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Los movimientos en la oposición

Sin traje de candidato, Macri “depura” al PRO para ganar la iniciativa opositora, pero está lejos de acercarse a Milei

Mauricio Macri

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El jueves pasado el diputado libertario Ramiro Marra salía de la Legislatura porteña cuando un peatón comenzó a insultarlo. El cruce verbal escaló hasta que el hombre se mostró decidido a agredir físicamente al precandidato a jefe de gobierno de Javier Milei. Lo frenó a tiempo Hernán Reyes, diputado de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, que también acababa de salir de la sesión en que se rechazó la creación de un parque público en Costa Salguero. Marra y Reyes terminaron yéndose juntos. “¡A vos también te conozco!”, le gritó, amenazante, el agresor al lilito antes de alejarse de la escena. 

Aunque la discusión callejera –confirmada a elDiarioAR por los dos partidos políticos– quedó más en una anécdota que en un hecho político, la situación parece un síntoma del clima de crispación contemporáneo. Una coyuntura argentina de descontento y nerviosismo a la que la dirigencia no parece encontrarle una solución unificada. En tiempos preelectorales, el internismo está a la orden del día, y abarca todo el abanico de la política vernácula. Si hasta a los “anti-casta” también los putean. 

En ese marco, ¿el pragmatismo es la salida? El caso paradigmático de la semana fue Mauricio Macri, quien colgó su traje de presidenciable vía YouTube el domingo pasado y demostró una cintura política que sorprendió a propios y ajenos. Pasaron apenas días para que se revelara su nueva piel: se reinventó como “ordenador” del PRO, que en los hechos significa ser un “depurador” de la poblada interna amarilla para las principales peleas que vendrán: la nacional, la provincia de Buenos Aires y Capital Federal. “El ingeniero está encendido”, se escuchó por estos días en Uspallata, y no como una crítica.

Macri se bajó porque sabía que podía perder la elección, pero también se bajó porque no quiere perder la interna. Se adelantó a la posibilidad de quedar relegado en el PRO antes de que Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich definan el nuevo liderazgo amarillo en las PASO. 

En paralelo, el ex mandatario quiere contrarrestar el fenómeno ascendente de Milei. Pero eso se reunió con José Luis Espert, quien quiere ser la “quinta pata” de JxC sumando libertarios bonaerenses. ¿Acaso vio Macri el video del móvil de Esteban Trebucq en A24, el lunes pasado, en el que pregunta a los transeúntes de la estación Constitución a quiénes van a votar? Lo que se escucha en ese focus group de prime-time es una sola respuesta: Milei. 

La Capital Federal

En el tablero de ajedrez amarillo, “la apertura Macri” apenas tuvo resistencia. Larreta admitió el jueves en público que en CABA habrá un solo candidato del PRO para competir en las PASO contra Martín Lousteau. La definición era un secreto a voces, pero el alcalde la expuso a viva voz por primera vez. Lo que no reveló fue el otro secreto a voces: que ese único postulante será Jorge Macri, cuyo principal mérito es ser primo del ex presidente. 

Ahora será cuestión de horas para que declinen de sus precandidaturas Soledad Acuña y Fernán Quirós. La ministra de Educación se bajaría antes de Semana Santa, y su par de Salud, la semana siguiente, según dejaron trascender cerca del jefe de gobierno. 

Larreta cedió al reclamo de Macri, pero no barrió la interna de un plumazo. Estiró la definición para no dar el brazo a torcer tan fácilmente: incluso armó un acting público con la propia Acuña. “No quería ser muy burdo. Hubiera quedado raro”, explicó un operador de su precandidatura presidencial. 

El alcalde logró una primera salida elegante a su dilema político porteño: no traicionar al PRO ni a Lousteau –eslabón de la sociedad nacional Larreta-UCR–. La segunda fase será convencer a ambos polos de que las elecciones capitalinas sean el mismo día de la nacional, pero con dos urnas: una para que los porteños voten a jefe de gobierno con la boleta única; y otra, a presidente, con la papeleta tradicional. 

Esa posibilidad tiene, sin embargo, escollos internos. Lousteau se molestó porque él pretende desdoblarla. Además ve que Macri está inclinando la cancha en favor de su primo, que entró a la gestión porteña cruzando la General Paz. El ex presidente, por su lado, preferiría que los comicios sean simultáneos, con la misma boleta larga, para que su primo le sume a Larreta y a Bullrich por igual, y el radicalismo esté obligado a tener un candidato propio del cual se cuelgue el senador. 

“Aún no está masticada la posibilidad de que las elecciones sean concurrentes. No queremos ordenar la votación por las necesidades de Lousteau”, recriminaron en el búnker de Bullrich, titular del PRO. El deadline es el 13 de abril. En el medio, cerca de Carrió ya avisaron que tendrán su propio candidato si finalmente se baja Quirós.

La provincia de Buenos Aires

El jueves Macri recibió a Bullrich en sus oficinas de la avenida Libertador y le pidió lo mismo que a Larreta, pero para la provincia: “ordenar” la interna del PRO. El jefe de gobierno tiene ya puesto a Diego Santilli como precandidato, pero a la ex ministra de Seguridad la rodean varios pretendientes: Néstor Grindetti, Javier Iguacel y Joaquín de la Torre. Además, tiene un acuerdo subterráneo con Cristian Ritondo, el alfil bonaerense de María Eugenia Vidal.

“No podemos ir con tantos candidatos”, fue la conclusión de esa bilateral según recogió elDiarioAR de una fuente directa, que aseguró que estaba pautada desde antes que el ex presidente declinara su postulación electoral. 

Ganador de las legislativas 2021, Santilli –que es Larreta– juega con ventaja para ganar cómodo las PASO. Ninguno de los demás precandidatos le son competitivos, admiten en los dos lados de la interna amarilla. Por eso una versión que suena es que quiere “colgarse” a las boletas de Larreta y Bullrich –el esquema en “V”–. ¿El jefe de gobierno recibiría por prestar su caballo ganador la victoria en la PASO nacional? Se escuchan voces amarillas que dicen que el ex presidente no bendeciría nunca a su ex funcionaria, ni que ella iría a buscarlo tampoco.

“El Colo no demuestra neutralidad”, le advirtió por ahora Bullrich a Macri. El ex mandatario tampoco le tiene estima personal al actual diputado nacional, pero sabe que la provincia se define la misma noche de las elecciones generales por un voto. No hay segunda vuelta. También sabe que el motor real a la gobernación votos es la boleta nacional.

Si ni Grindetti, Iguacel y De la Torre son aportantes de votos significativos –miden entre 2 y 3 puntos, reconocen en el bullrichismo– el plan “B” sería blanquear el acuerdo con Ritondo, que puede alcanzar los dos dígitos. Para eso tiene que haber una negociación con Vidal, recién llegada de su luna de miel. Aunque no fue invitada a su casamiento, Bullrich aún está esperando a la ex gobernadora para hacerse una foto que tienen conversada desde el verano. Para acceder, Vidal esperará que se lo pida Macri. A fin de mes anunciaría que se baja.

El precio de Milei

En estos días de operador político nueva piel, el ex mandatario apuró también un acuerdo con Espert que ya estaría cerrado. Solo les falta negociar la letra chica para que se muestren juntos, aunque el bonaerense ya estuvo a los abrazos con la troupe cambiemita en las dos cenas que hubo la noche del lunes: CIPPEC y la Fundación Libertad. 

En el macrismo reconocen el “fenómeno” Milei, pero aseguran que no les preocupa. “Estamos vacunados contra él”, dice un operador amarillo. Se justifican en que el electorado del libertario son los jóvenes, que históricamente votaron por el kirchnerismo. Quizás por eso también lo subió al ring Alberto Fernández, comparándolo con Hitler. 

En esa polémica, una de las defensoras de Milei fue Bullrich. “Hay un buen entendimiento con él”, explicaron al lado de la ex ministra. Por ahora no aventuran una alianza política, que además es rechazada por el economista porque en cualquier 1 a 1 varias encuestas lo dan ganador, con 25 puntos de promedio.

La última vez que Milei habló con Macri fue a mediados del año pasado. “No tiene sentido juntarse”, descartaron en La Libertad Avanza. El economista, que se demuestra menos pragmático que el mandatario, se sube el precio para cualquier negociación: aseguran a su lado que la pelea esencial será por las listas de legisladores para el Congreso.

“Si yo quiero entrar a una sociedad, hablo con el que tiene el 90 por ciento, no el 10, porque yo quiero el 30”, graficó un libertario de trato diario con el diputado. “Prefiero los legisladores de Milei y no los de Gildo Insfran”, los elogiaron en el PRO. ¿Qué dirían al respecto la UCR y la CC? Los libertarios no los quieren porque dicen que “objetivamente no aportan nada”. Pero las negociaciones sí son subjetivas. Entonces, en las vueltas de la realidad argentina, la anécdota entre Marra y Reyes quizás sí llegar a tener trascendencia política.

MC

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