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Halitosis o mal aliento: diez maneras de evitarlo

El mal aliento se utiliza en ocasiones para diagnosticar enfermedades

Jordi Sabaté

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Solemos ser poco conscientes de nuestro propio mal aliento o halitosis, especialmente porque nuestros receptores olfativos se han acostumbrado pronto al mal olor que emana de nuestra boca y han neutralizado el mensaje al cerebro.

En cambio los demás, los que tenemos en frente, sí que perciben el tufo que soltamos al hablar, para su desgracia, pues suele ser muy desagradable. Según el Grupo de Investigación Etiología y Terapéutica de las Enfermedades Periodontales de la Universidad Complutense de Madrid, hasta una de cada tres personas experimentarán en algún momento de su vida halitosis.

No obstante, el mal aliento no esta considerado una enfermedad, sino más bien un síntoma de un mal estilo de vida o de hábitos de higiene poco aplicados, así como de estas y otras causas a la vez, por lo que debe ser abordado de modo individual en cada caso. Ello explica que afecte a tanta gente.

En la mayor parte de los casos es un efecto pasajero que termina de manera involuntaria o tras tomar una serie de medidas, normalmente de higiene. Pero en otros, el problema puede resultar persistente debido a motivos fisiológicos o metabólicos, terminando por convertirse en un problema serio que puede llevar a la pérdida de la pareja o el trabajo, así como de la vida social

Diez enfoques para combatir el mal aliento

A continuación te ofrecemos las diez causas más frecuentes de mal aliento o halitosis en adultos, y por lo tanto diez enfoques para combatirlo.

1. Extrema tu higiene bucal general

La baja frecuencia en el cepillado de los dientes, así como su incorrecta aplicación, pueden ser el origen del florecimiento de una placa bacteriana en la base de la lengua, y entre los restos de comida que quedan en el sarro, que los fermenten dando lugar a compuestos volátiles con azufre y nitrógeno que son responsables del mal olor. Entre ellos están la putrescina y la cadaverina.

Es muy posible que tomándonos en serio la higiene bucal terminemos con nuestra halitosis inconsciente. Basta con usar hilo dental y/o cepillos interproximales, para eliminar los restos, posteriormente cepillarnos correctamente los dientes durante más de tres minutos y finalmente usar algún colutorio de enjuague para eliminar la placa lingual.

2. Arréglate las caries

Otra causa frecuente de halitosis pueden ser caries escondidas en estado de actividad avanzado sobre la pieza bucal que generen productos de descomposición sulfurados.

Según la Clínica Mayo, “el mal aliento puede ser causado por las heridas quirúrgicas después de una cirugía bucal, como la extracción de un diente, o porque tienes caries, enfermedad de las encías o llagas bucales”. Si creemos que nuestras muelas pueden ser fuente de mal aliento, no dudemos en acudir al odontólogo periodoncista.

3. Limpia a diario tus dentales

Si usamos prótesis dentales, ya sea dentadura postiza, implantes, fundas o placas de descarga nocturna, y nos dicen que la boca nos huele, es muy posible que se deba a que las lavamos con menos frecuencia de la debida o bien, en el caso de implantes, precisan de un desmontaje para su limpieza.

4. Bebe agua con frecuencia y mastica apio o zanahoria

No todas las personas expresan la halitosis con la misma intensidad, sino que depende en gran medida del buen funcionamiento de las glándulas secretoras de saliva, que funciona como protector, lubricante y desinfectante.

Si tendemos a tener la boca seca (xerostomía), con poca saliva, tendremos más problemas de mal aliento, o si se quiere, serán más evidentes las causas arriba relatadas. En resumen, la halitosis también puede revelar problemas de secreción salivar.

Para ellos, la ingesta abundante de agua así como la masticación de hortalizas como zanahoria o apio, que provocan un aumento de la secreción salir, pueden ayudarnos.

5. Mantén un dieta equilibrada y modera las especias fuertes, el ajo y la cebolla cruda

La halitosis también puede revelar problemas de desequilibro en la dieta, sobre todo cuando esta es hipocalórica en exceso -baja en hidratos de carbono y grasas- y fuerza el metabolismo de los lípidos provocando episodios de cetosis.

Este trastorno metabólico genera un mal olor muy característico conocido como “aliento de camello”. También comer muchos ajos, cebollas o especias puede causar mal aliento, en especial porque los gases que emanan van al torrente sanguíneo y de allí a los pulmones, desde donde son expulsados con la respiración.

6. Deja de fumar

El tabaquismo es otra causa de mal aliento, sobre todo en personas con problemas respiratorios que acumulan muchas mucosas en la tráquea y además tienen una deficiente secreción salivar.

7. Evita los alimentos que producen acidez nocturna o reflujo gastroesofágico

Afecciones como los trastornos metabólicos pueden provocar un aliento con olor particular. El reflujo crónico de los ácidos estomacales (reflujo gastroesofágico o acidez nocturna) puede asociarse con mal aliento.

Moderaremos por la noche la verdura de hoja, así como los tomates, pimientos o cítricos. También las frituras, los lácteos y los pescados grasos. Y lo mismo haremos con las bebidas gaseosas y el alcohol.

8. Cuida tus lesiones bucales

Las personas que presentan úlceras traumáticas -heridas en la boca- prolongadas que no terminan de curarse, pueden en algunos casos sufrir necrosis que generen aromas de descomposición desagradables.

El mal aliento puede ser causado por las heridas quirúrgicas después de una cirugía bucal. En este artículo te ofrecemos siete remedios caseros para cuidar las llagas en la boca y la lengua.

9. Consulta a un médico digestivo

Las úlceras estomacales pueden tener algunas de sus primeras manifestaciones en el mal aliento, por lo que si tenemos tendencia al dolor abdominal y estomacal, esputos de sangre, náuseas o eructos frecuentes, y nos dicen que tenemos mal aliento, deberemos acudir a un estomatólogo sin demora.

10. Analiza tu glucosa en sangre

La halitosis también puede ser finalmente una pista para personas que sufren diabetes de tipo 2 y no lo saben, o bien que la están controlando de manera deficiente. Un análisis te puede hacer tomar conciencia del problema.

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