¿Hasta cuándo rigen y cómo impactan las restricciones para el funcionamiento de las obras de construcción en CABA?
Entre las nuevas restricciones anunciadas por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para contener el avance de los contagios de coronavirus en la Ciudad incluyó la suspensión, por tres semanas, de las obras de construcción de más de 2.500 m2.
El objetivo de la medida es evitar que una gran cantidad de trabajadores del sector se movilicen en transporte público desde distintos barrios porteños y localidades del conurbano bonaerense hasta sus trabajos.
Según fuentes del gobierno porteño, de un total de 3.000 construcciones privadas declaradas, el 75% -donde se emplean unos 22.000 trabajadores- continuaría en actividad y sólo afectaría a 700 obras.
Una restricción similar había regido durante los meses que abarcó en 2020 el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) decretado por el presidente, Alberto Fernández, ante la pandemia de Covid-19.
En aquel momento la actividad de la construcción en 2020 sufrió una caída del 27,8%, pero al levantarse algunas restricciones tras el fin del ASPO inició una senda de crecimiento.
Tras conocer la resolución de Rodríguez Larreta, tanto los empresarios del sector como los representantes sindicales cuestionaron la medida por considerar que afecta notablemente a la actividad.
La Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) expresaron, en un comunicado conjunto, su rechazo a la medida implementada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al afirmar que los emprendimientos “no son fuente de contagio y expansión” del coronavirus.
“El sector de la construcción ha sido pionero en el país en la constitución de un protocolo estricto que ha permitido trabajar con seguridad minimizando los contagios, los que no llegan a 7.000, sobre una base de más de 320.000 trabajadores de la industria y la gran mayoría se produce fuera del ámbito de trabajo y de transporte”, indicaron.
Según los empresarios y sindicalistas, ante las restricciones dispuestas al uso del transporte público los trabajadores del sector “son trasladados por las empresas o lo hacen por sus propios medios de circulación, aplicando el protocolo de transporte”.
Los datos, declaró el presidente de Camarco, Iván Szczech, “demuestran que las obras no contagian y nuestro transporte tampoco. Por el contrario, son un espacio de detección de casos que se producen afuera del ámbito laboral y permiten aislar casos sospechosos”, dijo.
Para la Cámara, la medida dispuesta por la Ciudad ocasionará un fuerte impacto tanto en las empresas como en los trabajadores luego de un año como 2020, “que sin dudas fue uno de los más duros de nuestra historia y que registró una fuerte pérdida de empleo”.
“Tenemos 62.000 trabajadores luego de haber perdido 22.000 en la primera etapa de la pandemia, sin actividad hasta octubre, y habiendo recuperado 10.000 luego del reinicio”, por lo que “esta medida nos vuelve a poner en una situación de riesgo”, agregó Szczech.
También la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) y la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) criticaron las restricciones impuestas al sector por el jefe de Gobierno porteño y, como lo hicieron la Camarco y la UOCRA, pidieron la conformación de una mesa de trabajo con la Ciudad “retomar las obras lo antes posible”.
“El perjuicio que esta medida genera es mayúsculo y nuestras empresas ya no están en condiciones de afrontarlo”, opinó Damián Tabakman, presidente de la CEDU.
En tanto, Carlos Spina, presidente de AEV, consideró que la medida “no es apropiada” porque “las obras grandes son las que, con total seguridad, no utilizan transporte público, tienen estrictos protocolos de ingreso, turnos, vestuarios y comedores gracias a lo cual, con los extra costos que ello implica, ha hecho que los contagios en obra sean menores a cualquier otra actividad. Amén de ser las más fáciles de auditar”, agregó.
GT
0