Un libro busca espantar los miedos sobre la menopausia y aportar herramientas para transitarla
Paula Valeria Sánchez y Ana Peré Vignau son amigas. Tienen más o menos la misma edad por lo que llegaron a la menopausia en tiempos similares. Como muchas otras mujeres, esa etapa de la vida les generó confusión y miedos y por eso se pusieron a investigar. Así surgió Mi primera menopausia (Chirimbote), un libro que invita a fomentar el diálogo y la colaboración entre las mujeres sobre una etapa de la que muchas veces desconocemos casi todo.
Sintieron que todos los tabúes y la vergüenza que dan muchos de los símtomas que se presentan en algunos casos (en otros no) merecían hablarse. “Somos cíclicas. Nuestro ciclo tiene un comienzo y tiene un fin. Y ese comienzo tiene determinadas cosas que te pasan cuando tenés tu primera menstruación y tiene otras cuando tenés la menopausia”, explica Paula. “Nos habían hablado un montón antes de nuestra primera menstruación, pero nada de la menopausia. De ahí surgió el nombre el libro”, añade Ana.
Analizaron así todo la impronta que nuestra sociedad machista y patriarcal tiene sobre nosotras: “Todo lo que nos han inculcado desde muy chiquitas, lo que no nos han dejado poder registrar y poder saber lo que nos pasa. Eso nos llevó a poder escribir este libro, para que tengamos muchas herramientas y podamos tener también una variedad de cosmovisiones para elegir qué necesitamos cada una”.
La idea fue mostrar que hay distintas maneras de transitar la menopausia y variadas soluciones para los diferentes síntomas.
“En nuestra sociedad, que es muy machista y patriarcal, cuando llegás a determinada edad, en vez de valorar determinados saberes, como puede ser en otras culturas, lo único que todo el tiempo se nos exige es que seas joven, linda, que cumplas con determinados estereotipos”. Por eso, entre otras cosas, entrevistaron a una mujer andina, que tiene otra visión del tema, a una ginecóloga que trabaja no solamente con medicina tradicional, sino también con cannabis, y a una sexóloga que acompaña el proceso de manera personalizada.
Y es que las mujeres se enfrentan a muchos miedos en esta etapa. “El miedo a envejecer, a la soledad, a todos los síntomas que supuestamente podés llegar a tener, lo que en realidad es muy subjetivo: algunas los tienen y otras no. En nuestra sociedad no están valorados ni la experiencia ni el saber. Todo lo contrario. Se nos quiere vender todo el tiempo que consumamos para ser siempre jóvenes. Por eso también el miedo que tenemos las mujeres a llegar a la menopausia, al climaterio, porque está totalmente asociado con la vejez. Y también con un estereotipo de vejez, algo que muchas veces no se condice ni con lo que nosotras hacemos ni con lo que queremos, ni con lo que somos”.
Los miedos tienen que ver con los estereotipos sociales. “Decretar que estás vieja, que ya no servís más, que estás en el ocaso de la vida, que se acaba el disfrute en relación al sexo, que ya no nos vamos a poder ver lindas.Y es una etapa más de la vida. Eso es lo que queremos transmitir. Sacar esos miedos y también sacar los cucos en relación a síntomas que parece que vas a padecerlos por siempre y que son parte del ciclo y que después se van y que otros tal vez vienen para quedarse. Pero amigarnos con las nuevas formas del cuerpo”.
La meta declarada del libro es que se hable del tema. “Que puedan hablar las mujeres en los barrios, en los sindicatos, en las escuelas, que se pueda hablar en todos los lugares, porque si no queda reducido a quienes puedan acceder a determinados espacios, a determinadas instituciones. Y nuestra idea con este libro es que todas podamos tener cierta información y que esa información que circule”.
“Está buenísimo tener esa información y no sentirse sola y compartir tips, herramientas, caminos, recorridos, experiencias. Llorar en el hombro de una amiga. Abrir el tema y sacarlo a la luz. Y que no sea un tema tabú. Que sea un tema para hablar con nuestras amigas, con nuestras hijas, con nuestras parejas”, añaden.
¿Qué le dirían a las mujeres que transitan esta etapa? “Que no tengan vergüenza, que puedan preguntar, que puedan hablar con las amigas. Porque a todas nos pasa lo mismo, de una manera o de otra, y siempre cuando te encontrás con otras te pueden recomendar, aconsejar, escucharte y acompañarte. Hay muchas herramientas para buscar soluciones a determinadas cuestiones que te pueden pasar o no, como pueden ser, la sequedad, los calores, los sofocos y demás. Les transmitiría que no se queden con una sola palabra”, dice Paula.
“Háblenlo, háblenlo con sus parejas, con sus amigas y con sus compañeras de trabajo, compañeras de la vida. E investiguen para darse cuenta de que hay muchas maneras de atravesarlo y ver cuál es la manera de pasar este proceso que más tiene que ver con una y con el recorrido que una tiene y con cómo ve la vida, la cosmovisión propia”, cierra Ana.
CRM
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