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El acuerdo en CABA

La sumisión del PRO: Macri firma la rendición final ante Karina Milei y deja al partido al borde de la extinción

Mauricio Macri saluda a Javier Milei en su asunción

María Cafferata

8 de agosto de 2025 06:41 h

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“El PRO está muerto”, sentenció un dirigente amarillo línea fundadora minutos después de que el PRO publicó el comunicado que oficializaba la alianza electoral con La Libertad Avanza en la Ciudad. Era la rendición final: Mauricio Macri había aceptado los términos de Karina Milei y, a cambio de dos lugares en la lista, selló la fusión con LLA en su nave nodriza, la Ciudad de Buenos Aires. No hubo foto en Casa Rosada, Macri no quiso, pero sí estuvo la firma de su primo Jorge, quien hasta último momento intentó negociar un relanzamiento de Juntos por el Cambio y se quedó, al final, con su territorio intervenido por las huestes violetas.

El acuerdo se terminó de sellar el miércoles a la noche, mientras el Gobierno sufría, impotente, las embestidas opositoras en el Congreso. Lo negociaron, personalmente, Mauricio Macri y Karina, quien intentó forzar una foto para rubricar el acuerdo. No sucedió, el ex presidente se negó, reacio a acompañar con una sonrisa la foto de defunción del partido que creó hace 20 años. Puertas adentro, en el PRO porteño, el malhumor por el acto de sumisión imposibilitaba cualquier otro gesto: se pimponeó el comunicado entre ambos sectores y se lo publicó al día siguiente. Eso fue todo.

Milei usa el símbolo del Nunca Más para lanzar su campaña en la Provincia

Hubo sí, en cambio, otra foto cruzando la General Paz. Embutidos en buzos violetas que decían “La Libertad Avanza”, Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro posaron junto a Javier Milei y la hermana presidencial en un terreno baldío de La Matanza con un cartel que rezaba “Kirchnerismo Nunca Más”. “Parece un buzo de fiesta de egresados”, ironizaba un dirigente PRO que, por lo bajo, recordaba los tiempos de Marcos Peña y fotos de campaña con camperas Uniqlo y confesaba: “Hicieron bien, mataron a la competencia y ahora van por el kirchnerismo. Nosotros hacíamos lo mismo”.

La foto de campaña en La Matanza era la contracara de la no foto en CABA: el contraste de dos estrategias diametralmente opuestas ejercitadas por el mismo partido. En Provincia de Buenos Aires, Ritondo y su círculo de acuerdistas bonaerenses habían comenzado a charlar con Karina y Santiago Caputo el año pasado. Un proceso lento, resistido originalmente por el macrismo, que había derivado en hasta 10 candidatos entrables en la elección bonaerense. Y, de cara a la elección nacional, una negociación abierta para colocar tres nombres propios para la Cámara de Diputados: Diego Santilli, Florencia de Sensi y Alejandro Finocchiaro.

El día que Milei no saludó a Jorge Macri en el Tedeum del 25 de mayo en la Catedral porteña.

En CABA, en cambio, el acuerdo se había firmado al filo del cierre de listas nacionales y con la resistencia del presidente del PRO porteño, Jorge Macri. El jefe de Gobierno intentó armar, hasta el lunes, cuando los rumores de la confirmación del acuerdo ya circulaban en todos los chats dirigenciales, un Juntos por el Cambio 2.0. Estaba todavía charlando con Ricardo López Murphy y la Coalición Cívica y Confianza Pública (Graciela Ocaña) cuando comenzó la reunión del PRO el lunes y se acordó cerrar una alianza.

“Qué triste ver como algunos dirigentes del Pro le dieron la espalda a sus votantes para asegurarse sus lugares en las listas. Qué olor a casta, ¿les suena?”, denunció el “bulldog” en el comunicado en el que anunció su lanzamiento como candidato. No sería la única chicana que le lanzaría a los Macri: también festejó, en Twitter, el meme que subió María Eugenia Vidal apenas se publicó el comunicado del PRO.

Vidal es, dentro del PRO, quien encabezaba la resistencia a la fusión con LLA (junto a otras dirigentas, como Silvia Lospennato). En la reunión encabezada por Macri el lunes, la ex gobernadora bonaerense defendió la necesidad de defender la “identidad” del PRO, cuestionó la decisión de cerrar un acuerdo con LLA y adelantó que, de llegar al recinto los vetos de Milei al aumento de jubilados y a la emergencia en discapacidad, ella no ayudaría a blindarlos. Se abstendría.

“No creo que el acuerdo electoral del PRO y La Libertad Avanza sea lo mejor. Ni para el PRO ni para la Argentina”, afirmó en un video que publicó en sus redes sociales el martes por la noche, poco después de mantener una reunión con Ritondo y varios diputados del PRO. La crítica, así como su decisión de no participar de la campaña, no cayó bien en el bloque amarillo. “En un partido, cuando perdés, o acompañás o te vas”, mascullaba un referente del PRO que ya comenzó el proceso de pintarse de violeta.

Las condiciones del acuerdo

El comunicado del PRO comienza con dos premisas: que ambos espacios, PRO y LLA, trabajarán para avanzar en la agenda de reformas de Milei y que se comprometen a “evitar que prospere el irresponsable plan legislativo de aquellos que condujeron a nuestro país a la catástrofe económica y a la pobreza”. Es decir, un compromiso de Macri a acompañar, sin decir ni pío, todo lo que Milei mande al Congreso. Se habían acabado los tiempos de la “oposición racional”: el PRO firmaba su sumisión a LLA.

Diego Santilli, discutiendo con Miguel Ángel Pichetto, en la sesión por el Garrahan

Esta decisión tendrá coletazos en el futuro del bloque PRO, actualmente partido y de difícil control. En la votación del proyecto de emergencia pediátrica del Hospital Garrahan, por ejemplo, hubo 4 diputados del PRO que votaron a favor y 2 que se abstuvieron. Entre ellos, Vidal. “No vamos a estar todos juntos a partir del año que viene”, desliza un importante diputado amarillo, que pronostica que la nueva etapa del PRO con LLA avanzará con varias pérdidas en el camino. No hay lugar para todos.

Algunos amarillos reticientes al acuerdo observan con atención el lanzamiento del frente electoral “Grito federal” que engloba a varios gobernadores y que coquetea con presentar una alternativa presidencial a Milei en 2027 (a pesar de que, en las sesiones opositoras, suelen plegarse a los intereses del Gobierno). El gobernador chubutense, Ignacio Torres, es uno de los fundadores y competirá en las elecciones de octubre con LLA. La vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, del PRO y que responde a Maximiliano Pullaro encabezará, a su vez, la lista oficialista cambiemita. Allá tampoco hubo, como en Mendoza, un acuerdo con LLA.

El mapa político electoral del PRO es heterogéneo, fragmentado de acuerdo a una sola necesidad: la supervivencia política. En algunas provincias, como PBA o Entre Ríos, el acuerdo con LLA fluyó de manera natural. En otras, como Santiago del Estero o Salta, resultó más complejo. Pero en todas predominó la máxima impartida por Macri hace un mes cuando, en una reunión del consejo nacional del PRO, firmó la libertad de acción: “Hagan la mejor elección posible”, afirmó, y después agregó: “Con dignidad”.

La discusión sobre si en CABA ese acuerdo fue “con dignidad” es motivo de discusión interna. Luego de varios días de negociaciones, Macri aceptó quedarse con el quinto y sexto lugar de la lista de diputados y que el frente se llamara “La Libertad Avanza”. La boleta sería violeta y el PRO no aparecería por ningún lado. A cambio, colaría a dos dirigentes de su círculo íntimo en las listas, de modo de tener cierta influencia en el Congreso. Uno es Fernando de Andreis y la otra es Jimena de La Torre.

“Macri está en fuga. Ya está, el PRO desapareció”, se despidió un ex macrista.

MC/MG

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