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un caso que conmueve al país

Las amigos de Fernando identificaron a Thomsen, Comelli y Luciano Pertossi como los principales agresores

Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo y Lucas Begide, amigos de Fernando, llegan a los Tribunales de Dolores para declarar.

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Ayrton Viollaz es el que, afuera de la disco, arengó al grupo: “Es ahora, es ahora”. Enzo Comelli fue quien le dio el golpe por la espalda que lo dejó de rodillas en el piso. Luciano Pertossi fue quien tiró manotazos desde atrás de un auto. Lucas, su primo, también agredió. Máximo Thomsen fue el que le pegó a Fernando en el pecho cuando ya estaba en el piso y luego, tres patadas a la altura de la mandíbula. Matías Benicelli fue el que gritó “a ver si volvés a pegar negro de mierda” cuando Fernando tosía sangre en el piso. Es la reconstrucción que los nueve amigos de Fernando Báez Sosa hicieron ayer, y por separado, ante el Tribunal. Los únicos que no fueron identificados por los chicos son Ciro Pertossi y Blas Cinalli.

Luego de la declaración de Oscar Rossi, el padre de Julieta -la novia de Fernando al momento del crimen-, llegó el turno de los nueve amigos de Fernando. Todos fueron testigos presenciales de su muerte. Hubo que ver varias veces los videos. Uno estaba guardado en el teléfono de uno de los imputados, otro es de alguien que estaba en la zona y filmó, y las otras imágenes fueron registradas por domos de las cámaras de seguridad de la ciudad de Villa Gesell. Los videos pasaban en cámara lenta, con el sonido original en un volumen alto. Ahí estaba Fernando, tumbado en el piso. Los amigos defendiéndose de los golpes. Alguien que cae, alguien que corre, alguien que intenta separar. La policía que no aparece, la gente que mira. Los brazos en alto, en alto para que paren, en alto para pegar. Fernando en cueros, en el piso. Gente que corre. Gente que grita. Y gente, gente que no es la imputada, que también alienta la pelea.

Los nueve testigos tuvieron que usar un puntero para ubicarse en la escena e identificar, si podían, a los ocho jóvenes imputados. Todo sucedió ayer, en una sala abarrotada del Tribunal de Dolores, en la segunda jornada del juicio por el crimen de Báez Sosa. La imputación es la misma para los ocho rugbiers, pero la fiscalía intentó determinar los roles de cada uno. Los nombres de seis de los ocho acusados aparecieron durante las testimoniales de los chicos. Entre los amigos de Fernando y los imputados había un metro y medio, o menos, de separación. A los fiscales les interesaba saber qué sucedió dentro de Le Brique, como disparador de la pelea fatal.

Los abogados de la familia Báez Sosa insistieron en un punto: si hubo maniobras de resucitación, quién las hizo y cómo. Hugo Tomei, abogado defensor de los rugbiers, quiso precisiones: cuántas patadas, cuántos golpes, en qué lugar del cuerpo; cómo tomaron el pulso, si había pulso o si no lo detectaron; cómo saben los nombres de los imputados y cómo pueden ubicarlos en la escena con tanta seguridad si no los conocían de antes... “¿Lo habrás visto en los medios?”, pinchaba Tomei. La cuestión mediática es central en el debate. Los rugbiers, en un escrito -el único y publicado hace tiempo- insistieron en que ellos ya habían sido juzgados por la prensa y por ende, por la sociedad toda. Ayer llegaron esposados, con trece custodios del Servicio Penitenciario que permanecieron durante las ocho horas de debate.

Qué dijo cada amigo de la víctima

“Cuando le digo 'paren por favor', uno de ellos me pega una piña y yo caigo arriba de un auto. Santiago Corbo (N. de la R.: integra el grupo de amigos de Fernando) se acerca y me ayuda a pararme. Habrán sido dos minutos y medio. Pero fue una eternidad. Fer se cae en la primera piña. Llega a poner las manos en el piso y ahí ya fue patada, piña, todo. Nunca pudo defenderse”, dijo al Ministerio Público Fiscal, Lucas Filardi. Su declaración duró casi dos horas. Identificó a Luciano Pertossi como quien le dio “una piña muy fuerte en la cara” a Fernando para a desestabilizarlo“, y quien lo ”alejó“ a él con otra trompada. Aseguró que Máximo Thomsen golpeó a Báez Sosa en el pecho cuando ya estaba en el piso.

Juan Bautista Besuzzo fue el segundo amigo en prestar declaración. “Enzo Comelli le dio el primer golpe a Fernando y lo deja inconsciente. Máximo Thomsen le da tres patadas en la cabeza, en la mandíbula. No puedo especificar cuántas personas más participaron del ataque. La sensación es que el ataque fue a Fernando. Fue una emboscada”, dijo. Besuzzo difiere con Lucas Filardi en cuanto a quién dio la trompada a traición a Fernando. Filardi señaló a Lucas Pertossi, él a Comelli. Agregó que durante el ataque se asustó, cruzó la calle y que cuando volvió, la situación estaba disuelta y Fernando en el piso. “Mis amigos estaban todos llorando, así que yo di vueltas y empecé a rezar”, contó.

Santiago Corbo sacó a Filardi de atrás de un auto, que estaba estacionado. Allí había caído su amigo después de un golpe. Y eso es lo que dijo Santiago que hizo en los minutos que duró la pelea: tratar de calmar a todos, sacar a sus amigos de ahí, pedir por favor que paren. Por eso no pudo reconocer a los agresores ni distinguir sus roles. Pero sí identificó a Ayrton Viollaz como el que arengaba al grito de “es ahora, es ahora”. Viollaz, según su versión, era quién impedía que los amigos de Fernando se acercaran a ayudarlo.

A Julián García le pegaron un cachetazo en la nuca adentro del boliche, lo que motivó el encontronazo entre los grupos. A él lo defendieron entre Fernando y Tomás D'Alessandro, el sexto en dar testimonio. Una vez afuera de la disco, cruzaron al kiosco, donde Fernando se compró un helado. Lo que sigue, Julián lo recuerda en retazos: que alguien gritó “a ver ahora que estamos afuera”, que de repente tenía a los agresores encima, que le pegaron una trompada en el oído derecho que lo dejó mareado y se separó del grupo. Pidió ayuda al personal de seguridad de Le Brique. “Fer ya estaba en el piso y no respondía”, dijo. No identificó a ninguno de los rugbiers.

Federico Raulera aseguró que los agresores “fueron directo a Fernando”. Reconoció a Luciano Pertossi como parte del grupo agresor. No supo decir quién, pero refirió que uno de los agresores provocó: “Vamos a ver quién gana acá afuera”.

Tomás D´ Alessandro salió con Fernando cuando los patovicas de Le Brique lo sacaron. también fue uno de los agredidos adentro de la disco: tres trompadas. En la rueda de reconocimiento, identificó a Luciano Pertossi como el agresor. Una vez afuera, dijo que primero derriban a Fernando y que después lo tumban a él para patearlo en el piso. Identificó a Matías Benicelli como quien gritó “a ver si volvés a pegar negro de mierda” a Fernando cuando yacía inconsciente en el piso.

Federico Tavarozzi identificó a Luciano Pertossi como quien agredió a Filardi y quien “revoleaba patadas y trompadas, y le pegaba a todo lo que no era de su mismo color”. Señaló que no pudo identificar quién golpeó a Fernando y que cuando lo vio en el piso sin zapatillas creyó que “se había tratado de un robo”. Aquellas zapatillas quedaron en el cantero, ese cantero que ahora es altar en homenaje a Fernando y que está frente a Le Brique. Nadie sabe quién se quedó con el par.

Lucas Begide dijo que Ayrton Viollaz lo golpeó a él y que vio que Thomsen le dio “una patada en la cabeza” a Fernando “con el pie derecho”. Tomás Vaudagna dijo que fue agredido con “una piña” fuera del boliche, que se alejó del lugar hacia la esquina y tras regresar al sitio donde estaba el resto de sus amigos, “ya Fernando estaba tumbado en el piso”.

En resumen, cinco amigos de Fernando Báez Sosa identificaron a los rugbiers Máximo Thomsen, Luciano Pertossi y Enzo Comelli como tres de los agresores que en un principio atacaron a patadas en la cabeza y golpes en el pecho y la mandíbula a Fernando. Y que al menos dos de ellos lo agredieron cuando ya estaba en el piso. Algunos coincidieron en que Ayrton Viollaz, Matías Benicelli y Lucas Pertossi fueron parte del grupo de agresores. Blas Cinalli y Ciro Pertossi no fueron, por ahora, ubicados en la escena. Para todos corre la misma imputación: “homicidio agravado por alevosía y premeditación de dos o más personas”, por el que podrían recibir una condena a prisión perpetua. De ser condenados, pueden pedir la libertad condicional cuando hayan transcurrido 35 años de encierro. También serán juzgados por “lesiones leves”, por haber lastimado a los amigos de la víctima que al momento del ataque intentaron defenderlo.

VDM/

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