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Tensión en Diputados

La oposición busca quedarse con la presidencia de la comisión $LIBRA para activar la investigación a los Milei

Karina y Javier Milei, bajo la lupa de la Justicia por la supuesta estafa con la criptomoneda $LIBRA.

María Cafferata

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Luis Caputo y Mariano Cúneo Libarona se ausentaron, una vez más, a la interpelación aprobada por el Congreso por el caso $LIBRA. Esta vez, ni se molestaron en mandar una nota. Para el Gobierno, el criptogate es un tema cerrado: ya enviaron a Guillermo Francos a repetir el libreto oficial y no hay lugar para reabrir el escándalo en la recta final de la elección porteña. La oposición, sin embargo, no quiere ceder en lo que considera que será su principal insumo contra Javier Milei en 2025. Y deposita todas sus esperanzas en su última arma: la comisión investigadora.

La Cámara de Diputados no es ajena a las comisiones investigadoras. En 1996 creó, por ejemplo, una para investigar el atentado a la AMIA. Integrada por figuras como Cristina Fernández de Kirchner y Miguel Ángel Pichetto, la comisión se abocó a seguir, durante cuatro años, la investigación judicial y ahondar en la responsabilidad que el Poder Ejecutivo tuvo en el atentado en el que murieron 85 personas. Facultada para acceder a la causa judicial y citar testigos, la comisión fue escenario de decenas de interrogatorios que incluyeron hasta a miembros de la SIDE. 

Tenía, entonces, la facultad de forzar a los testigos en rebeldía a comparecer vía la fuerza pública. Una poder clave, que es característico de la comisión de Juicio Político, y que la oposición buscará explotar cuando llegue el momento de citar a los testigos. El faltazo de Cúneo Libarona y Caputo no cayó bien en la Cámara de Diputados, y los legisladores planean cobrarse su venganza en la comisión investigadora.

No son los únicos. La oposición buscará citar en la comisión a todos aquellos funcionarios que no pudieron ser interpelados en el recinto. Es el caso de Caputo y Cúneo Libarona, pero también el del titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Roberto Silva. El peronismo, incluso, está comenzando a tantear la posibilidad de citar al vocero Manuel Adorni y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei

Los dos funcionarios habían sido eliminados del listado de funcionarios interpelados en el marco de la amenaza de la Casa Rosada de tratar la Ficha Limpia en el Senado. Si bien el cristinismo nunca reconoció públicamente esa negociación, a nadie se le escapa que, caída la ley que podría haber proscripto a CFK, Unión por la Patria vuelve a mostrar interés en llevar a Karina al banquillo de interpelados. 

El pichettismo de Encuentro Federal es, junto al peronismo, la bancada que más empuje quiere darle a la comisión. Pero, a diferencia de UxP, juega el rol de “policía bueno”. Al igual que la Coalición Cívica o el radicalismo de Democracia Para Siempre, el pichettismo apuesta a no ahuyentar al oficialismo: tienen la pretensión de seducir a sus aliados para que los ayuden en la investigación y, para ello, juegan a la carta del “centro” político. Que no es otra cosa que un eufemismo para “no kirchnerista”. “Tenemos que ser prolijos”, repiten.

¿Qué significa esto? Primero, establecer límites sobre lo que la comisión puede hacer para evitar impugnaciones. Si la comisión por el caso AMIA es una referencia por la positiva, la comisión por la estatización de la empresa Ítalo, es lo contrario. Esta comisión, creada en el 83’, funcionó como una suerte de antesala del Juicio a las Juntas: abocada a investigar la estatización de la compañía eléctrica durante la dictadura militar, citó hasta a Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera. La comisión, entonces, no solo mandó a allanar oficinas sin orden judicial, sino que además terminó a los tiros en el estacionamiento del Congreso. 

Un episodio que la oposición, en esta ocasión, busca evitar.

La estrategia opositora

En este momento, sin embargo, la comisión se encuentra bloqueada como resultado de una maniobra del presidente de Martín Menem. El riojano modificó el ecosistema de la Cámara de Diputados, armó interbloques oficialistas y rompió bancadas aliadas, y todo para asegurarse unas sillas más en la comisión. Y lo logró. La composición terminó en un empate —14 diputados de la oposición y 14 diputados del oficialismo y sus aliados (que incluye al PRO, al MID, al radicalismo de Rodrigo de Loredo, el radicalismo mileísta y las fuerzas provinciales— y la comisión nunca pudo ponerse a funcionar.

La multipartidaria opositora, que se percibe irónicamente como el “Grupo A” de la era Milei, necesita desbloquearla para ponerla a funcionar. Y para eso necesita hacerse con la presidencia. ¿Por qué? Porque quien sea presidente tendrá la facultad de desempatar. Y, en un escenario inamovible de 14-14, quien desempate será quien definirá la actividad de la comisión. 

El objetivo de la oposición es convocar, el próximo miércoles, una sesión para forzar una votación de las autoridades en el recinto. No hay antecedente de ello, y la oposición sabe que Menem buscará impugnar su maniobra con el reglamento. En la oficina del presidente de la Cámara de Diputados, incluso, ya lo vienen advirtiendo: “No se puede designar el presidente de una comisión con una moción, no existe”, argumentan, irritados.

Frente a esto, la estrategia opositora es solo una: apelar a la mayoría del pleno. “Quien puede lo más puede lo menos”, rezan, como máxima, en la oposición. 

El oficialismo buscará evitar que haya quórum, y apelarán a la alianza del Gobierno con los gobernadores. Pero la oposición cuenta, esta vez, con una ventaja. Y es que a los gobernadores les sirve tener abierto el escándalo $LIBRA para esmerilar a Milei en el marco de la campaña electoral. “A nosotros nos conviene que esté abierta. Afecta la imagen del Gobierno. Lo del PAMI, lo de Ficha Limpia, y esto. Lo va desgastando”, admite un referente cordobés del llaryorismo que fue clave para habilitar la sesión que derivó en la aprobación de la creación de la comisión. Sin Martín Llaryora y el apoyo silencioso de otros gobernadores, la multipartidaria opositora nunca hubiese juntado el número.

Son estas fuerzas provinciales las que serán claves en la sesión de la semana próxima. Los armadores de la oposición porotean y especulan que tendrán 129 diputados para abrir la sesión. Aunque todavía hay varios cabos sueltos a resolver. Y uno de ellos es quién será la persona que ocupe la presidencia de la comisión.

La candidata de UxP, que es la bancada opositora más numerosa (tiene 98 diputados propios), es la massista Sabrina Selva. Pero algunas fuerzas provinciales comenzaron a operar con que no quieren a un peronista. Proponen, en cambio, a algunos de los referentes del “centro”, como el pichettista Oscar Agost Carreño, el lilito Maximiliano Ferraro o la radical Danya Tavela. Será el peronismo quien tendrá que analizar si acepta poner a un diputado de otro bloque, sabedor que quienes se anoten en la carrera ocuparán, durante los tres meses que dure la comisión, uno de los lugares de poder más importantes del Congreso.

MC/JJD

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