Elecciones en Malvinas: ¿qué se juega en la política de las islas?
El jueves 4 de noviembre hay elecciones en Malvinas. Quince postulantes, a título personal y sin partido político – que no existen en las islas – se disputarán las ocho bancas que componen la Asamblea Legislativa, el órgano de gobierno que define, entre otras cosas, el presupuesto y las políticas públicas locales.
“Estoy muy preocupada por lo que pasa en las islas – ha dicho Emma Brook, una de las candidatas – no puedo quedarme parada viendo cómo nuestra herencia se pierde y nuestra cultura es socavada”. Geóloga e historiadora, actual directora de la Escuela Secundaria y miembro de reserva de la policía de las islas, Brook, es una mujer de cuerpo grande y cabeza pequeña, de pelo corto y rubio, que habla con una dicción inquietante: severa y amable a la vez. Sus declaraciones han generado polémica y han agitado apoyos en las redes sociales que han sido calificados de xenófobos por el respetado periodista de las islas, John Fowler. Brook ha puesto los puntos en la cuestión de la inmigración, sosteniendo que debe llegar fuerza de trabajo más apta, que hable mejor inglés y que esté en condiciones saludables.
Es que en las islas sólo un 47% de la población es nativa. Un 26% viene de Reino Unido, y hay una cuarta parte de la población compuesta por inmigrantes de más cuarenta países, entre los que son mayoría los que han llegado de Chile, Filipinas, Zimbabue y la Isla de Santa Helena. La política isleña ha sido, en los últimos años, alentar la inmigración para sumar fuerza de trabajo en un territorio donde sobra el dinero y los proyectos de desarrollo, pero falta mano de obra.
Existen otras posiciones sobre la inmigración entre quienes presentan sus candidaturas. Ana Crowie, ejecutiva del Falklnad Island Holding – el grupo de empresas más grande de Malvinas – comparte el diagnóstico sobre el cambio en la identidad cultural en las islas. Pero sostiene que a los inmigrantes no se les está dando la oportunidad de integrarse. Dice: “Me gustaría ver un aspecto de nuestro sistema educativo que ayude a los inmigrantes a convertirse en habitantes de las islas, ayudándoles a comprendernos a nosotros y a nuestra cultura y cómo pueden convertirse en parte de ella”.
De las quince personas que se presentan para ocupar las ocho bancas de la Asamblea Legislativa, diez han nacido en las islas y cinco vienen de fuera. Cuatro de ellos, de Inglaterra: John Birmingham, un ex miembro de la marina mercante nacido en Manchester que se instaló a trabajar como granjero en 1974; Roger Spink, un contador que llegó en 1986 en a trabajar en la Falkland Island Company y terminó siendo su director entre 2001 y 2016; los militares Chirs Locke, veterano de la guerra del 82, y Gary Webb, que llegó con los Royal Engineers en el 87 para trabajar en la reconstrucción de las islas y luego se quedó a integrar la fuerza de policía local. Leona Roberts, actual integrante de la Asamblea que va por la reelección y ha sido la fundadora del Museo de las Islas, es nacida en Punta Arenas, Chile.
Entre la muy singular lista de postulantes que han nacido en las islas, además de la geóloga Ema Brook y la ejecutiva Ana Crowie, hay gente de distintas edades y profesiones. Teslyn Barkman y Stacy Bragger se dedican al periodismo y son parte de la generación nacida después de la guerra. Gavin Short, de 59, es una de las voces más influyentes de la radio local y trabaja también en el aeropuerto; nacionalista acérrimo, se reconoce “de origen obrero” y ya integró la Asamblea en otros períodos. Ian Hansen es un antiguo campesino orejón y de manos enormes, devenido en gran terrateniente de Hill Cove, que ahora usa traje y vive en la isla Este. Mark Pollard es un cuarentón amigable, experto en telecomunicaciones. Peter Biggs es un veterano fibroso de pelo blanco, que usa camisas slim fit y habla pausado; se retiró como jefe de las Fuerzas de Defensa de las Islas, los soldados locales que no pertenecen a la base militar de la OTAN. Zane Hirlte es un empleado asistente de bajo rango en la Dirección de Educación. June Besley-Clark es la administradora del Dolphin, un hospedaje para turistas, que hoy tiene el pelo blanco pero alguna vez lo llevó teñido con los colores de la bandera británica: siempre se presenta para las elecciones pero aún no ha ganado. Spink, Roberts, Barkman, Bragger, Hansen y Pollard, son miembros de la Asamblea desde 2013 y aspiran a la reelección.
Un sistema político en transformación
Los ocho MLA (sigla en inglés para los miembros de la Asamblea Legislativa) son los únicos políticos de las islas elegidos por voto, cada cuatro años. Para presentar la candidatura sólo hace falta un par de decenas de firmas de respaldo y escribir un manifiesto de formato libre con ideas y propuestas, que es publicado en las páginas del Penguin News, la web de la Cámara de Comercio y que luego debe leerse en persona en la radio. Hay también algunas entrevistas en profundidad del canal de televisión local, que pueden verse en Youtube, o algunas breves encuestas temáticas que pueden verse en Facebook. La campaña dura apenas un mes.
En las islas existen hoy dos jurisdicciones: el pueblo – Stanley para ellos, Puerto Argentino para nosotros – que en 2,5 kilómetros cuadrados alberga a poco más de 2.400 habitantes; y el campo, que son los más de 12.000 kilómetros cuadrados de las dos islas grandes y el archipiélago que la rodea, donde existe una población sumamente dispersa de alrededor de 1200 habitantes, afincados en 90 estancias. Hay 300 civiles en la base militar de Mount Pleasant, que viven junto a un número desconocido de soldados.
En la Asamblea, al pueblo le corresponden cinco bancas y al campo tres. En marzo de 2020 hubo un referéndum donde se consultó la unificación en una sola jurisdicción – los habitantes del campo dicen que están sub-representados – pero los votos no alcanzaron para modificar el sistema.
Aquel fue el segundo referéndum después del que hicieran en 2013, en el que el 98% votó a favor de que las islas mantuvieran el estatus de territorio británico de ultramar. En las islas también se hicieron dos reformas constitucionales – en 1985 y en 2008 – y la del jueves será la décima elección para conformar la Asamblea. Hay alrededor de 2000 personas habilitadas para votar. Los que viven en el pueblo votan en el Town Hall, y al campo las urnas llegan a las estancias en Land Rover o avionetas.
Hasta 2013, formar parte de la Asamblea era un trabajo ad honorem. Desde ese año se convirtió en una función rentada, pensando en jerarquizar y profesionalizar la política local. La Asamblea diseña el presupuesto, sanciona las leyes y elige tres representantes del cuerpo para formar parte del Consejo Ejecutivo de Gobierno de las islas, que integran junto al jefe ejecutivo, el secretario de finanzas, y el gobernador. El jefe ejecutivo y el secretario de finanzas son profesionales que llegan por contratación directa del gobierno y son, generalmente, expertos internacionales que vienen indistintamente del sector privado y el público de diferentes países. El gobernador, designado por la reina, es un diplomático de carrera, que generalmente tiene tarea de supervisión. El debate político se da generalmente entre los MLA. Y aunque el perfil de esta suerte de virrey parece decorativo, al final es el que debe firmar y avalar, o bien rechazar, cualquiera de las decisiones tomadas por los locales.
La agenda, los reclamos y el debate
En las islas el desempleo es inferior a un dígito, no hay inflación y el principal problema de seguridad son las ocasionales peleas en los bares o las picadas de motos. La discusión política pasa hoy por temas diferentes a los nuestros.
Los principales reclamos populares hoy son por el excesivo presupuesto destinado a la construcción de un nuevo puerto; por monopolio de Sure, una empresa de Bahrein que es la única que brinda internet a un precio caro y con servicio deficiente; y las protestas del movimiento Salmon Free Falklands, que intenta impedir el inicio de la cría de salmón a cielo abierto – un negocio millonario proyectado por la empresa Unity Marine – porque denuncian que tendrá un gravísimo impacto ambiental.
Con mayor o menor énfasis, y con diversidad de posiciones, los candidatos y candidatas para MLA se han pronunciado sobre estos temas en sus manifiestos. En lo que todos coinciden es en su posicionamiento respecto a Argentina. La palabra que usan con más frecuencia es bully para referirse al modo en que interpretan la actitud que desde el continente se dispensa a los isleños. Los argentinos somos “matones” que, en su opinión, no reconocemos la autodeterminación de los habitantes y además el Gobierno les interpone distintos bloqueos políticos y económicos. No conciben – no comprenden – la idea de las Malvinas argentinas.
En este territorio extraño, con elecciones sin partidos políticos, donde lo que se pone en juego es la individualidad de los candidatos, el discurso carece de referencias orgánicas, eslóganes o tradiciones que enmarquen el posicionamiento de la dirigencia local. No hay derecha ni izquierda. Hace un par de años Roger Spink me dijo que admira a Theresa May y Ronald Reagan; Tesly Barkman y Leona Roberts me dijeron lo mismo de Barak Obama.
Esta falta de referencias puede verse en los manifiestos de 2021, donde hay lugar para todo. El terrateniente Ian Hansen, para explicar su filosofía de trabajo, cita a John Wayne. June Besley Clark, que está entre las candidatas más veteranas, remata su texto con una última oración: “Oh, por cierto, soy mucho más joven que Joe Biden”. El manifiesto de Zane Hirtle ha sido calificado por algunos de sus lectores en las islas como incomprensible. El policía Gary Webb cierra el suyo diciendo: “Sé que sería solo un hombre entre otros siete, pero lucharé en mi esquina por lo que creo, no por lo que me dicen que debo creer. Amo mi trabajo actual y lo extrañaría inmensamente si fuera elegido, pero ahora tal vez sea el momento de dar un salto donde un muchacho que habla con franqueza no pensó que podría llegar. Puede que no obtenga ningún voto, puede que obtenga uno o puede que obtenga los suficientes. De cualquier manera le daré a lo que se me presente toda mi atención y servicio al deber”.
Periodista, escritor. Autor de "Soñar con las islas. Una crónica de Malvinas más allá de la guerra".
EP/WC
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