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El cuerpo del silencio, Gus Van Sant en casa

"My Own Private Idaho", con Keanu Reeves y River Phoenix, forma parte de un ciclo gratuito y online dedicado a las películas de Gus Van Sant.
4 de julio de 2025 07:05 h

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El dios que aparece en los libros creó al mundo a través de la palabra. ¿Qué hubiera sido capaz de crear si hubiera permanecido en silencio?

Si se persigue la extrema claridad, la nominación perfecta, se llega al silencio. Ese paraíso desolado.

Callarse. Hacer silencio. No son en absoluto comparables.

Una gramática del silencio. Una sintaxis del silencio. Lo imposible. Una serie de reglas en un territorio repleto de vacío. Estalla de tan lleno.

Hay gente que se defiende con sus palabras. Hay gente que se protege con su silencio. Ni unas ni otro merecen ser fruto de esos miedos.

El escritor francés Alphonse Allais compone la ‘Marcha fúnebre compuesta para las exequias de un célebre hombre sordo’. El pentagrama está en blanco.

Por escrito, el silencio es bidimensional. En el aire, el silencio tiene cuerpo, volumen. A veces llega a aturdir.

Así arranca la entrada dedicada a la palabra “silencio” de un alfabeto encantador que propone la escritora Eugenia Almeida en su libro Inundación (lo publicó ediciones Documenta/Escénicas en 2019, dejé apenas un fragmento como anzuelo para que vayan a buscarlo si no lo leyeron). El silencio volvió a inundar este espacio y quizá se vuelva leitmotiv. O tal vez siempre lo haya sido. O tal vez escribir no sea otra cosa que un intento vano por darle cuerda al silencio, limar sus asperezas, poner a convivir su fragilidad con la nuestra.

Empieza una nueva entrega de Mil lianas, que se convirtió, sigilosamente, en un diario del silencio. Ya vendrán tiempos más estruendosos. O no.

1. Ciclo Gus Van Sant. “Jóvenes, marginados, queers, adictos y vagabundos son a menudo los protagonistas de historias profundamente humanas y crudas. Van Sant es un creador emblema del cine alternativo, dueño de una obra ecléctica donde siempre relucen sus marcas autorales y una mirada llena de humor pero que mantiene un toque íntimo y sensible”, apuntan desde Lumiton. Hasta el 4 de agosto esa plataforma ofrece, de manera online y gratis para Argentina, un ciclo con once películas de este destacadísimo cineasta estadounidense.

La selección recorre todo el arco que atravesó el propio director: están los trabajos under de sus comienzos, como Mala noche; los que lo volvieron una referencia de culto como My Own Private Idaho (ay, ¡esa dupla volcánica de Keanu Reeves y River Phoenix!); y también los que lo llevaron a tener una notoriedad mayor e internacional, como Todo por un sueño o Good Will Hunting, traducida en algunos lugares como En busca del destino. Pueden encontrar el detalle de todas las películas y el enlace para verlas por acá.

El ciclo online y gratuito con once películas de Gus Van Sant se puede ver en este enlace.

2. Todos queremos ser felices, de Hinde Pomeraniec. Las escenas se suceden, inquietan, laten, perturban, conmueven en Todos queremos ser felices (La Libre, 2025), el flamante libro de la escritora, periodista y editora Hinde Pomeraniec. Al poco tiempo de que se desatara la pandemia y que buena parte del mundo quedara en una suerte de pausa inquietante, Pomeraniec buscó una forma de desafiar el aislamiento impuesto por las restricciones sanitarias de entonces y empezó a enviar un newsletter a sus lectores de Infobae (“la pandemia exageró en mí la necesidad de divulgar libros, películas, músicas y biografías como si se hubiera hecho imperativo compartir ese abanico de emociones”, confiesa en las primeras páginas de la publicación). Primero fue diario, luego mutó en un envío semanal y con el tiempo se convirtió en un rito que convocaba a un público cada vez mayor y que comenzaba con un saludo simple y contundente: “hola, ahí”.

Después de esas palabras de rigor, llegaban las observaciones de la escritora que partían de lecturas, de películas que había visto, de voces que extrañaba o de alguna imagen que volvía a su memoria y que, en su deriva, la fueron llevando a detenerse en fenómenos vertiginosos tan universales como personales. Durante más de cuatro años y a partir de una mirada genuinamente curiosa, se dedicó a pensar, entre otros asuntos, la identidad, el duelo, la soledad, la tecnología y al amor, en sus distintas formas.

Luego de un trabajo de lectura y selección, aquellos textos hoy se resignifican en un libro pequeño y cautivante que se detiene a desgranar todo tipo de transformaciones. De la irrupción de la Inteligencia Artificial en sus distintas versiones a la sorpresa de caer en la cuenta de que probablemente seamos las últimas generaciones de humanos que vivieron un mundo sin internet y con alguna capacidad de detectar mentiras en ciertos discursos que corren imparables como el agua. De las formas que fue tomando la ansiedad a su aceleración y sus consecuencias globales. De redacciones a las que había que ir con el material mecanografiado a escribir en casa espiando con fascinación los personajes que muestran en las redes sociales el antes y el después de sus cuerpos atravesados por dietas o tratamientos inverosímiles.

Para hablar de Todos queremos ser felices y de varios asuntos más, hace unos días entrevisté a Hinde Pomeraniec. Pueden leer la nota completa por acá. Y atención si andan por Buenos Aires: el libro tendrá su presentación el próximo 10 de julio. Más detalles, en este enlace.

El libro Todos queremos ser felices, de Hinde Pomeraniec, fue publicado por La Libre. En este enlace una entrevista con la autora.

3. Balance 2025. Me fascinan, me enojan, me inquietan, me encantan. Vuelvo siempre a darle vueltas a los balances, las listas y las enumeraciones, esos momentos en los que por motivos más o menos nítidos, me veo obligada a hacer un repaso de lo que sucedió en un tiempo determinado (si se les pasó o quieren volver: acá armé hace un tiempo unos apuntes sobre los balances, por acá escribí sobre diciembre o ese mes hiperbólico lleno de ránkings con “lo mejor de”, por acá hay unos garabatos sobre la amistad y las listas).

Resulta que por estos días llegamos a la mitad exacta del año y varios medios internacionales publicaron sus balances provisorios con lo que consideran más destacado de 2025. Un “hasta ahora” repleto de listas. De todos los que me fui cruzando, me interesó y coincidí bastante con uno que armó la revista Variety y trae una selección de 20 series. Les dejo el enlace por acá por si lo quieren pispear, por si les sirve como referencia o para ver si coinciden o los hace enojar. Aparecen, entre otras, algunas de las que más me gustaron como The Pitt (la comentamos por acá), Adolescencia (hablamos de ella por acá), Amigos y vecinos (más por acá).

El balance de la revista Variety con las mejores series de 2025 se puede leer por acá.

Banda sonora. “Abandoné el periodismo de rock cuando me sentí total y absolutamente atrapado por la frase-lápida esto ya lo hacía Pirulo, toda vez que Pirulo podría ser cualquier artista de música popular más o menos consagrado cuya trascendencia hubo sido alcanzada en algún momento de la segunda mitad del siglo XX. (...) No habría sido prudente seguir ejerciendo el oficio con el botoncito de la capacidad de sorpresa roto”, escribió Fernando Sánchez en la primera entrega de su newsletter Fui rock. Lejos de la nostalgia y con ganas de hacer un recorrido por ciertas zonas de la música y una serie de circuitos que conoció a la perfección, el periodista indaga en sus recuerdos y en su archivo para entregar cada quince días historias alrededor de esa materia difusa y siempre efervescente que es, fue o será el rock. En cada entrega hay relatos que cruzan la cocina del periodismo y la de la música y que traen historias de canciones, misceláneas sobre escenas rockeras que por ahí pasaron inadvertidas o retratos de personajes entrañables. Pueden suscribirse a Fui rock gratis por acá (también, claro, pueden hacer un aporte aquellos que quieran). Van a encontrarse con textos honestos, chispeantes y sorprendentes.

Aproveché la lectura de Fui rock, que lleva publicadas doce ediciones, para ir anotando algunos artistas y bandas que por distintos motivos aparecen en los relatos y sumarlos a nuestra banda sonora. Así que esta semana entran Serú Girán, Café Tacvba, Los Auténticos Decadentes, Sinéad O’Connor y Patti Smith, entre otros. Se escucha, como cada viernes, por acá.

Hablando de newsletters, uno que volvió sigilosamente hace unas semanas, después de una pausa misteriosa, es Moyano Indigest, de mi amigo Alexis Moyano. En una de sus últimas ediciones, contó la increíble historia de la discográfica Sub Pop, el sello que le dio la primera oportunidad a bandas como Nirvana, Soundgarden y varios grandes nombres del grunge. Si todavía no reciben Moyano Indigest, pueden suscribirse por acá.

Bonus track. Algo para ir agendando, sin andan por Buenos Aires y buscan actividades gratuitas e interesantes durante las vacaciones de invierno. Con talleres, proyecciones y conferencias destinadas a niños y adolescentes, del 23 al 27 de julio tendrá lugar en Buenos Aires Suiza Pop. Se trata, según informaron los organizadores, de “una iniciativa interdisciplinaria que busca mostrar la capacidad para la innovación y vanguardia suiza a partir de la creación de un espacio de descubrimiento y encuentro, donde diferentes artes como la animación, los videojuegos, las artes visuales y la literatura infantil son el epicentro”. Pueden leer más sobre esta iniciativa, los invitados internacionales que vendrán y algunas de las actividades destacadas en este enlace.

Posdata. Gracias, una vez más, por los mensajes que me hacen llegar de distintas maneras en estos días especialmente áridos. Me encuentran, como siempre, por acá.

¡Hasta la próxima!

Mil lianas es un newsletter que se envía todos los viernes por correo electrónico. Para recibirlo, pueden suscribirse por acá.

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