Macri equilibrista: el PRO acompañará las reformas de Milei, pero no habrá interbloque y piensa candidatos para 2027
Mauricio Macri reunió, por primera vez desde las elecciones de octubre, a toda la tropa PRO para hablar del futuro del partido. No faltó nadie a la cumbre porteña este miércoles. Todas las primeras líneas, locales y provinciales, peregrinaron a la sede nacional del partido para acordar en dos puntos: el rechazo a una fusión con La Libertad Avanza en el Congreso y el hincapié en mantener la “identidad” del PRO. Fuera de eso, sin embargo, ninguno pudo ponerse de acuerdo en qué hacer con Javier Milei de cara a 2027.
“Fingimos demencia. Fue como si no hubiera pasado nada malo en los últimos dos años. Somos todos mejores amigos, pero porque solo nos quedamos los del lado perdedor”, ironizó un referente amarillo, minutos después de que la reunión del consejo del PRO hubiera terminado. El partido todavía estaba sangrando por la fuga de 8 diputados bullrichistas que, la semana pasada, abandonaron el bloque PRO para sumarse a LLA. Predominaba el malestar, pero se decidió tomar como una fortaleza lo que muchos, por lo bajo, lamentaban como una debilidad.
“Lo más importante es que están los que tienen que estar, los que queremos seguir siendo del PRO”, afirmó Fernando de Andreis, el ex secretario de la presidencia de Macri que asumirá una banca en Diputados a partir de diciembre. Fue uno de los designados, junto a María Eugenia Vidal, para oficiar de vocero a la salida de la reunión, que se extendió durante tres horas.
Ambos ratificaron el apoyo a las reformas de Milei y que serían “garantes del cambio”, pero advirtieron: “Tenemos el desafío también de construir una alternativa. Y tenemos dos años por delante para hacerlo”. Liberados ya de la línea libertaria interna más dura, los voceros del macrismo aprovecharon para hundir las pretensiones de Martín Menem en Diputados y rechazaron cualquier posibilidad de acordar un interbloque con LLA.
“Nosotros, en el Congreso, a partir del 10 de diciembre, tanto en el Senado como en Diputados, vamos a tener un bloque propio, un bloque independiente como lo tuvimos los últimos dos años, que represente las ideas y los valores del PRO”, señaló, tajante, Vidal. El objetivo era echar por tierra la posibilidad de una fusión con LLA y, en el proceso, se lo llevó puesto también a Santilli.
“Él se ha definido dentro del PRO, pero también hay que aclarar que su decisión de ser ministro del Interior fue a título personal. El PRO es un partido independiente, autónomo”, señaló.
Una alternativa sin brújula: el futuro del PRO
Era la primera cumbre desde las elecciones del 26 de octubre, y más de un dirigente se había afilado los dientes para dar inicio al pase de facturas internas. Los que habían cerrado un acuerdo local con LLA querían reivindicar la decisión que los había llevado a la victoria. Y quienes habían sido despreciados por el Gobierno querían jactarse de que Milei, tras haberles ido corriendo a pedir ayuda hace un mes, ahora volvía a despreciarlos. Todos querían tener la razón.
Al momento de la verdad, sin embargo, ninguno quiso elevar sus reclamos. El momento de mayor tensión fue cuando Gisela Scaglia, ex vice gobernadora de Santa Fe que asumirá una banca a partir de diciembre, anunció que no integraría el bloque PRO. La santafesina adelantó que su objetivo era integrar Provincias Unidas con el resto de los diputados que representan a los gobernadores y negociar, desde allí, con el Gobierno. El anuncio no cayó bien entre los presentes.
“No hay lugar para otro Agost Carreño. Si todos vamos a empezar a hacer eso entonces me llevo a los dos mios”, le recriminó Jorge Macri, que estaba sentado en la cabecera al lado de Mauricio Macri. El jefe de Gobierno porteño se refería a Oscar Agost Carreño, el cordobés del PRO que, en el último par de años, pasó a las filas del pichettismo y se convirtió en una de las principales espadas legislativas contra el Gobierno desde el bloque Encuentro Federal.
Agost Carreño, quien viene manteniendo una disputa judicial con Macri hace un año, logró hacerse con la presidencia del partido en Córdoba, pese a su distanciamiento con la cúpula partidaria. Ya le intentaron intervenir dos veces el partido, y durante la cumbre se definió hacerlo por tercera vez. La designada fue la cordobesa Soher El Sukaria y Agost Carreño estaba presente en la reunión cuando esto se decidió: todavía estaba en el mailing del PRO y, pese a que está peleado con todos, decidió igual ir a la reunión del partido.
“¿Qué hacés acá si vos no estás más en el partido?”, lo cruzó Jorge Macri. Agost Carreño señaló que era el presidente del partido y que había sido invitado. Se quedó apenas unos minutos, sin embargo. Se fue al cabo de un rato y, cuando abandonó la sede ubicada en la calle Balcarce, Mauricio Macri ironizó, entre risas: “Quien pudiera tener esa resiliencia”.
Por fuera de eso, Macri no hizo grandes declaraciones. Dejó que primero hablaran la veintena de participantes del consejo, entre los que había intendentes como Soledad Martínez y Guillermo Montenegro; diputados nacionales, como Ritondo, Silvia Lospennato y Martín Yeza; senadores, como Alfredo de Angeli y Martín Goerling. Había varios dirigentes del interior de manera presencial, como el misionero Humberto Schiavoni y el santiagueño Facundo Pérez Carletti.
La mayoría prefirió hacer hincapié en mantener la “identidad” del PRO y pensar alternativas para 2027. Se habló de no fusionarse con el LLA, y solo algunos dirigentes provinciales advirtieron que no había que cerrarle la puerta a acordar con LLA en las futuras elecciones. Hasta Ritondo, que fue el armador de la alianza bonaerense que funcionó como disparador del resto de las alianzas provinciales con LLA, ratificó que el PRO tenía que mantenerse como un bloque aparte.
Al final, Macri tomó la palabra. Habló de que el PRO compartía electorado con LLA y que el problema para diferenciarse, más que político, era electoral. Decidió encargarle a Vidal el armado de un decálogo de principios del PRO. Eso fue todo.
MCM/CRM
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