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Tensión macrista en Provincia: Jorge Macri se resiste al desembarco de Santilli

Jorge Macri, quien más resiste el desembarque de Santilli en Provincia

Andrés Fidanza

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La dirigencia cambiemita de la Provincia de Buenos Aires ya se mueve bajo la certeza de que María Eugenia Vidal no será candidata a diputada bonaerense. Si bien la versión no fue confirmada por la exgobernadora, tanto su tropa, como sus aliados y adversarios internos dan por hecho que no se postulará. Al menos, no en la Provincia. En el PRO, en la Coalición Cívica y en una buena parte del radicalismo sobrevivía cierto reconocimiento hacia “Mariu” (menguado tras la derrota por 15 puntos frente a Axel Kicillof) como jefa de la oposición bonaerense: si ella estuviera dispuesta a encabezar la boleta de diputados, el resto se encolumnaría y declinaría de pedir una PASO.

La prescindencia de Vidal derrumba la última instancia de ordenamiento político desde arriba, ante el inminente armado de las listas. Porque aunque Mauricio Macri pretenda representar esa voz de mando y definir las candidaturas (y tampoco está claro que así sea), los protagonistas ya no le reconocen ese liderazgo. ¿Qué queda en pie en la Provincia, con Vidal corrida? Un panorama caótico, con choques de ambiciones y advertencias cruzadas. Eso, más la posibilidad de recurrir a una PASO como método de última instancia que resuelva las diferencias. El PRO es un partido que nació a partir de un deseo personalizado: que Macri fuera alcalde y luego presidente. Una fuerza de diseño, acostumbrada a ganar casi desde su debut. Esa realidad se acabó.

Ahora, la tensión principal del espacio macrista se libra entre el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y el vicealcalde porteño Diego Santilli. El segundo de Horacio Rodríguez Larreta en la Capital coquetea con la idea de cruzar la General Paz y ser candidato a diputado bonaerense. La mudanza de Santilli cuenta con el aval de Larreta. Se trataría de un reacomodamiento, hecho con un ojo y medio puesto en 2023: el que encabece la boleta quedaría en la pole position de Juntos por el Cambio para ir por la gobernación dentro de dos años. Eso, siempre y cuando el resultado no sea demoledor en contra de la coalición opositora. 

La perspectiva de perder contra el peronismo unificado en la Provincia no asusta demasiado en JxC. La pregunta clave es por cuánto. Una derrota ajustada, de hasta cinco o seis puntos, no representaría una catástrofe. Si fuera por más margen, la caída empezaría a ser motivo de pases de facturas internos. A la vanguardia del Grupo Dorrego (el colectivo de intendentes amarillos del conurbano y el interior), Jorge Macri rechaza el desembarco de Santilli. Y esa puja se transformó a la pasada en una fricción indisimulable con Rodríguez Larreta, socio electoral de Santilli. “Horacio está un poco cansado de las extorsiones de Jorge”, se queja un funcionario larretista. 

El primo de Mauricio es el más reacio a tolerar que Santilli se postule, picando en punta para el 2023. Jorge Macri no disimula sus ambiciones de ir por la gobernación. “Está agotada la lógica de mudar candidatos de la Capital a la Provincia. No son de acá y desconocen la lógica por completo. ¿Por qué no los mandan a Santa Fe o a Córdoba?”, retrucan cerca del intendente de Vicente López. “No ignoramos las ambiciones de Diego y el apoyo de Horacio. Pero queremos que los postulantes de la Provincia sean de la Provincia”, opina el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, integrante del Dorrego. 

Si bien Jorge Macri no es el único que se resiste a la movida larreteana, es el que le pone más el tono más peleador. El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, hace equilibrio para que le puja no desborde. Otro intendente del grupo Dorrego busca un punto medio: “Jorge tiene derecho a patalear y a pedir una PASO. Pero lo mejor para el espacio sería acordar una lista de unidad. Además él tiene un problema: el apellido”. Tras el ciclo presidencial 2015-2019, la marca Macri reafirmó su condición de piantavotos en la tercera sección electoral. 

El expresidente, sin embargo, se niega a la jubilación anticipada. El lanzamiento de su libro fue una excusa para seguir en el centro de la escena opositora. El martes pasado, Mauricio demostró nuevamente que la escritura de Primer Tiempo no fue pensada para llenar su tiempo libre. Su reunión con los intendentes del Dorrego encerró un mensaje sutil: la Provincia, para los bonaerenses. Los intendentes se encargaron de sellar a fuego esa interpretación, mientras cerca de Macri la suavizaban. El jueves anterior, Macri se había fotografiado con Rodríguez Larreta. Fue durante un encuentro con alumnos de escuelas públicas realizado en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD).

Dentro de esa capoeira sin violencia explícita, Jorge Macri a su vez suma millaje de charlas y fotopolítica con otra adversaria interna del alcalde porteño: la presidenta del PRO Patricia Bullrich. La semana pasada, la exministra de Seguridad presentó su libro Guerra sin cuartel en el Yacht Club Olivos, con Jorge Macri como anfitrión.

En paralelo, Santilli recibió el jueves pasado a tres intendentes bonaerenses que no participan del Grupo Dorrego. Lisandro Matzkin (Coronel Pringles), Jose Luis Zara (Carmen de Patagones) y Mariano Uset (Coronel Rosales). Durante la larga hora de charla y seducción, desplegada en el Centro de Monitoreo de la Ciudad, Santilli les confirmó: “Estoy para jugar, pero no quiero generar quilombos”. Los visitantes no respondieron lo evidente: ya es tarde.

Como una suerte de contracara del Dorrego, el viernes se presentó en sociedad otro team amarillo. Se trata del colectivo de los “sin tierra”. Bautizados “La Territorial”, la agrupación reúne a los dirigentes del PRO que no gobiernan sus municipios. Sus actores centrales son el vicepresidente del bloque de JxC en la Legislatura bonaerense, Alex Campbell, el exministro de Educación de la Nación y candidato a intendente por La Matanza, Alejandro Finocchiaro, el armador de Horacio Rodríguez Larreta, Lucas Delfino, el exministro de Desarrollo Social de Vidal y candidato a intendente de San Martín, Santiago López Medrano. 

Por fuera de la tensión entre Santilli-Larreta y Jorge Macri-Bullrich, existen otro pre-anotados para ser candidatos bonaerenses, como Elisa Carrió y Emilio Monzó. Pero el anuncio de Lilita fue perdiendo impacto desde que fue enunciado, a fines del año pasado. Y la postulación superestructural de Monzó no cuenta con demasiados avales externos. El expresidente de la Cámara de Diputados, sin embargo, no se desanima y suma ruido dentro de la galaxia cambiemita de la Provincia: “Voy a ser candidato y competiré en las PASO dentro de Juntos por el Cambio”.

AF

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