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Femicidio en Córdoba
Capilla del Monte: la Justicia elevó a juicio el femicidio de Cecilia Basaldúa

Las amigas de Cecilia marcharon el 8M para pedir justicia por el femicidio.

Gustavo Molina

Córdoba —

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 Con un escrito de 81 fojas, la fiscal de Cosquín, Paula Kelm, cerró el viernes pasado la investigación por el femicidio de Cecilia Basaldúa y elevó la causa a juicio con Lucas Bustos (24) como único sospechoso del crimen cometido entre marzo y abril del año pasado en Capilla del Monte, un pueblo turístico ubicado a 92 kilómetros al noroeste de esta Capital y al pie del cerro Uritorco.

La fiscal señaló que “el imputado Lucas Adrián Bustos se ubicó en una posición dominante y superior a la víctima Cecilia Gisela Basaldúa, cosificándola y considerándola carente de derechos por el solo hecho de ser mujer, conforme surge de las constancias de autos que a continuación se analizarán, quien hasta el día 9 de abril de 2020 se encontraba ausente sin conocimiento de dicha circunstancia por parte de esta Fiscalía de Instrucción”.

El joven campesino de 24 años de edad está preso desde fines de abril de 2020, imputado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por violencia de género y criminis causa”. La defensa de Bustos y la querella de la familia Basaldúa ya expresaron su disconformidad por la decisión de la fiscal de Cosquín –la calificaron de “aberración” y “provocación”- y tienen ocho días para oponerse a la elevación a juicio dictada por la fiscal Paula Kelm. El juez de Control de Cosquín, el civilista Francisco Martos, sin experiencia en investigaciones penales, debe resolver si eleva la causa a juicio o la devuelve a la Fiscalía.

En la elevación a juicio, la fiscal Kelm señaló que Lucas Bustos, el único detenido e imputado por el femicidio de Cecilia Basaldúa, “iba a buscar a sus animales a la zona del Paseo Los Mogotes. Es decir que mientras Cecilia estuvo desparecida los miembros jóvenes de la familia Bustos, estuvieron en la zona donde Cecilia fue interceptada por el imputado”. 

Los Mogotes queda a un kilómetro aproximadamente, del caserío donde viven los Bustos. Mientras que la zona del basural, en una zona llamada La Maroma, donde encontraron el cadáver de Cecilia Basaldúa, está ubicada a unos cuatro kilómetros de distancia de Los Mogotes, donde la familia Bustos no hace pastorear a sus caballos.

La última vez que Cecilia Basaldúa se comunicó con sus familiares fue el 4 de abril del año pasado. Al día siguiente no contestó más mensajes. El último que la vio con vida es Mario Mainardi (47) un rosarino afincado en Capilla del Monte sin actividad conocida. El hombre dijo que a Cecilia le dio un brote psicótico y la echó de su casa. Y que avisó de la desaparición a los familiares de Cecilia, recién el miércoles 8 de abril. El cadáver de Cecilia apareció el 25 de abril –tres semanas después- “de manera fortuita, inesperada, en un lugar diametralmente opuesto al que fue vista por última vez a Cecilia, en la zona de los Tres Puentes en la localidad de Capilla del Monte y en proximidades del Hotel Principado”, cuando fue encontrada por LGC, un adolescente que estaba buscando “un animal por encomienda de su padrastro Walter Augusto Luna”.

La confesión

En el escrito, la fiscal destaca que Lucas Bustos confesó el crimen en la comisaría de Capilla del Monte y basa su acusación en los testimonios de dos policías: la suboficial Silvana Lorena Trepat Ochoa y el oficial principal Luis Alberto Arrieta.

A la mujer policía le llamó la atención que cuando interrogó al testigo sobre cómo estaba vestida Cecilia: “Le pregunté cómo estaba vestida y él me dijo con un pullover fino claro y abajo una musculosa como unos dibujitos, que vio la musculosa porque ella se sacó el pullover y cuando le pregunté por la ropa de abajo dijo espontáneamente “una bombacha negra”, lo que me sorprendió”; consignó la fiscal.

Mientras que el oficial declaró: “Al exhibirle una foto de Cecilia de un diario, cuya captura de pantalla tenía en su celular, Lucas refirió que era la chica con la cual había estado conversando. Por esos instantes, las manos de Bustos comenzaron a temblar y estaba por llorar. Entonces enunció “… se me fue la mano…la maté”. Con la voz entrecortada expresó que la había intentado besar y ella se enojó y le pegó, sin precisar el testigo la forma en que Bustos mencionó que le había pegado, y entonces Lucas Adrián (Bustos) narró: “Ahí me enfurecí y también le pegué, después la agarré del cuello y la maté”. Ese testimonio también fue incorporado por la fiscal de Cosquín en la elevación a juicio.

Una aberración y una provocación

“No hay una sola prueba genética que comprometa a Lucas Bustos en el femicidio de Cecilia Basaldúa, ni una. La señora fiscal Paula Kelm está cometiendo una aberración judicial. Se llenó la boca anunciando con bombos y platillos que había solicitado estudios genéticos y aún falta una categorización de las pruebas de genética forense. Nadie vio a mi cliente y a Cecilia cerca y menos que menos, juntos. No encontraron ni una foto de Cecilia y Lucas con los caballos, como anunció la fiscal. Esta elevación a juicio es un verdadero acto de Justicia clasista, meten preso a un pobre; en vez de investigar a quiénes deben investigar”, cuestionó el abogado Sergio Sánchez ante elDiarioAR

El papá de Cecilia, Daniel Basaldúa, sospecha que Mario Mainardi, el hombre que alojó a su hija en Capilla del Monte está involucrado en su femicidio: “Lo dije hace 11 meses y lo vuelvo a decir hoy: Mario Mainardi debe dar explicaciones sobre lo que le sucedió a mi hija. Acá lo están encubriendo y no sé por qué”. Tras conocer la elevación a juicio, le dijo a elDiarioAR: “En este momento tenemos mucha impotencia y rabia, pero también tenemos mucha más fuerza que nunca. No nos van a parar hasta que lleguemos a la verdad. Pase lo que pase y caiga quien caiga”.

Desde la querella, la abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón apuntó: “Lo de la fiscal Kelm es una provocación: que en vísperas del 8-M; donde millones de mujeres de todo el mundo salimos a las calles a denunciar la violencia machista y a exigir que no nos sigan asesinando, la fiscal decida elevar a juicio la causa del femicidio de Cecilia Basaldúa, cuando la investigación no terminó es una falta de respeto a la víctima, a sus familiares y a todas las víctimas del patriarcado”.

Pavón detalló que “todavía quedan 12 testimoniales por tomar, faltan datos de ADN de la tercera categoría que ella misma ordenó; no se peritaron rastros de sangre, 11 muestras de sangre colectadas en la vivienda de Mario Mainardi. Es una decisión judicial sumamente apresurada. En estos días, los papás de Ceci, Daniel y Susana van a ser recibidos por el secretario de DDHH de la Nación, Horacio Pietragalla, quién sigue de cerca la evolución del caso”. 

Y Horacio Pietragalla emitió un comunicado donde señala: “La decisión de la fiscal nos preocupa mucho, porque hay una persona detenida sin pruebas y hay otros sospechosos a los cuales no se ha investigado. Justo en el Día Internacional de la Mujer, cuando tanto el presidente como la vicepresidenta están alertando de que necesitamos cambios en el Poder Judicial para terminar con los femicidios, tenemos una fiscal que nos vuelve a poner en evidencia a un Poder Judicial que no funciona y que es parte del problema”.

Ayer hubo en Córdoba dos marchas por el Día Internacional de la Mujer, una que terminó en Tribunales I y otra en el cruce de la avenida Vélez Sársfield y bulevar San Juan. En ambas exigieron Justicia por Cecilia Basaldúa y en la primera se leyó un duro comunicado en la que responsabilizan por el encubrimiento al gobernador Juan Schiaretti y a la ministra de la Mujer de Córdoba, Claudia Martínez.

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