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LA SALUD PUBLICA EN LOS HOSPITALES PORTEÑOS
La Ciudad busca eliminar las concurrencias en los hospitales porteños

Marcha de residentes y concurrentes al Congreso de la Nación el pasado 1 de noviembre.

Agustina Said

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Fueron dos meses enteros de paros y movilizaciones, que parecían haber culminado el pasado 15 de noviembre con la concesión de un salario neto de $200.000 a todos los residentes y la posterior presentación esta semana de Fernán Quirós como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad en 2023, a quien el conflicto lo había lastimado y dañado como actual ministro de Salud porteño y responsable de la situación de los concurrentes y residentes.

Sin embargo, en una reunión del último miércoles 23, desde el Ministerio de Salud anticiparon ante delegados de la Asamblea de Residentes y Concurrentes que las concurrencias serían eliminadas de manera definitiva el próximo año, y que no todos estos puestos de trabajo perdidos se re-convertirían en residencias, de acuerdo a lo que informaron representantes de la Asamblea. Ante esto, los concurrentes denuncian una “privatización” del sistema de formación los médicos y de la salud en general, con un importante porcentaje de trabajo perdido en el sector público que traerá aparejado esta medida.

La amenaza de cierre viene siendo una constante desde 2019: de hecho, los cupos otorgados para las residencias pasaron de ser de 394 en 2019 a 143 en el 2022, cuando se otorgaron vacantes solamente para el área de salud mental, de acuerdo a los datos otorgados por el Ministerio de Salud a eldiarioAR semanas atrás. Esto se confirma con los datos que acercó a este diario la Asamblea: entre 2019 y el 2022, se perdieron 411 puestos de concurrencias entre todas las especialidades. Este número en sí mismo no sería un problema si estos puestos se hubieran reconvertido en residencias (es decir, si el trabajo pasaría de ser no pago a ser remunerado): sin embargo, a lo largo de este período de tres años, los puestos ganados en residencias fueron de 41. Es decir, se perdió un 90% de estos puestos de trabajo en la salud pública.

“En vez de garantizarle un salario a los trabajadores que sostienen el sistema, Gobierno de la Ciudad prefiere cerrarlas, generando un vaciamiento del sistema de salud público”, asegura Mara Cilifrese, psicóloga concurrente de tercer año del Hospital Piñero y una de las siete representantes de la Asamblea que se reunió el día miércoles con representantes del Ministerio de Salud. 

Cilifrese sostiene que en la mesa técnica de negociación, presidida por Daniel Ferrante, subsecretario de Planificación Porteña, ofrecieron como alternativa a las concurrencias un sistema de especializaciones en formato de posgrados -pagos-, y que estos dependan de las mismas universidades y no de los efectores de salud. Ante el reclamo de los concurrentes, desde el Ministerio de Salud dijeron que estaban dispuestos a evaluar un incremento en los puestos de residencia. “Pero nosotros queremos números concretos, queremos ver efectivamente cuántos puestos se van a recuperar”, asegura Cilifrese. 

Al cierre de esta edición, ni el Ministerio de Salud porteño ni los voceros del jefe de Gobierno de la Ciudad habían respondido a las preguntas de eldiarioAR sobre esta decisión comunicada a los representantes de la Asamblea CABA el día miércoles.

La situación de las concurrencias impacta casi de lleno en los trabajadores de la salud mental: de los 29 centros de salud porteños (entre los que se encuentran desde hospitales monovalentes como el Borda y el Moyano, a polivalentes como el Hospital Fernández y el Durand) actualmente hay en total 659 concurrentes en el sistema, de los cuales el 67% (446) son psicólogos, seguidos muy de lejos por los 48 dermatólogos concurrentes que hay actualmente en el sistema.

“Nosotros esto lo vemos como un retroceso. Es una privatización de la salud y de la educación, una pérdida de puestos de trabajo en el hospital. Por más que se hayan concedido aumentos salariales a los residentes la semana pasada, en contrapartida van a cerrar las concurrencias y convertirlas en posgrados, entonces el ajuste termina pasando por acá”, sostiene Florencia Milocco, concurrente del Hospital Ramos Mejía. 

Luego de que los residentes alcanzaran la semana pasada el aumento salarial, que pasó a ser de $200 mil netos, los concurrentes siguieron movilizándose para pedir por un salario, ART y ficha municipal. “Las concurrencias están encubiertas diciendo que te forman de manera gratuita, pero en realidad lo que están haciendo es tapar, con los concurrentes, los baches del sistema de salud público”, sostiene Maria Florencia Delgado, psicóloga y concurrente de 4to año del Hospital Argerich. “Las cosas fueron cambiando, ninguno de los que estamos en la Asamblea CABA queremos seguir trabajando gratis. Es mucho el amor que tenemos ahí puesto, que consideramos que tenemos que estar bien pagos”.

El modelo de concurrencias está relacionado con un modelo de profesional que es de otra época: un profesional que cree que tiene el deber moral de apoyar a la salud pública como ”devolución“ a la sociedad que pagó por sus estudios en la universidad pública”, coincide Luciano Grasso, ex director nacional de Salud Mental. “Hoy cinco años es mucho para dedicarle a un trabajo ad honorem -sintetiza-, entonces eso fue de la mano de ir quitando y ir abrieron cada vez menos vacantes para concurrencias en el caso de la Ciudad y en otras provincias directamente eliminarlas hace ya varios años”.

AS/MG

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