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Tras cinco años en obra, hoy el edificio Del Molino luce como en su etapa inaugural: con su cúpula de ocho vitrales, sus esculturas de leones alados, su remate aguja, su marquesina, su azotea de mirador privilegiado donde se instalará un “roof top bar” (bar de altura), sus ornamentos en mosaiquismo, molduras y aspas, un conjunto que muestra su mejor versión por las noches, cuando el vidrio se ilumina y las paletas comienzan a girar.

La Ley 27.009 dispuso que “el subsuelo y planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín”, mientras que el resto del inmueble albergará “un museo dedicado a la historia de la confitería” y “un centro cultural a denominarse 'De las Aspas' dedicado a difundir y exhibir la obra de artistas jóvenes”.

Con información de Télam.

IG