En Tucumán, Macri apuesta a aliarse con el partido de La Rural y Bussi junior

Mauricio Macri ya dio su aval. En las charlas que mantuvo con la dirigencia tucumana de Juntos por el Cambio, el expresidente impulsó una unidad amplia. Ese abrazo ancho incluyó a Fuerza Republicana, el partido fundado por Antonio Bussi, aunque con una contraindicación explícita: que sumar a la fuerza conducida por el legislador Ricardo Bussi no rompa el espacio. Así lo pidió Macri. La posible alianza con el bussismo, sin embargo, genera algunas incomodidades y resistencias dentro de la alianza de radicales, macristas y lilitos. Pero también despierta un entusiasmo electoralista, en una provincia donde se elegirán senadores nacionales. 

Con ocho bancas en la Legislatura tucumana, incluida la de Ricardo Bussi, Fuerza Republicana es un sello estable de la política local. El partido fue fundado por el ex represor de la dictadura Antonio Domingo Bussi en 1988. De la mano de FR, Bussi gobernó Tucumán entre 1995 y 1999. Ahora, una parte de JxC quiere aliarse con el bussismo con un objetivo concreto: desbancar al peronismo en 2023. 

Con menos controversia de por medio, Juntos por el Cambio se dispone a cerrar otro trato: incorporar al nuevo partido CREO, vinculado a la Sociedad Rural de Tucumán (SRT). “Es un día importante para la sociedad de Tucumán, que encuentra en el camino a un grupo de rebeldes que decidió formar este partido para participar activamente de la vida política y pública de la provincia”, se entusiasmó el titular de La Rural Sebastián Murga. Fue el martes pasado, durante el lanzamiento de CREO en un hotel céntrico de la capital tucumana, con la primera plana de JxC como invitada. 

El viernes pasado a su vez se formalizó el armado de la mesa cambiemita en Tucumán. La presentación se concretó en el hotel Sheraton de San Miguel. El PRO, la UCR, la Democracia Cristiana y la Coalición Cívica-ARI firmaron compartir espacio, ya sea en una lista de unidad o compitiendo en una PASO. El Partido por la Justicia Social, encabezado por el intendente de la capital Germán Alfaro, decidió no sumarse. De origen peronista, Alfaro se resiste a compartir paraguas con el partido de Macri. 

Además de Alfaro, en la cita del Sheraton estuvieron a los intendentes radicales Mariano Campero (Yerba Buena), Roberto Sánchez (Concepción) y Sebastián Salazar (Bella Vista); también por la UCR, la senadora nacional Silvia Elías de Pérez, los diputados José Cano, Domingo Amaya y Lidia Ascárate (UCR); la alfarista Beatriz Ávila (PJS); el jefe del PRO Ramiro Beti, más Sandra Manzone (Coalición Cívica) y Cristian Arias (Democracia Cristiana). En la juntada faltó Alfonso Prat-Gay. Si bien el exministro de Macri se había autopostulado para ser candidato en Tucumán, su figura se fue desinflando en los últimos meses. Por estos días, el economista se muestra cerca del intendente Campero.

La reunión estuvo cruzada por un fantasma: el del bussismo. La chance de juntarse con Fuerza Republicana incomoda a algunos dirigentes de JxC. Especialmente, al diputado Domingo Amaya, quien fue torturado durante la dictadura militar y tiene un hermano desaparecido.

Pretendemos que nos permitan entrar a JxC. Sólo queremos competir en una PASO y que después la sociedad decida. Tanto Macri, como Patricia Bullrich ya dieron su okey. Cano es el único que bloquea el ingreso

Pero Amaya no es el único que pone reparos respecto a la alianza con el bussismo. Sin plantear un rechazo cerrado, José Cano también duda. “Hicimos un gran esfuerzo para alcanzar esta unidad tan importante de Juntos por el Cambio. Lo de Bussi es algo que tenemos que debatir, pero no por los medios ni de manera parcial”, opina el diputado radical y exfuncionario de Macri (fue titular de la Unidad Plan Belgrano).

Cano pretende ser candidato a senador nacional, en una boleta compartida con Elías de Pérez. A ambos se les vence el mandato como diputados. “Tenemos la decisión de trabajar juntos con Silvia, ya sea en una lista de unidad o una PASO. Pero sin tensiones”, aclara Cano. 

El intendente radical de Yerba Buena, Mariano Campero, disiente con Cano. “Armamos la mesa nacional y eso es muy positivo. Pero tenemos que ser más amplios y sumar a Bussi. De última, la competencia se dirime en una elección primaria. Y el que gana, gana”, simplifica Campero. 

La semana pasada, el intendente radical visitó a Macri en la oficina que el expresidente montó en Olivos. “Mauricio estaba al tanto de todo y me dio su aval. Nos pidió que formemos Juntos por el Cambio en Tucumán, y así lo hicimos”, revela Campero, quien también se tienta con la posibilidad de ser aspirante a una banca en el Senado. Aunque el intendente de Concepción, Roberto Sánchez, pica en punta para encabezar esa boleta. 

Mientras la coalición opositora se debate sobre la chance de pactar con Fuerza Republicana, el legislador Ricardo Bussi está a la espera. “Pretendemos que nos permitan entrar a Juntos por el Cambio. Sólo queremos competir en una PASO y que después la sociedad decida”, plantea ante elDiarioAR. “Tanto Macri, como Patricia Bullrich ya dieron su okey. Cano es el único que bloquea el ingreso”, se queja Bussi. 

Desde la restauración de la democracia, en 1983, el peronismo ganó todas las elecciones ejecutivas de Tucumán. Con una excepción: el triunfo de Antonio Domingo Bussi en 1995. El militar había sido interventor de facto de la provincia entre 1976 y 1978. Y antes, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, había comandado el Operativo Independencia que combatió a sangre y fuego a las organizaciones armadas.

En 2003 Antonio Bussi fue elegido intendente de San Miguel de Tucumán. Pero no pudo asumir. A los tres meses fue detenido por la desaparición de Guillermo Vargas Aignasse. En 2007 se multiplicaron las causas en su contra. Y en 2008 fue condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. En 2011, murió.

Tras su etapa como gobernador electo, Fuerza Republicana se volvió una marca estable en el sistema político tucumano. De hecho, la mayoría de sus legisladores votó a favor del presupuesto 2021 del gobernador Juan Manzur. En las elecciones legislativas suele mejorar su performance respecto a las instancias en las que se eligen cargos ejecutivos. 

AF