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VIOLENCIA DE GÉNERO

Córdoba: el ex jefe de Defensa Civil Diego Concha, otra vez en la mira de la justicia

Diego Concha, el ex superhéroe de Córdoba

Gustavo Molina

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El asesinato de Andrea Castana (37) en el cerro La Cruz de Villa Carlos Paz, ocurrido en marzo de 2015 es uno de los crímenes sin resolver por la Justicia cordobesa. El fiscal Ricardo Mazzuchi de Villa Carlos Paz acaba de ordenar comparar los rastros genéticos hallados hace siete años en el cadáver de la víctima con el ADN de Diego Concha, el ex director de Defensa Civil de la Provincia, detenido por violencia de género contra su ex esposa y por violación de una bombero voluntaria quien terminó suicidándose.

La novedad puso en el centro de la sospecha al ex jefe de Defensa Civil, un hombre que durante los gobiernos de José de la Sota y Juan Schiaretti contó con el aval de los medios y fue tratado, casi, como un superhéroe. Sin embargo, hace algunos años, los investigadores ya habían solicitado –sin suerte- a la Justicia que realizara análisis genéticos a todos los que participaron de la búsqueda y los rastrillajes de la víctima, incluido Diego Concha. 

¿Por qué hora el fiscal Mazzuchi decidió cotejar su ADN con las muestras encontradas en el cuerpo de Castana? Pese a que circuló fuerte la versión de que podría tener algún grado de participación en el crimen, esa versión fue desmentida por una fuente del caso: “Una de las víctimas de ataques sexuales en el cerro La Cruz describió a su atacante y no coincide con la contextura de Concha. Lo que se busca es cotejar los rastros genéticos de todas las personas que participaron de la búsqueda de Andrea, y eso incluye a Diego Concha”. Entre esas personas que participaron en los rastrillajes para encontrar el cuerpo de la mujer hay varios familiares del ex funcionario quienes comparten el mismo ADN.

Pero lo que la justicia quiere saber también es si el presunto asesino de Castana también estuvo involucrado en otras violaciones.

Dos muertes en el cerro

El miércoles 11 de marzo de 2015, hace siete años, después de las 13, Andrea Castana, dejó a sus dos hijos en la escuela Remedios de Escalada y estacionó su auto Ford Ka frente a la casa de sus ex suegros. Luego subió al cerro La Cruz –a pocos metros de la vivienda- y se sacó una selfie que a través de WhatsApp compartió con una amiga.

Un rato más tarde, un vecino la cruzó y minutos después escuchó pedidos de auxilio, por lo que llamó a la Policía. Esa tarde a las 19, comenzó la búsqueda, que incluyó policías, baqueanos, bomberos, perros y el helicóptero policial. El operativo de rastrillaje estuvo a cargo de Concha, un hombre oriundo del valle de Punilla.

El viernes 13 de marzo, dos días después de la desaparición de Andrea, entre la estación 9 y 10 del Vía Crucis que hay en el cerro, una voluntaria encontró su cadáver bajo unas ramas y piedras. Estaba a un kilómetro de la cisterna donde horas antes habían encontrado la ropa de la víctima.

Ese mismo viernes 13, los mismos baqueanos encontraron en el cerro La Cruz otro cadáver, el del fotógrafo Hernán Sánchez (32), desaparecido misteriosamente el 19 de diciembre de 2014. 

La misma noche que Andrea fue encontrada, el fiscal del caso Ricardo Mazzuchi ordenó detener al ex marido de la mujer,  Juan Manuel Lazzaroni; a quien acusó de homicidio agravado por femicidio. También detuvo a dos amigos de éste, Diego Luján y Fernando Villa, acusados por encubrimiento agravado. Todos fueron liberados a los pocos días.

Con el caso empantanado, el fiscal General de entonces, Alejandro Moyano, le encargó a su adjunta Alejandra Hillman hacerse cargo de la investigación. Tres meses después del crimen de Andrea, Hillman  ordenó detener a un cuarto sospechoso de 47 años de edad y con un prontuario que incluía cinco condenas previas por robo calificado, lesiones graves, lesiones gravísimas y privación ilegítima de la libertad; además de cuatro reincidencias. A ese prontuario se sumaban antecedentes por delitos de índole sexual cuando era menor. Durante 40 días, el sospechoso fue seguido durante las 24 horas. 

La fiscal Hillman había asegurado hace siete años: “Tenemos varios elementos que comprometen al sospechoso”, y agregó que el hombre fue imputado de los delitos de robo, abuso sexual con acceso carnal y homicidio criminis causa: asesinó a Andrea para ocultar los dos primeros delitos. Sin embargo, el ADN colectado en el cadáver de Andrea, lo dejó fuera de las sospechas. Hillman se jubiló en julio de 2020.

Un violador serial

Para  2017, la investigación no había avanzado ni una foja. Fue entonces cuando el fiscal General Moyano decidió crear un cuerpo especial de investigadores que relevó todos los casos de violencia sexual y homicidios cometidos en Villa Carlos Paz.

Así se logró determinar tres hechos en el mismo lugar,  el cerro La Cruz. El primero fue el crimen de una mujer ocurrido en 1998. Luego se sumaron dos violaciones. Una en 2009, y otra en 2011, denunciada por una turista porteña.

Con esos antecedentes, en 2017 se montó un discreto operativo en el que varias mujeres policías simulaban realizar actividades físicas en el cerro mientras eran monitoreadas por otoros agentes.

 La investigación se encaminaba así hacia un violador serial conocedor de la zona, ya que en todas las ocasiones logró fugarse  rápidamente: “Trabajamos durante dos años, no obtuvimos ningún resultado; salvo algunos delitos menores como arrebatos. Nada trascendental”, confió hoy una fuente que participó activamente de la investigación.

Los detectives le sugirieron al fiscal General que se investigara a todas las personas que participaron de la búsqueda de Andrea, desde los efectivos de Defensa Civil, pasando por policías, bomberos, baqueanos y lugareños. Sospechaban que el asesino de Andrea y violador de las otras mujeres podría estar camuflado como colaborador para tener acceso a la causa y saber el rumbo de la pesquisa. Desde el Ministerio Público Fiscal nunca los escucharon.

Cinco años sin Justicia

En marzo de 2020, cuando se cumplieron  cinco años del femicidio de Andrea, los padres de la víctima, Alicia y Luis Castana reclamaron frente a los Tribunales de Villa Carlos Paz por la falta de novedades. 

El papá de Andrea, criticó la hipótesis oficial que se trataba de un “caso al voleo”, ya que, según dijo, “hablé con médicos forenses, policías, psiquiatras, y ellos me dijeron que un violador te da un golpe y se va; y que un sicario hace su trabajo y desaparece. Pero esto no fue así. Para mí no fue un sicario ni un violador casual. Esto lo hicieron un grupo de personas que se tomaron el trabajo de esconder la ropa y el cuerpo. Pero que además, dejaron muestras de semen y de piel. Estaban seguros que nunca lo iban a encontrar. Y yo no tengo dudas que participó más de una persona. Quizás uno solo la violó y la mató, pero hubo un par que ayudaron a tapar el cuerpo”.

Su esposa Alicia, en tanto, opinó distinto a su marido:  “Fue un asesinato al acecho. Capaz que cuando vio el despliegue en la montaña, de todos los vecinos de Carlos Paz que el mismo miércoles salieron a buscarla en el cerro, se escapó. Si bien eso fue un error, porque se taparon un montón de pistas, igual agradezco a esas personas que se acercaron. Creo que ahí, la persona que cometió el crimen escondió todo lo que hizo para que no la descubran. Se la tapó de una manera que nunca la encontráramos”.

A cinco años del crimen de Andrea, la causa tomó un nuevo giro: La decisión del fiscal Ricardo Mazzuchi de solicitar una prueba genética a Diego Concha, para contrastarla con la del ADN hallado en el cadáver de Andrea Castana y en una de las otras dos denunciantes.

Una fuente con acceso a la causa confirmó que la medida fue propuesta hace años y que no sólo se pidió analizar el perfil genético del ex funcionario sino también de todas las personas que participaron en los rastrillajes. 

“La forma de actuar habla de alguien que actuó sobre seguro”, señaló la fuente, quien agregó que desde que se retomaron las investigaciones en el cerro no hubo más ataques a mujeres. “Evidentemente es alguien que cuenta con algún tipo de información, por eso solicitamos que se investigue a todos los que participaron de los operativos en 2015”, detalló la fuente, al conocer el pedido del fiscal de Villa Carlos Paz.

La tarde del 26 de noviembre del año pasado, el ministro de Seguridad de Córdoba, Alfonso Mosquera informó a través de Twitter, que el director de Defensa Civil de Córdoba, Diego Concha había renunciado por motivos personales. Ese día a la mañana, la ex esposa de Concha había declarado en el Polo de la Mujer que el funcionario la había sometido a distintos hechos de violencia de género. Y a la siesta ratificó la denuncia ante una fiscalía. La madrugada del sábado fue detenido.   

Días después de la detención de Concha, Luana Ludueña, una bombero voluntaria de 26 años que vivía en la localidad de Pilar, denunció ante la fiscal de Villa Carlos Paz, Jorgelina Gómez que el ex director de Defensa Civil la había violado el 24 de noviembre. La funcionaria judicial ordenó que le entreguen un botón antipánico. Su mamá dio a conocer el caso en los medios y detalló que el ataque se produjo cuando su hija fue a una reunión para ingresar al cuerpo del Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes (ETAC).

No fue la única agresión que recibió la joven. Tras la denuncia, su colega y novio Emiliano Conti –operaba en el ETAC-, le reprochó la denuncia contra su jefe y le insistió para que la retirara. Luana cortó la relación con Conti y les dijo a sus papás “prefiero morir, antes que retirar la denuncia”. Pero las intimidaciones continuaron.

El pasado  21 de enero, Luana se suicidó en un descampado de Pilar, un pueblito de 15 mil habitantes ubicado a 50 kilómetros de esta Capital.

GM/MG

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