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Valentina Novick, del Sistema Federal de Búsqueda: “Enviamos un equipo de Gendarmería a que analice la investigación completa del caso Guadalupe”

Novick es la subsecretaría de Investigación Criminal y Cooperación Judicial y está a cargo del Sistema Federal de Búsquedas.

Alejandro Marinelli

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La búsqueda de Guadalupe en San Luis ya lleva más de diez días con los investigadores consiguiendo información y tratando de chequearla para saber qué sirve y qué descartan. Hasta ahora fue mucho más lo que descartaron: se hicieron decenas de medidas de prueba y no aparece una hipótesis clara. El tiempo que pasa siempre juega en contra de los buenos pronósticos. Valentina Novick, que está a cargo del Sistema Federal de Búsqueda, explica que, ante la posibilidad de que ya los investigadores no estén viendo algo, decidieron revisar todo el caso de nuevo con otros ojos. “Mientras los trabajos siguen adelante, resolvimos que un equipo de Gendarmería analice la investigación completa de una manera no contaminada. Es un equipo especializado en búsqueda, que está tratando de mirar si se nos pasó algo, revisitar todo para tratar de combinar las piezas de distinta manera a ver si surge algo”, explica la subsecretaria de Investigación Criminal y Cooperación Judicial, del Ministerio de Seguridad de Nación, que apuntala los trabajos para encontrar a la nena de 5 años desaparecida.

¿Cuáles son los problemas para la búsqueda en casos como el de Guadalupe?

En general no es fácil buscar a una persona. En la mayoría de los casos, ni los fiscales ni los jueces ordinarios tienen el conocimiento de cómo se busca a una persona. No hay conciencia de que buscar una persona demanda una investigación específica, faltan organismos que sepan buscar personas, faltan recursos y también capacitación. 

¿No se busca de la misma manera en todas las jurisdicciones?

La mayor dificultad es que no existen en todas las jurisdicciones capacidades y protocolos de búsqueda unificados. Tanto en las Justicias como en las Policías provinciales. Si no tomás determinadas medidas en las primeras horas, después la búsqueda se hace más complicada. Y no todos tienen equipos ni recursos para tomar efectivamente estas medidas.

¿Pero eso pasa por desinformación o desidia?

No, no es por mala voluntad. Por ejemplo, hay en determinados lugares en los que se mantiene la creencia de que hay que esperar 24 ó 48 horas para empezar a buscar. En el mundo entero ese concepto ya se desestimó. Cuando buscas a alguien hay que tomar la medidas al instante porque esos son momentos muy valiosos. Pedir la cámaras, las antenas, los celulares, analizar a las últimas personas que estuvieron con la víctima. 

En general las búsquedas comienzan con averiguaciones de paraderos. En el caso de Guadalupe arrancó en un Juzgado de Familia, que seguramente nunca estuvo con una causa así. ¿Qué se puede hacer contra eso?

Entiendo que es así, pero con la Protex (NdeR: Procuraduría de trata de personas) pensamos en hacer una modificación procesal para que este tipo de casos no caiga en un fuero que no tenga idea de cómo buscar. Quizás un fuero específico para búsqueda de personas. Es algo que estamos evaluando. 

Mencionás la falta de recursos especializados, ¿cómo se utilizarían en una búsqueda como la de San Luis?

Para el análisis del enorme material que tenemos. Ver de manera atenta las cámaras, los cruces de antenas de celulares, ver cómo se movieron los teléfonos, las titularidades de los teléfonos que aparecen. Es un trabajo muy de hormiga. Atar cabos y relacionar las distintas cosas que pasan en una escena. Se necesita gente que sepa porque el que sabe qué buscar encuentra otras cosas. La misma cantidad de gente que tenés rastrillando la tendrías que tener analizando. Porque además, en paralelo, tenés que chequear todo lo que va apareciendo. En casos como los de Guadalupe, en el que se ofrece recompensa, mucha gente que cree que vio algo y llama al 911 o al 134 y tira datos. 

Si en las provincias faltan recursos especializados, ¿la capacitación de las Policías no debería ser la prioridad? 

Ya tenemos convenios con distintas provincias para la formación. Teníamos un plan pero la pandemia hizo que todo sea más complejo. Tuvimos que transformarlo para que se pueda dar de manera virtual pero no es lo mismo. Pero de a poco se avanza. Chaco, por ejemplo, que ya tienen su propio sistema, que articula con equipos especializados. Además, nosotros tenemos relevados en distintos puntos del país grupos que saben trabajar estos temas. Como equipos de perros o gabinetes psicológicos que se trasladan a colaborar con los trabajos. Buscar personas es toda una disciplina. 

¿Entonces, lo que hay que tratar es que todos busquen de la misma manera?

En una parte sí y en otra no. Necesitamos divisiones especializadas para buscar que cumplan protocolos, que sepan qué hacer en las primeras horas, que no omitan ninguna medida. Pero luego están las singularidades y se tiene que pensar hasta en cuestiones geográficas. Por ejemplo, lo que te mencionaba de Chaco. Allí se compraron lanchas, cámaras para buscar en el monte, perros especializados en zona de monte, porque muchos de los trabajos son para esas zonas. En las ciudades se busca diferente. A algunos les suena raro que hablemos de tener divisiones de búsquedas pero es preciso. En todo el país se busca gente todo el tiempo. No van a ser divisiones creadas para trabajar de vez en cuando. 

Los familiares de Guadalupe declararon que no se sienten acompañados. ¿Cómo se trabaja con ellos que están pasando un drama y que se los observa también?

Es un tema muy delicado y muy fino. A la familia le está pasando lo peor que le puede pasar a alguien, pero a la vez puede ser que alguno del círculo o del entorno esté implicado. Con lo cual no se puede descartar nunca, menos con un menor. No es por prejuicio previo, sino por estadística. Para estos temas es que se precisa, como te decía antes, un equipo de psicólogos en cada jurisdicción. Ellos deben acompañar en las testimoniales de la familia y, también, tratar de determinar algún indicio en caso de que alguno esté vinculado con la desaparición. En el caso de Guadalupe, la primera testimonial a los familiares parecía una charla, floja respecto de la información, quedaron muchas cosas sin preguntar. En cambio en la segunda, con un equipo que llevamos de Córdoba, nos dio una impresión más franca de la familia y no aparecieron elementos que nos hicieran dudar. 

¿Cuándo un caso se transforma en un caso “frío” en el que se deja de buscar? 

En los casos nunca se deja de buscar. Tenemos casos fríos, por supuesto, pero en los que se siguen tomando cada tanto medidas judiciales. Nosotros tenemos cargados los casos en el Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (NdeR: cruza a nivel federal a todos los operadores policiales y judiciales) y el Sistema Federal de Búsquedas, donde podemos cruzar los NN con el Renaper (NdeR: el Registro de las personas). Por ejemplo, el año pasado encontramos a una persona en las sierras de cordobesas que apareció en un geriátrico después de muchos años. U otro de una chica mendocina que se había escapado y hacía 10 años que estaba en el SIFEBU y cuando fue a hacer el trámite por la IFE saltó en el sistema. Como no se detiene la búsqueda finalmente suceden casos como estos dos. 

AM

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