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SESIÓN EN DIPUTADOS

La oposición sube la apuesta en el Congreso y presiona al Gobierno con jubilaciones y la comisión $LIBRA

Germán Martínez (UxP) y Nicolás Massot (EF), dos espadas opositoras de diferentes espacios políticos

María Cafferata

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Con una nueva reforma previsional a la cabeza, la multipartidaria opositora al gobierno libertario se prepara para asestarle un nuevo golpe a Javier Milei. Son los mismos bloques que vienen impulsando la investigación a los hermanos Milei por el criptoescándalo y, ahora, buscarán convocar una mega sesión para el próximo martes en la Cámara de Diputados. El número para destrabar la comisión investigadora por el caso $LIBRA ya está, pero la frutilla del postre será otro: un aumento del bono para jubilados y una nueva moratoria previsional con la que la oposición busca arrinconar al Gobierno en la campaña electoral.

Se perciben, con ironía, como el “Grupo A” de la era Milei, aludiendo a la alianza que, en 2009, unió a diferentes bancadas antikirchneristas para hacerle oposición a Cristina Fernández de Kirchner. Los lilitos de la Coalición Cívica, los pichettistas de Encuentro Federal y los radicales díscolos de Democracia Para Siempre lo repiten con más énfasis que los peronistas de Unión por la Patria, que hoy les toca estar del otro lado del mostrador. Pero, en la práctica, significa una cosa: la consolidación de un movimiento opositor variopinto y heterogéneo que le viene disputando la mayoría de la Cámara de Diputados a Milei y sus aliados.

El primer gran éxito de este “nuevo Grupo A” llegó de la mano de uno de los mayores escándalos que atravesaron el corazón libertario: el derrumbe de una criptomoneda promocionada por el Presidente que derivó en pérdidas millonarias y en la consolidación de la posibilidad de que su hermana, Karina Milei, cobrara coimas para organizar reuniones con Milei. 

La oposición logró interpelar a Guillermo Francos, aunque no al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y al de Economía, Luis Caputo. La votación salió positivamente y se los citó, pero los funcionarios se negaron a asistir por “problemas de agenda”. Se volvió a insistir y se acordó interpelarlos para este miércoles, pero nadie espera que vayan. Martín Menem, incluso, ni siquiera convocó la sesión, y en la oposición no tienen interés en gastar balas en una convocatoria condenada al fracaso. Prefieren gastarlas, en cambio, en la comisión investigadora.

La comisión, aprobada por esa misma mayoría opositora, se empantanó luego de una maniobra de Menem, que prefirió modificar todo el ecosistema de la Cámara de Diputados antes que permitir que la oposición pudiera investigar a su jefe político. La comisión quedó con 14 diputados de la oposición y 14 del oficialismo y aliados: un empate inmovilizador que la oposición buscará romper el próximo martes en el recinto.

El objetivo es utilizar la fuerza del número en el recinto para designar la presidencia de la comisión, que tendrá la facultad de desempatar las votaciones. La candidata del peronismo es la massista bonaerense Sabrina Selva: si la oposición logra imponerla como presidenta, la comisión se destrabará y comenzará a enviar oficios a la Justicia y las primeras citaciones. El plan es que todos aquellos funcionarios que se hayan rehusado asistir a la interpelación vayan a la comisión

Es decir, la oposición se prepara para citar a Caputo y Cúneo Libarona en la comisión. Y sabe que allí no se podrán rehusar. ¿Por qué? Porque la comisión tiene la facultad de traer por la fuerza pública a quienes se resistan. Un mecanismo que ya probó su efectividad durante el juicio político a la Corte Suprema y que llevó al máximo órgano judicial al borde de una guerra campal interna.

Aumento para jubilados

El martes se selló, en un plenario de Presupuesto y Previsión Social, el último paso restante para convocar la sesión. Es decir: el dictamen de diversas iniciativas destinadas a recomponer los ingresos de jubilados. El objetivo de la oposición es convocar, el próximo martes, una sesión que incluya todos estos temas, así como la reglamentación de la comisión $LIBRA. Se habla, además, de emplazar la comisión de Presupuesto para tratar una actualización del presupuesto universitario: otro deja vú del año pasado.

El objetivo es prepararse para el veto presidencial. Ya ocurrió el año pasado, cuando el Congreso sancionó incrementos a jubilados y a las universidades y Milei los vetó y, luego, sostuvo con un tercio de los votos ese mismo veto. La oposición sabe que, esta vez, necesita hacerse de una mayoría a prueba de vetos, es decir: necesita acercarse lo más posible a los dos tercios del recinto. 

Primero deberá, sin embargo, ordenar qué propuesta de reforma jubilatoria presentará en el recinto. No será fácil porque, el martes, el plenario de comisiones emitió 14 dictámenes distintos. El peronismo, los radicalismos, el pichettismo y las fuerzas provinciales no pudieron ponerse de acuerdo. Ni siquiera el PRO pudo aunar posturas: en una señal del quiebre interno entre el ala macrista y el ala mileísta, el partido amarillo presentó dos dictamenes diferentes. Uno con las firmas del resto del oficialismo. Otro solo con algunos amarillos díscolos, más cercanos a Mauricio Macri.

La Cámara de Diputados pretende legislar sobre dos temas: los ingresos de los jubilados, por un lado, y una reforma integral del sistema, por el otro. Ocho de los 14 dictámenes refieren a este último punto, lo que da cuenta que es el tema que genera más diferencias internas en la oposición.

La discusión, en líneas generales, se reduce a dos opciones: los que proponen una nueva moratoria previsional, de modo de integrar al sistema a todos aquellas personas en edad de jubilarse que no tienen los 30 años de aporte, y los que proponen un nuevo sistema de prestación proporcional de la vejez. La propuesta de prestación proporcional –que es impulsada por el pichettismo, los radicales y los lilitos (aunque con diferencias)– plantea un régimen alternativo a la PUAM (Pensión Universal del Adulto Mayor, que representa del 80 por ciento de la jubilación mínima) para aquellas personas que no cumplen con los 30 años de aportes, pero sí tienen algunos. 

El peronismo, en cambio, propone una nueva moratoria por dos años. Su dictamen es el de mayoría, por lo que será el primer proyecto que se debata en el recinto. Pero con una salvedad: UxP no está segura de tener lo votos para aprobarlo, por lo que deberá negociar con el resto de la oposición por una alternativa. 

El segundo eje, referido a los ingresos de los jubilados, tiene mayor consenso interno. Toda la oposición coincide en la necesidad de actualizar el bono de quienes cobran la mínima –congelado en 70 mil pesos hace más de un año– y en incluir el 7,2% de aumento para todas las jubilaciones (que es la inflación percibida de enero de 2024 que Milei nunca incluyó cuando modificó la fórmula previsional). 

La discusión, sin embargo, gira en torno a cuánto tendrá que aumentar ese bono. El peronismo, por ejemplo, propone que sea de 115 mil pesos. Pero el pichettismo, en cambio, propone que sea de 100 mil. Las diferencias no son grandes, y es la gran apuesta de la oposición para la semana próxima. Consideran que, si hay una ley que podrá resistir al veto presidencial, será esa.

MC/MG

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