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abusos en la iglesia

El Padre Grassi se recibió de abogado y pidió a la Justicia que lo dejen libre por haber cumplido la mitad de la condena

El sacerdote Julio César Grassi, acusado del delito de abuso sexual y corrupción de menores. Año 2013.

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El Padre Julio César Grassi pidió hoy al Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Morón que le otorgue el derecho a la libertad condicional. Su argumento es que ha cumplido la mitad de condena. El cura hizo el trámite por su cuenta. Recibido de abogado en el penal de Campana, aun no tiene matrícula pero redactó y presentó el escrito por su cuenta. Como no anotició a sus abogados, el estudio que lo representa renunció a su defensa. De acuerdo con la sentencia que lo condenó a 15 años de prisión por haber abusado de un menor de edad, Grassi debería permanecer en la Unidad 41 de Campana hasta el 30 de mayo de 2028.

El abogado querellante, Juan Pablo Gallego, dijo a Télam que se opondrá “rotundamente” a este pedido, que significa “un fuerte golpe para las víctimas”. Gallego representa el Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en Argentina (Casacidn). Agregó que “aún no han sido notificados” y su “oposición al beneficio que pretende Grassi es rotunda y así se lo ponemos de manifiesto al Tribunal”.

El proyecto

Grassi se ordenó sacerdote en 1987. Se interesó en las infancias desde el principio. Su primera incursión en la asistencia a menores de edad fue en “La Casita” de Paso del Rey, al oeste de Buenos Aires. Con la Fundación Felices los Niños, en Hurlingham, logró reconocimiento público. La Fundación daba comida y escolarización a quienes sí tenían dónde vivir, pero no suficientes recursos. En diez años, 20 mil adolescentes egresaron del sistema Felices Los Niños, que llegó a tener 500 empleados, más de 30 hogares distribuidos en el país y asistía a casi 6 mil menores de edad. Estaban divididos en dos grupos. Los internos, unos 600, vivían en la Fundación, es decir que accedían a cama, comida, escolarización y la preparatoria para la primera comunión. La mayoría eran externos: acudían a los hogares de día, una forma de prevenir que estuvieran en la calle. El primer denunciante, “Gabriel”, era del primer grupo, un “interno”.

La denuncia

El 29 de noviembre de 2000 alguien dejó un papel impreso y sin firma en el Juzgado de Menores N°3 de Morón. Nunca se supo qué decía exactamente esa carta, pero señalaba a Grassi como abusador sexual dentro de su fundación Felices los Niños. Nadie investigó. Dos años después, el 23 de octubre de 2002, la Justicia ordenó la detención del cura por “abuso deshonesto y corrupción de menores agravada”. Esa misma noche “Gabriel” daba testimonio un informe de Telenoche Investiga

Grassi se entregó el 24 de octubre, al día siguiente de la emisión del informe. Quedó detenido en el servicio penitenciario de Ituzaingó. Salió 15 días después y regresó a la Fundación en andas, vitoreado. También le habían imputado el delito de corrupción de menores. 

El sacerdote cumple una pena de 15 años por haber abusado en dos ocasiones y corrompido en una a “Gabriel”. Los tres hechos ocurrieron en 1996, cuando la víctima tenía 13 años. En el mismo juicio, Grassi fue absuelto por otros 15 delitos sexuales porque la Justicia no pudo acreditar que habían sucedido. El fallo fue en 2009 y Grassi vivió bajo un régimen de libertad vigilada hasta que la sentencia quedó firme, en 2013. Lleva diez años preso. 

VDM/DTC

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