al decir que al no conocer la carta de intención no se podía opinar. Fue Macri, en persona, el que expuso un criterio que chocó con la postura de Larreta sino también con la de Patricia Bullrich. El expresidente dijo que JxC tiene que acompañar el acuerdo con el FMI en el Congreso aunque en la dinámica legislativa se pueda generar algún debate. Se impuso, al final, la tesis Macri que fue avalada por la UCR, la CC y el peronismo que comanda Miguel Angel Pichetto.

La discusión sobre el FMI tuvo una deriva curiosa a partir de la intervención de Ramón Puerta, ex embajador en España de Macri, entre otros varios oficios, que se sumó a la mesa con Picheto por el Peronismo Republicano. “A mí se me cayó De la Rúa en los brazos porque el fondo no le mandó 1000 millones y a Mauricio le dieron 44 mil millones. ¿Quién puede renegar del FMI que tiene la tasa más baja del mercado?”, intervino el misionero que entró en el circuito como parte de la ampliación de la mesa que implicó, por caso, el retorno del mendocino Ernesto Sanz.

Silencios radicales en la mesa, alguna risa socarrona y un pedido final del misionero. “Cuando hablen del gobierno, no hablen de peronismo hablen de kirchnerismo o de camporismo. No se olviden que para ganar necesitamos votos peronistas”, apuntó. Le dieron el OK aunque el matiz sobre el que puso el ojo Puerta no es tan fácil de precisar.

PI

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