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La segunda ola de Covid-19
Malestar en Casa Rosada por la “falta de controles” en CABA y en el Conurbano

Santiago Cafiero y Carla Vizzoti

Pablo Ibáñez

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“Exceso de diagnóstico y pocos controles”. La frase sintetiza el clima que el martes a la noche se instaló en el Gobierno , en medio de la escalada de casos, que el martes superó los 27 mil casos y alcanzó un nuevo récord. Con Alberto Fernández online desde Olivos, y una saga de cumbres y encuentros, en Nación aparecieron señales de malestar por la falta en el territorio frente a las nuevas restricciones.

“Ni la Policía de la Ciudad ni la Policía Bonaerense están controlando como deberían”, apuntó a elDiarioAR una fuente nacional que participó, la noche de este martes, de una reunión casi de gabinete que encabezó Santiago Cafiero e involucró a prácticamente todas las áreas: de Eduardo “Wado” De Pedro a Matías Kulfas, de Sabina Frederic a Cecilia Todesca y, como en cada encuentro, Carla Vizzotti. La crítica no abarcó, al menos en principio, a los intendentes del Gran Buenos Aires que dicen en el Gobierno, aun con matices, controlan para que las medidas se cumplan.

De hecho, durante un encuentro de intendentes de la zona sur, -donde la segunda ola se expresa con más ferocidad- se habló de elevar a la provincia una propuesta sobre los colegios para fijar un esquema de presencialidad no obligatoria, atado a un refuerzo de la virtualidad.

“El informe nacional que se hizo refleja que hay pocos controles para hacer cumplir las medidas de restricción de la circulación ¿qué pretenden que vaya el Presidente a controlar que se respete el aforo y la ventilación cruzada en un restaurante?”, se quejó el funcionario en un doble fuego: hacia Horacio Rodríguez Larreta, que según Nación minimiza la crisis, y a Axel Kicillof, cuyo gobierno preanuncia a diario medidas más estrictas.

Hacia La Plata apunta otro aspecto, el referido al “exceso de diagnóstico” y que vinculan también con las posiciones expresadas por algunos expertos y con sectores de la Salud respecto a disposición más extremas, casi cuarentenas. Fernández, que todavía no tiene el alta y siguió las reuniones vía Cafiero, transmite que es necesario que haya más compromiso de las provincias para hacer cumplir las restricciones.

En Rosada aparece, en paralelo, otros aspecto y tiene que ver con que tanto Larreta como Kicillof y los demás gobernadores tienen vía libre para endurecer las restricciones sin necesidad de que eso lo haga Nación. No es necesario, siquiera, que Casa Rosada dé el visto bueno, simplemente pueden notificar. Es lo que pasó, la semana pasada, en Catamarca: se detectó un brote crítico y el gobernador Raúl Jalil dispuso que en tres departamentos de la provincia se suspendan las clases presenciales.

Hubo, incluso, una referencia al intendente de Olavarría, el macrista Ezequiel Galli que tomó medidas extra contra, por caso, las fiestas clandestinas. En Esa ciudad del centro bonaerense se detectó la circulación de las variables británica y de Manaos, y Galli dispuso más restricciones frente al riesgo de colapso del sistema de Salud.

En la Rosada, luego de un encuentro al mediodía para evaluar cómo impactaron las restricciones en el transporte público de pasajeros, siguieron las rondas y al atardecer hubo una cita que pareció una reunión de gabinete, mecánica que no es habitual en el gobierno de Fernández. Cafiero reunió a Vizotti, De Pedro, Frederic, Lammens, Kulfas, Cecilia Todesca, los ministros de Defensa y Trabajo, Agustín Rossi y Claudio Moroni, y los secretarios Julio Vitobello y Vilma Ibarra.

Medidas y controles

En simultáneo a las quejas por los controles y al planteo de que cada provincia puede tomar medidas si lo cree necesario, aparecen otras cuestiones. Una referida a a todavía no pasó un tiempo desde que se fijaron las restricciones a la circulación para saber si eso, finalmente, impacta o no sobre la curva de contagios. Por las quejas en Rosada, ante la falta de controles por parte de CABA y las provincias, el pronóstico no es bueno: sin controles, las restricciones no sirven.

Vizzoti moderó en estas horas un alerta que partió desde fuentes oficiales y privadas, respecto a la situación cercana al colapso del sistema de Salud por la ocupación de las camas de terapia intensiva. Aseguró que no existe ningún colapso, que están atentos y que le pidieron al sector privado que priorice sus camas UTI para casos de Covid-19.

Sobre los alertas y los anuncios de medidas inminentes, o los planteos de funcionarios provinciales -específicamente bonaerenses- respecto a una cuarentena rígida pero corta, o al cierre total, en Casa Rosada remiten al DNU que firmó Fernández la semana pasada y estipuló restricciones, otorgó facultades a las provinciales para endurecer esas restricciones o tomar medidas adicionales.

“Las provincias pueden fijar una veda de circulación más extensa y cerrar más horas los comercios. O suspender las presenciales o limitar otras actividades”, apuntan en el Gobierno y remiten a los artículos 17, 18 y 19 del DNU que otorgan facultades al jefe de gobierno y los gobernadores para endurecer las medidas.

Los jefes provinciales “quedan facultados y facultadas para adoptar disposiciones adicionales a las dispuestas en el presente decreto, focalizadas, transitorias y de alcance local, con el fin de mitigar en forma temprana los contagios”, apunta el artículo 17 que mencionan en el Gobierno respecto al margen de planteos públicos, las provincias pueden tomar medidas por su cuenta.

Hay un elemento político adicional: la semana pasada, como ocurrió también en enero, Fernández promovió medidas más rígidas pero se topó con objeciones de la mayoría de las provincias que decidieron aplicar sus propios esquemas. Una eventual cuarentena estricta correría, admiten en Rosada, la misma suerte si no hay previamente un acuerdo sólido con las autoridades locales.

PI

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